Antes de comenzar, quiero informarte que usé gpt para arreglar el texto, porque mi cerebro anda muy apagado ahora y escribí bastante mal, al ser un mensaje tan largo no quería corregir. Si no te gusta que haya usado gpt... no me importa, yo ya avisé.
¡Hola!
@Nephis 2 putos días llevaba sin pensar en ese jueguito de mierda, por tu culpa perdí. Ojalá que ustedes también pierdan.
Ahora, cambiando de tema, quiero contarles la desgracia del día, así me descargo un poco y no reviento. :D
Vamos directo a las 9:30 de la noche, ya después de entrenar. Habíamos quedado en ir al patio cervecero con amigos y familia, todo joya hasta ahí. Llegamos, éramos como diez personas, y nos encajaron una mesa que parecía para cuatro. La puta madre.
Bueno, pedimos todo lo que queríamos y empezamos a hacer malabares para acomodar los platos y los vasos sin romper nada como unos pelotudos. Todo venía normal hasta que notamos que al lado nuestro había una mesa con 18 personas. No sé si eran católicos, testigos de Jehová o qué, pero ahí estaban, con toda la buena onda.
Entonces, a uno de mis genios de amigos se le ocurre la brillante idea de cantar el "Feliz Cumpleaños" al azar, porque sí, para ver qué pasaba. Yo, que odio esas cosas, dije: “Ni en pedo”. Pero claro, son mis amigos. Deciden que el cumpleañero voy a ser yo.
Empiezan a cantarme, y los del otro lado, al ver que nadie más se sumaba, se organizaron en 0,5 segundos y también arrancaron a cantar, mirándome. Obvio, si son tantos, todo el patio cervecero asumió que era mi cumpleaños. Así que todos se pusieron a cantar.
Yo, muerto de vergüenza, me tapo la cara, pero parece que lo hice tan mal que daba la impresión de que estaba llorando de emoción. Y ahí arranca lo mejor:
Una señora, entre risas, suelta un: “Aaay, pobre, mirá cómo se emocionó”. Y un tipo se me acerca y me da unos golpecitos en la espalda: “Tranquilo, maestro, te queremos”.
Nos cagamos de risa con mis amigos, obviamente. Pero lo peor vino después, cuando salimos. Cada persona que me cruzaba me saludaba: “Feliz cumple, loco, pasala bomba, es tu noche”. Yo quería desaparecer.
Así que ya está decidido: la próxima me voy a una mesa solo, apartado, con un cartel que diga “Hoy NO es mi cumpleaños”.