Copa Libertadores: el desfile de los técnicos, con 15 argentinos en busca de la gloria.
Muchos kilómetros, partidos y días deberán consumirse para que dos equipos lleguen al último destino, el 21 de noviembre, al estadio Maracaná, en Río de Janeiro, sede elegida por la Conmebol para la definición de la 61ª Copa Libertadores que comienza esta semana. La innovación de la final a un solo partido en una ciudad predeterminada, modelo copiado de la Champions League, en 2019 tuvo un debut fallido con la mudanza a último momento de Santiago a Lima por los graves disturbios sociales en la capital chilena.
Todavía está fresco el recuerdo del triunfo y el título que se le escaparon a River en los cinco minutos finales frente a Flamengo. Hubiese sido el bicampeonato consecutivo para el equipo de Marcelo Gallardo, un doblete que la competencia no registra desde el 2000 y 2001, con el Boca de Carlos Bianchi.
Justamente, River (visita el miércoles a Liga Deportiva en Quito) y Boca (enfrenta este martes a Caracas en Venezuela) arrancan con la atención más puesta en la definición del sábado de la Superliga que en una copa que progresivamente se transformará en un objetivo prioritario para los dos, como ocurre desde hace varios años. Solo por esta semana le quitarán los dos ojos de encima. La vida institucional y deportiva de ambos tiene en la Libertadores un termómetro vital para medir fuerzas y ambiciones. A Rodolfo D'Onofrio y a Gallardo les sirvió para establecer un ciclo muy productivo: cada uno en su cargo son indiscutidos, establecieron una alianza sin fisuras. Los costos fueron para Boca: pasaron entrenadores (Arruabarrena, Guillermo Barros Schelotto y Alfaro) que se debilitaron al chocar contra el obstáculo insalvable que fue River, y el oficialismo que encabezó Daniel Angelici no pasó el último examen de las urnas de las elecciones. Ni la buena economía del club ni la conquista de tres torneos locales compensaron la desazón por la Libertadores.
Casi el 50 por ciento de técnicos argentinos
Con siete equipos, Brasil es el país con más representantes. Detrás del defensor del título, Flamengo, se encolumnan Palmeiras, Athlético Paranaense, San Pablo, Gremio, Inter y Santos. Salvo Paranaense, que tiene a Lucho González -39 años y 53 partidos por la copa-, todos los demás fueron campeones. La Argentina estuvo cerca de ubicar seis clubes en el cuadro principal, pero Atlético Tucumán no superó el último filtro clasificatorio ante Independiente Medellín. Nuestro país aporta uno de los dos debutantes (Defensa y Justicia; el otro es Binacional de Perú) y también un producto de sus estrambóticos calendarios, de los que surgió Tigre, campeón de la Copa de la Superliga y pasajero de segunda división en la Primera Nacional.
En materia de presencias, la Argentina le saca una amplia diferencia al resto en el rubro directores técnicos. Quince de los 32 conjuntos tendrán un entrenador de nuestro país. Los hay ya consagrados, como Gallardo con River en 2015/18, Miguel Russo con Boca en 2007 y Ramón Díaz con River en 1996, y también aparecen nombres que escapan del conocimiento de la mayoría, como el marplatense Martín Brignani en Estudiantes de Mérida (Venezuela) y Fabián Bustos en Barcelona (Guayaquil). Este último superó tres filtros clasificatorios: Progreso (Uruguay), Sporting Cristal y Cerro Porteño. Un mérito similar exhibe Gustavo Costas con Guaraní, que dejó atrás a San José de Bolivia, Palestino y a un excampeón como Corinthians. Dos que tuvieron experiencias que pasaron de la ilusión al desencanto, como Ariel Holan en Independiente y Eduardo Coudet en Racing, ahora buscarán nuevos desafíos en Universidad Católica e Inter de Porto Alegre, respectivamente.
La lista de los 15 DT argentinos
- Marcelo Gallardo (River)
- Miguel Ángel Russo (Boca)
- Sebastián Beccacece (Racing)
- Hernán Crespo (Defensa y Justicia)
- Néstor Gorosito (Tigre)
- Fabián Bustos (Barcelona de Guayaquil)
- Claudio Vivas (Bolívar)
- Gustavo Costas (Guaraní)
- Cristian Díaz (Jorge Wilstermann)
- Ariel Holan (Universidad Católica)
- Eduardo Coudet (Inter)
- Daniel Garnero (Olimpia)
- Carlos Ischia (Delfín de Ecuador)
- Brignani (Estudiantes de Mérida)
- Ramón Díaz (Libertad)
Está la posibilidad de que se agregue un 16°, ya que Colo Colo despidió a Mario Salas y entre los canditados a sucederlo están Gustavo Alfaro y Mauricio Pellegrino.
Dentro de esta masividad habrá varios choques entre compatriotas en la etapa de grupos: Russo frente a Ramón Díaz, Gorosito se cruzará con Vivas y Costas, Holan y Coudet rememorarán el clásico de Avellaneda, Beccacece examinará a Brignani, y Garnero se medirá con la experiencia de Ischia -asumió el fin de semana en Delfín de Ecuador- y el novel Crespo.
Muy atrás de la Argentina aparece el segundo país en cantidad de entrenadores. Es Uruguay, con cinco: Diego Forlán debutará en el puesto al frente de Peñarol, Gustavo Munúa (Nacional de Montevideo), Julio Comensaña (Junior, al que volvió tras un fugaz paso por Colón de Santa Fe), Pablo Repetto (Liga Deportiva de Quito) y Pablo Bengoechea (Alianza Lima). Se contabilizan tres europeos: los portugueses Jorge Jesús (Flamengo) y Jesualdo Ferreira (Santos), y el español Miguel Ángel Ramírez (campeón de la Copa Sudamericana con Independiente del Valle).
De la mano del costarricense Alexandre Guimaraes, América de Cali, cuatro veces finalista, se clasificó tras 11 años de ausencia.
El torneo conserva a los últimos tres DT campeones: Jesús, Gallardo y Renato Gaúcho (Gremio). El Muñeco volverá a enfrentar a un equipo de Repetto, ahora a cargo de Liga Deportiva, y responsable en 2016 del Independiente del Valle que eliminó a River en octavos de final y a Boca en semifinales.
De Brasil habrá cuatro conductores. Reaparece en escena el experimentado Vanderlei Luxemburgo, en Palmeiras. San Pablo tendrá en el banco a Pablo Diniz; Athlético Paranaense, a Dorival Junior, y Gremio conserva a Renato Gaúcho. Paraguay estará estará representado en los bancos por Aldo Bobadilla (Independiente Medellín), Colombia por José Torres (Binacional) y Venezuela por Noel Sanvicente (Caracas). La copa arranca sin técnicos chilenos, peruanos, bolivianos y ecuatorianos.
Flamengo, un campeón que no afloja
Si bien todavía es prematuro para afinar una lista de candidatos al título, Flamengo mantiene la base y la buena forma futbolística que lo llevaron a levantar la copa por segunda vez en su historia, éxito que a fines de 2019 hizo coincidir con la conquista del Brasileirao. En los dos primeros meses de 2020 obtuvo otros tres títulos: la Supercopa de Brasil, la Copa Guanabara de Río de Janeiro y la Recopa Sudamericana al golear 3-0 a Independiente del Valle en el desquite, con dos goles de Gerson y uno de Gabriel Barbosa, el verdugo de River en Lima. Vendió al juvenil volante ofensivo Reiner a Real Madrid y dio en préstamo al zaguero Pablo Marí a Arsenal de Inglaterra.
Más de 22 millones de dólares para el campeón
Conmebol incrementó la recompensa económica para esta edición. El campeón embolsará un premio total de 22,5 millones de dólares más el 25 por ciento de la recaudación de la final en el Maracaná. En 2019, Flamengo ingresó 21 millones (19 fijos más dos por el porcentaje de venta de entradas). El desglose es el siguiente: tres millones por la etapa de grupos (un millón por cada partido de local), 1.050.000 por octavos de final, 1,5 millones por cuartos, 2 millones por semifinales y 15 millones por campeón (seis para el otro finalista).
El VAR se aplicará a partir de octavos de final.
La pausa por la Copa América
La etapa de grupos, de la cual surgirán los dos primeros de cada zona para los octavos de final, se disputará entre el 3 de marzo y el 7 de mayo. Luego, la copa entrará en receso por la Copa América de selecciones que se disputará en la Argentina y Colombia. Se reanudará con los octavos de final, entre el 21 y 30 de julio; los cuartos de final, entre el 18 y 27 de agosto; las semifinales, entre el 22 de septiembre y el 1° de octubre, y la final en el Maracaná, el sábado 21 de noviembre.