211. inuyassha,
el nigromante no decepciona, cuando trae istorias las trae jeniales xd dx
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el nigromante no decepciona, cuando trae istorias las trae jeniales xd dx
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hola mis queridos discípulos, les habla su maestro, el nigromante, bienvenidos a mi casa.
bueno bueno, alguien quiere saber las consecuencias de ser muy curioso, aquí están.
¿el nigromante presenta?
Ella mira, pero nunca habla.
Los ojos. Son las puertas al alma de una persona, es lo que dice todo el
mundo. Yo nunca me tragué semejante basura, siempre fui de los que creía
que nunca se podría conocer el verdadero ser de alguien a fondo… y aún
sigo sin creerlo, aún después de lo que pasó hace tres noches.
Era la chica nueva, y como siempre sucede, todos los jóvenes especulaban
acerca de quién era, cómo era, por qué había llegado ya a la mitad del
ciclo escolar. A mí me daba igual, no me llamaba mucho la atención,
bueno, no en ese momento, si no que hasta que noté al final del día que
ella no me despegaba la mirada. Y no hablamos de esas miradas de niña
boba enamorada, era más una mirada de inspección. Se trataba como si me
estuviera analizando detenidamente, buscando algo que hiciera falta. Al
principio me dio una especie de escalofrío su mirada, pero luego estando
en mi casa más relajado olvidé semejante idiotez.
Al día siguiente de su llegada, la vi… diferente. No era como la chica
retraída del día anterior. Era toda una “chica popular” y esta vez no me
estaba mirando. Decidí hablarle, ya que su nueva actitud me había
agradado. Apenas di los primeros pasos hacia ella y pareciera que
hubiese entrado en un shock al verme. Empezó a ponerse nerviosa, recoger
sus libros e irse. Pero la pude alcanzar gritándole desde lejos “Hola!”
Me sentí como un menudo estúpido, ya que todos me voltearon a ver,
excepto ella.
Al tercer día, ocurrió de nuevo ese cambio. Ahora parecía más sumisa,
con pena, e incluso, asustada. Si ya me había interesado el día
anterior, después de ver esos cambios de personalidad, me interesó más.
Y así pasaron las semanas, hasta que un día olvidó su libro de Química y
fue una excusa para preguntarle al profesor la dirección de ella. Era
un callejón estrecho y de mala muerte. ¿Cómo una chica tan agradable (y
tenebrosa a veces) podía vivir en un barrio de esa índole? Si me lo
hubiese preguntado antes, hubiera salvado mi pellejo…
La casa del fondo del callejón era donde ella habitaba. Se caía a
pedazos, a simple vista se veía el moho brotando de las paredes y el
sonido de las ratas siendo perseguidas por los gatos. Apenas pisé el
primer escalón, éste crujió por la devastación de las termitas. Di el
primer toque a la puerta y noté que estaba abierta. La empujé lentamente
produciendo así una especie de rechinido sacado de una película de
terror de los 70. Las luces estaban apagadas…pero se escuchaban
murmullos. Y no de esos murmullos que las típicas chicas tienen con
amigas en una fiesta de pijamas. Eran de esos murmullos producidos por
sectas, que cuchicheaban secretos…tal vez oscuros, tal vez secretos que
no deben ser conocidos.
Entre con curiosidad (y pavor). Bien dicen que la curiosidad mató al
gato, pero a veces esa curiosidad no puede ser controlada y nos sumerge
en cosas que nunca deseamos saber. Había algo colgado en el techo. Pensé
que era una especie de bolsa, pero borré de inmediato esa idea ridícula,
¿quién colgaría una bolsa en medio de un corredor?
Chorreaba… gemía al tacto… si, era lo que me temía: un cadáver.
Esa chica no era normal, siempre lo supe, pero quise suprimir esa idea.
¿Debí llamara a la policía? ¿Debí salir huyendo e ignorar todo? Bueno,
en esos momentos no pensé nada más que seguir los murmullos y descubrir
que pasaba. Más cuerpos colgados, más vidas arrebatadas, ¿por ella?
Estaba seguro en ese momento, pero después, mis pensamientos pasarían
por una perturbación provocada por el siguiente escenario el cual
presenciaría.
Cinco encapuchados rodeaban el cuerpo desnudo y bañado en lo que parecía
sangre. Su cuerpo. Oh su cuerpo se veía tan débil, desprotegido. Lleno
de flagelaciones, desgarrado por uñas que no lucían humanas, y su rostro
asemejaba una expresión de éxtasis, era una especie de orgasmo
demoníaco. Y como todo hombre, me fijé en sus pezones. ¡Que horror
acontecían mis ojos! Brotaban sangre fresca debido a que previamente
habían sido arrancados. Sí, había llegado en el momento culminante de lo
que sería un culto diabólico, en el cual ella era el sacrificio, bueno,
siempre sacaba conclusiones apresuradas, y como siempre, erraba.
Los susurros eran casi cánticos. Era todo confuso y ruidoso, llegaba a
taladrar mis tímpanos, pero poco a poco se moldearon las palabras en mi
mente:
“Ella mira, pero no habla. Ella espía, pero nunca hace nada. Arrebata la
inocencia, consume su ser humano. Lilith, reina de las tinieblas, madre
del pecado”
Seguían pronunciándolo, cuando ella empezó a hacer una danza… y me miró.
Posó esa mirada que tanto me cautivaba y me daba escalofríos. Era un
baile que sin duda incitaría a cualquier hombre o mujer a consumar el
deseo carnal. No resistí, me uní a ese ritual tan diabólico. Vendí mi
alma por carne de una mujer inocente que, estoy seguro, no buscaba pacto
alguno con Satanás, o como los encapuchados le decían, Lilith.
Desperté en mi cama, entumido, con los miembros adoloridos. Me dije a mi
mismo “Fue uno de esos sueños húmedos raros y de mala broma”, hasta que
vi mis sábanas, manchadas de la sangre que escurría de mi pubis. Grité y
no pude contener mis impulsos de detener el sangrado, pero así sin más,
desapareció toda la sangre. Fui al baño a enjuagarme la cara, abrí la
llave del lavabo y sumergí la cabeza en el agua (como siempre estaba
acostumbrado a hacer, era una mala costumbre, pero me gustaba). Iba a
sacar la cabeza, pero algo me retenía, era un peso en mi cerebro, o en
mi nuca, no sé, pero no podía sacar la cabeza y respirar. Abrí los ojos,
el agua ya no era agua. Quedé inconsciente y cuando al fin desperté
después de dos pesadillas, me encontré con una tercera; estaba en el
hospital, inmovilizado de la cintura para abajo. ¿Qué pasó? Según los
doctores dijeron que cuando iba de regreso de la escuela, el autobús
sufrió un choque, siendo yo el más afectado.
“¿Cómo fue el accidente?” Preguntó una enfermera.
“Oh, fue terrible, ese muchacho, el de la cama 115, es un afortunado sin
duda. ¡Fue el único sobreviviente! Vaya que tiene un gran ángel de la
guarda”
“¿El único? ¿Cuántos iban? Un autobús de ese tamaño…se me hace difícil
imaginar como pudo haber volcado y quedar hecho pedazos”
“Fue una chica… El conductor intentó esquivarla, hizo sonar el claxon,
pero la chica… la chica simplemente no se movió! La arrasó, dejó el
cuerpo despedazado por toda la carretera. Fue extraño que volcara el
autobús, debió haber sido algún desperfecto”.
Fue ella, pensé yo, mientras me hacía el dormido. Ella provocó el
accidente, de alguna manera entró a mi mente mientras dormía, ella me
hizo hacer cosas asquerosas en mis pesadillas. Debía salir del pueblo,
antes de que la chica que no habla viniera por mí. Ya era de noche,
quería bajar de mi cama, pero las malditas piernas no me dejaban. Logré
sentarme a duras penas en el borde la cama, estaba todo oscuro, era el
único paciente del hospital. Quería llamar a las enfermeras, pero mi voz
se entrecortó por alguna razón. Mi respiración se alentó, mi corazón
latía más rápido y ahí estaban: Los cánticos de Lilith. Era la llamada
de ella. Esa noche yo sería otro más en la colección de cadáveres
colgados en la casa del callejón.
Empecé a sentir una respiración asmática en mi nuca, acompañada por una
melodía sin armonía. Poco a poco el canto se tornó en palabras:
“¿Sabes por qué no te hablaba? ¿Sabes… Por qué sólo miraba? Porque así
es ella. A ella le gusta seducir varones, ella mira, pero nunca habla…
Caíste en mi tentación, caíste en el pecado de la carne y ahora sufrirás
por ello”
Mi alma se desprendió de mi cuerpo… la perdí. Mi destino era la perpetua
agonía, esos ojos me hicieron caer. Poco a poco los encapuchados
aparecieron, comieron mis brazos… mis piernas… perdí mis ojos… perdí mi
boca. Hablo desde el más allá, yo caí, tu caerás. Yo sólo te miro… mas
nunca hablo. Ahora te miramos, Lilith y yo, queremos a alguien más para
el festín del deseo carnal. Miramos pero nunca hablamos… observamos y
respiramos, detrás de ti. No te gires, no nos gusta, solo nos gusta mirar.
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como siempre mi carnal, estaba un sábado diciendo, ahora qué onda? ahora qué leo, cuando de pronto veo en mis suscripciónes que mi amigo el nigromante a publicado una de sus historias chingonas. gracias por el contenido que te esfuerzas en traernos mi compa. bien chingón como siempre compa mortem
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si no estuviera en el cole, me cagaria de miedo en mi casa xd
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hola mis queridos discípulos, les habla su maestro, el nigromante, bienvenidos a mi casa.
todo lo que hacemos tiene consecuencias chicos, nunca lo olviden.
¿el nigromante presenta?
Dulces Sueños.
Dick Mason, un joven que estudiaba en la escuela superior, de un
aprovechamiento moderado y de un carácter inoportuno y efusivo estaba
sentado en la sala de espera, frente al área de rehabilitación del
hospital de Alabama, movía sus manos con una inquietud impotente, las
juntaba, las separaba, entrelazaba los dedos, las cerraba, pero sus ojos
se mantenían frente a la puerta de rehabilitación.
Estaba esperando que su padre saliera, o que al menos lo dejaran entrar
a verlo, pues lo habían operado recientemente del apéndice y se
encontraba en reposo. Su madre lo había obligado a ir al hospital para
ver cómo estaba su padre de salud, pero Dick lo había aceptado a
regañadientes, y fue a paso pesado hasta el hospital, que se encontraba
a 5 kilómetros de su casa.
Dick se sentía irritado, pues le fastidiaba tener que esperar. Se
levantó para entrar por su cuenta en la sala, cuando, de repente, una
enfermera salió de esta sala y casi chocan, ésta le pidió disculpas y
Dick, con falta de cortesía simplemente le preguntó:
-¿Cómo está el señor Mason?
-Al parecer estará en reposo por unas horas, debería esperarlo hasta
que lo demos de alta, pues parece que es usted el único familiar cercano
que viene a verlo hoy-. Le contestó con amabilidad la enfermera.
Dick, sin darle las gracias se dio la vuelta y comenzó a rondar el
hospital para matar el tiempo que le quedaba hasta que su padre saliera
de este. Subió y bajó escaleras, recorrió pasillos, jugueteó con los
elevadores, cuando una puerta abierta en la sala de Pediatría le llamó
su atención, estaba entreabierta y él, sin tocar, asomó la cabeza.
Era un cuarto con una sola cama y pocos aparatos, sobre la cama había
una niña que castañeaba de frio y temblaba por todas sus extremidades,
aunque estuviera tapada muy bien con las cobijas del hospital, se
estremecía de un lado a otro fuertemente, sufría mucho a causa de una
fiebre que la asolaba y desesperadamente la pequeña quería tocar el
botón de emergencia en el panel de control que tenía a su derecha. Se
estiraba con sus pequeñas manos debilitadas y con toda su energía para
tocarlo, estuvo a punto de hacerlo, pero el panel se alejó de ella
deslizándose bruscamente, eliminando toda esperanza de la pequeña.
Y allí estaba Dick, él había entrado y había retirado el panel del
alcance de la pequeña niña con un rápido movimiento con su pie y sin
inmutar una expresión divertida. Le emocionaba verla sufrir, verla
retorcerse sobre sí misma, la observó hasta que le dio un ataque y las
máquinas con sus sonidos monótonos avisan que el fin está cerca. Se le
crisparon los ojos que se fijaron en un punto específico, en Dick, la
niña no dejó de verlo, como si no quisiera olvidar su rostro nunca,
intentó levantar un brazo para hacerle un ademán o señalarlo, pero se le
acabaron las fuerzas y quedó inmóvil.
-Dulces sueños -. Murmuró Dick que sonrió satisfecho por ver como se
retorcía la pequeña criatura y como pasaba sus últimos momentos de vida.
Al poco tiempo acudieron los médicos y los enfermeros, la pequeña había
muerto de un paro cardiaco. Dick, inmóvil, dejó entrar a los médicos, le
interrogaron, pero él no les dijo nada, quitándose la carga de la muerte
de la pequeña. Mientras la atendían, Dick vio caer de la mano inmóvil y
débil de la niña una nota que había estado sosteniendo desde mucho
tiempo atrás que decía: “Mis mejores deseos a L. B.”
-Vaya, una niña en fase terminal que sujeta un papel, tal vez son unas
iniciales-. Pensó Dick al acercarse y tomar el papel, para después salir
tranquilamente de la habitación en dónde había dejado morir a la niña y
también un rastro de maldad, perversiones y un ambiente enfermizo.
………………
Era curioso, sí, un tipo muy curioso. Dick investigó en el hospital las
iniciales L. B. que significaban Lilith Benson, una pequeña de 8 años
que sufría de Fiebre Tifoidea y en un momento de descuido de los
médicos, que no pudieron tratarla debidamente, ella sufrió mucho en sus
últimas horas de vida.
-¿A quién le importa una niña morir? Se retorcía como gusano, fue tan
divertido... Murmuró Dick después de investigar a la niña y en seguida
regresó al área de rehabilitación con su padre, pues lo darían de alta a
esa hora.
Después de esperar un poco, Dick y su padre salieron del hospital
caminando lentamente, tomaron un taxi y fueron a la casa de los Mason,
donde al señor Mason le esperaba una bienvenida calurosa por su
recuperación. Sin embargo, Dick se sentía incómodo, como si alguien
estuviera con ellos, como si lo siguieran, como si lo observaran.
Pasaron las horas y se hizo de noche, las luces alumbraban la pesada
oscuridad de las calles y el día comenzó su fase oscura, una fase
fúnebre, una fase aterradora o encantadora, dependiendo de los ojos con
que se mire.
Dick estaba acostado en su habitación, perdido en sus pensamientos, no
podría olvidar como se removía y cómo se retorcía esa pequeña a la que
dejó morir en el hospital, no podría olvidar sus espasmos y no podría
olvidar esa mirada, esa última mirada que con todas sus fuerzas hizo
hacia él. Por alguna razón, solo pensaba en el nombre de Lilith. ¿Qué le
preocupaba? Realmente nada, podía vivir tranquila y plenamente su vida.
-Venga, es solo una simple niña, no hay porqué angustiarse-. Pensó antes
de cerrar los ojos e intentar dormir, pero incluso en su habitación se
sentía observado… e incluso podía escuchar una débil, pero audible
risita de alguien jugueteando. Y con estas preocupaciones, Dick se quedó
profundamente dormido.
A la mañana siguiente, Dick realizó su rutina como lo más normal del
mundo. Se levantó, desayunó, se fue a la escuela, sin embargo, el sentía
que algo no iba bien, pues sus padres se habían comportado muy
indiferentes con él. Pensó que habían discutido, pero lo rechazó, porque
ellos hablaban bien y sólo cuando él se acercó hacían como que no lo veían.
No le tomó importancia y así transcurrieron varias horas. Sentado, en la
escuela, comenzó a tener malestar, le empezaron zumbando los oídos y la
vista le pesaba. Después de un rato, presentó dolor muscular y dolor de
cabeza, todo en unas horas. Pensó que se había refriado, pero se contuvo
de ir a la enfermería por temor a perder clases.
Unas cuantas clases más tarde no podía poner atención, comenzó a
marearse y a debilitarse gradualmente, como si fundieran el hielo a una
temperatura altísima.
-¿Qué demonios pasa? ¿Por qué me enfermo tan de repente?-Se preguntó
estresado porque aún le faltaban varias horas antes de volver a casa.
En las siguientes clases se sentó hasta atrás, para que el profesor no
lo viera mal y lo mandara a la enfermería. Fríos tremendos le recorrían
la espalda y temblaba, como si el clima estuviera a 0 grados, combatía
por poner atención, pero el aturdimiento le ganaba y terminó cayéndose
del asiento.
-Joven Mason ¿le importaría no interrumpir mi clase?-Protestó su
profesor al verlo en el suelo. Normalmente Dick le respondería poco
educad amente, pero se sentía abatido y solo pudo decir:
-Disculpe, me…. siento… un poco mal.-
-Si te sientes mal, deberías irte, no quiero que fastidies mi tiempo-
Respondió su profesor.
Dick tomó sus cosas y sin mediar palabra o mirada salió del salón. Le
costaba caminar, y mantener el equilibrio, se apoyaba contra los muros
de la escuela y se dirigió a la enfermería, se tocó las mejillas, su
cuello y su frente, estaba ardiendo.
-¿Fiebre? ¿Por qué aquí y ahora?-se preguntó y no vio un pilar que
sobresalía en el pasillo, chocó con él y tropezó, se golpeó fuertemente
el brazo y a causa del dolor muscular le dolió muchas veces más.
Mientras se incorporaba, escuchó una risita, pequeña, casi audible,
levantó la cabeza, pensando que era alguna chica que pasaba por allí
casualmente y que se burló de él, pero su sorpresa fue que no vio a nadie.
-Debe… ser la fiebre-Dijo y llegó a trompicones a la puerta de la
enfermería después de caminar unos momentos.
No tocó la puerta, simplemente entró y su desconcierto fue encontrar
vacía la enfermería. Nunca estaba sola, por esto le extraño que no
hubiera nadie.
-Menuda…. suerte la mía, qué mal servicio-. Protestó con voz baja y
salió de la enfermería. No pudo ir a otro lugar que no fuera su casa,
así que se encaminó lenta y dolorosamente.
En el camino la gente lo veía, pero no le prestaba atención realmente.
Se burlaban de él, en especial los niños, por verlo tan extenuado que
causaba lástima y pena. La cabeza estaba a punto de estallarse, pues le
dolía tremenda mente y apenas podía mantenerse consiente.
Con las extremidades temblando, con la mandíbula castañeteando y con su
agudo dolor muscular tocó por fin la puerta de su casa y nadie salió a
recibirlo. Sacó las llaves de su mochila y abrió la puerta, atravesó el
patio y llegó a la puerta principal, la abrió y se encontró con una casa
vacía, pero había una nota en la mesa:
“Dick, fuimos de viaje, volvemos en 2 días”
Era la letra de su madre, no decía nada más, ninguna otra referencia.
¿Comida? ¿Deberes? No decía nada.
Dick suspiró y se dejó caer en el sillón de su sala, estaba ardiendo,
tomó un termómetro y se tomó la temperatura, el resultado fue 41.2 de
fiebre, él sabía que estaba muy mal. Quiso quedarse dormido, pero no
pudo y solo ganó perder tiempo, cerraba y abría los ojos. Cuando creyó
que se iba a dormir, la carta de sus padre cayó al suelo y aunque era un
papel liviano y como estaba solo en casa, lo escuchó claramente caer,
sin abrir los ojos supo qué era, pero después escuchó otra vez esa
risita, la de la escuela y un escalofrío recorrió su espalda. Era una
niña, sin lugar a dudas ¿Cómo entro a su casa? ¿Eran sus paranoias y la
enfermedad? Se levantó precipitadamente del sofá y se acercó a la
puerta. Miró su reloj y vio que eran las 7:00 PM
-¿Qué es esto? Cuando… llegué a casa…. eran las 3:00 PM ¿Cómo…. pasaron
4 horas tan rápido?- Se preocupó, pero no tenía tiempo para eso, debía
llegar al hospital, era la única esperanza, sentía que su piel ardía
cada vez más y apresurándose cerró las puertas de su casa y se encaminó
rápidamente a este. Debía recorrer 5 kilómetros, quiso pedir algún
transporte, pero la calle estaba desolada tanto de autos como de
personas, y la calle oscurecía rápidamente.
-Joder, el mundo está contra mí…-suspiró tristemente y se apresuró con
paso tambaleante por las calles anaranjadas que en unos minutos serían
oscuras, como un alma corrompida.
......................
Caminó mucho, ardía, se quejaba, a lo lejos vio el hospital de Alabama
por el que un día antes había salido sanamente, resbaló varias veces,
temblaba, le pesaba el cuerpo, pero tenía una decisión extraordinaria.
Debía llegar.
Pasó frente a un parque, a lo lejos vio a una niña sentada en el
columpio, meciéndose lenta y constantemente, adelante y atrás, le
resultó familiar aquella niña que se le quedó viendo a los ojos, Dick se
detuvo y la contemplo.
-No… no puede ser ella…. ¿Lilith?-. La miró un momento y esta le sonrió
macabramente, Dick abrió los ojos de par en par, retrocedió, parpadeó y
ya no estaba. Le faltó el aire y la cabeza le pesó más. Aun así apuró el
paso, cayó otra vez en la entrada del hospital y a rastras abrió la puerta.
El recepcionista llamó a los médicos y en menos de un cuarto de hora
Dick estaba en una camilla de hospital siendo transportado a una
habitación, apenas estaba consciente de sí mismo, le daba vueltas el
mundo. Percibió como subían por el ascensor y como movían rápidamente la
camilla.
-Ya no hay habitaciones disponibles.-. Dijo un médico que no traía
puesto su cubre bocas.
-Debe de haber alguna, busca en el expediente-. Le ordenó el que dirigía
la camilla.
El primero movió rápidamente los papeles de su agenda, desprendió
algunos, dobló otros y le respondió al segundo:
-Nada más queda libre una habitación, en la sala de pediatría.-Respondió
secamente y siguió un silencio profundo…
Dick se imaginaba lo que vendría, un giro inesperado de sucesos que lo
conduciría a una habitación que él conocía muy bien. Abrió un poco los
ojos y reafirmó sus predicciones: Iba a quedarse en la habitación en
donde antes había estado la pequeña Lilith Benson.
Sudor frió cayó por su espalda, otro escalofrío y un miedo intenso lo
acompañaron mientras lo instalaban en esa cama, polvorienta y poco
cómoda. Tragó saliva, pero le costó trabajo, la enfermedad y el miedo lo
dominaron, comenzó a temblar inconscientemente y se desmayó.
……………
Despertó unas horas después, había llegado al hospital a las 8:30 pm y
eran ahora las 12:00 pm, su habitación estaba oscura, iluminada por el
panel que estaba a su lado. Él estaba conectado a este y suspiró
profundamente, se sentía terrible.
Hacía un viento gélido, el aire golpeaba las ventanas y se percibía el
olor a humedad, a lluvia, mientras se sumaban los relámpagos que
encendían unos momentos la habitación.
Dick temblaba, recapacitaba y se daba cuenta de que era un completo
patán. Sabía que no le quedaba nada, se sintió peor, la cabeza le dolió
aún más y todo el cuerpo palpitaba, gemidos y lamentos repercutían en la
habitación, articuladas por su boca ¡¿Cómo había dejado morir a aquella
pobre niña!? ¡¿Por qué había sido tan insensato?! Era una basura, él se
sentía una basura. Lloriqueó y retorció las manos una y otra vez, no se
controlaba, el pesar de sus actos era extremo, estaba muriendo lentamente.
Un relámpago y luego otro irradiaron la habitación, Dick pudo ver a una
figura pequeña y menuda en la puerta, parada, sonriendo… una niña. De
repente, comenzó a temblar más y más, la niña le sonrió diabólica mente,
vio el fulgor de sus ojos, tan letal, lleno de muerte y satisfacción. Se
dio cuenta de que no habían sido los sucesos lo que lo habían llevado
allí, sino que fue la niña, ella controlo a su manera los hilos de su vida
para ponerlo en una situación horrenda.
Eso fue más de lo que pudo soportar su cuerpo y su mente, presa de
todos sus males se estiró en un último esfuerzo por tocar el botón de
emergencia del panel, extendió sus manos, estaba a punto de tocarlo,
cuando, de la nada, el panel cayó de lleno en el suelo, tirando todo.
Dick levantó la vista y allí seguía la niña, sonriendo y este cayó
también al suelo, sufrió arcadas, una convulsión mortal y una tensión de
todos sus músculos.
En el suelo, lo último que su mente pudo procesar, lo último que vio,
fue a la niña sonriendo satisfactoriamente, frente a frente y Dick
escuchó un último, triste y leve: Dulces sueños.
Instantes después, Dick murió de un ataque al corazón.
Score: +0
oookaaay, esa historia si que me dio miedo y mucho xd
Score: +0
hola mis queridos discípulos, les habla su maestro, el nigromante, bienvenidos a mi casa.
hoy no les traigo una historia sacada de los rincones mas oscuros de la internet.
hoy quiero compartir con ustedes algo que ayer, revisando mi pc por motivos personales, encontré en mis documentos.
esto fue escrito por mi cuando yo tenía 13 años, así que ya les digo que es una mierda, no me juzguen porque ya les digo yo que es malo.
sin mas por el momento, ¿el nigromante presenta?
historia sin nombre.
La noche estaba completa mente oscura, yo iba caminando por la acera, una joven iba caminando enfrente mío.
Era muí bonita, tenía el pelo rojo que le llegaba hasta los hombros, y unas facciones delicadas.
¡perfecto! Exclamé con alegría. Una sonrisa se dibujó en mi rostro oculto tras la capucha negra que llevaba.
Extraje la daga de la vaina de mi muñeca derecha y caminé hacia la chica con lentitud.
¡hola,!¡buenas noches! Dije, mirándola fija mente tras los cristales de mis lentes oscuros.
¿Eh?
¡ah! ¡hola! Buenas noches.
Disculpe,
Es que no lo vi.
No pasa nada, dije mientras me movía buscando la postura perfecta para no fallar el golpe.
¿y dime, que ase una linda jovencita como tú aquí sola tan tarde?
bu bueno, yo regresaba de la casa de una amiga.
Me dijo la niña, tartamudeando un poco y sonrojada como tomate, creo que por mi cumplido.
bueno, ¿te parece si te acompaño un rato?
Este era el momento, ¿acaso ella si habría escuchado las advertencias?
¡sí!¡claro! gracias por ofrecerse señor.
La verdad es que me da miedo estar sola.
¡bueno! Parece que esta tampoco hizo caso a las señales.
¡ni modo! ¿Qué le vamos a hacer?
Dos horas después.
¿otra más?
Le preguntó el detective al oficial de turno.
¡si!
Hombre.
Que mala suerte.
Tan bonita que estaba.
El detective giró la mirada hacia donde miraba su compañero.
En el suelo yacía una joven ensangrentada, con un lindo cabello rojo que se miraba aún más rojo por la sangre que yacía sobre él.
Por lo demás, era imposible reconocerla. Pues su rostro estaba tan desfigurado a causa de los cortes y golpes que ya era imposible saber quién era.
Incluso en algunas partes, el rostro parecía una masa grotesca de carne molida y sanguinolenta mas que una cara en si.
Al lado de la chica, en una nota de papel negro con una calavera roja, y escrito con una perfecta caligrafía, estaba lo siguiente.
¿Cuándo aprenderán a no aceptar la compañía de extraños?
Posdata. encuéntrenme si pueden hijos de perra.
Azrael inferno, el ángel de la muerte.
Score: +0
eso fue interesante pero sigue asi nigromante xd
Score: +0
se ve que el nigromante es aficcionado por lilit. tá bueno!
Score: +0
esperando más historias terroríficas .
Score: +0
unas historias sublimes.
hablando de lilith, miren lo que me encontré por aquí:
una oración para amarrar a tu ser amado.
aquí abajo se las pego:
¡Saludo a Lilith, Dama de la noche!
Tus largos cabellos fluye enmarcan tu belleza,
fundiéndose entre las sombras,
Señora de los ojos negros profundos, antiguos,
y translucen magia y secretos.
Eres poderosa y libre,
ningún ser es tu dueño, ninguno tu maestro.
Vuelas sobre las alas de la noche,
y el búho transmite tus mensajes.
Desde los comienzos, estabas aquí,
ningún hombre pudo jamás dominarte.
¿Por qué deberías ser dominada
si ser tu propio gobernante es tu naturaleza?
Cuando Adán quiso tu sumisión
elegiste tu libertad,
y desde entonces los hombres
siempre te han respetado y temido
porque en sus sueños apareces
y el dominador queda dominado por ti,
ninguno puede negarse a tu sensualidad,
todos caen bajo tu hechizo.
Yo hoy te invoco, Señora de la noche,
pera que derrames sobre mi tu poder,
y me permitas acceder a los sueños de mi amado,
con pasión, belleza y sensualidad,
y que quede arrebatado y lleno de lujuria.
Diosa de la noche, belleza salvaje,
sombra oscura que vaga
por el lecho de los hombres,
enséñame a no tener miedo,
a sentir el poder cantando y fluyendo
por mis venas, por todo mi ser.
Ayúdame a enfrentar y balancear
las sombras existentes en mi naturaleza,
y a lucir con orgullo mi sexualidad,
de disfrutar de mis pasiones.
Yo te invoco y solicito tu ayuda,
para entrar en los sueños de mi amor,
y provocarlo, seducirlo, amarrarlo a mi,
que fluya tanto amor por sus venas
como jamás sintió por ser alguno,
para que la lujuria llene cada poro de su piel,
para que se desespere de amor por mi.
Lilith, diosa de la oscuridad,
protégeme de las sombras la oscuridad
que me quieran dañar
y mantenme a cobijo de tus oscuros servidores.
Lilith, no hay alegría en mis mañanas,
solo lágrimas de amor y confusión mental
incluso el sol ya no brilla para mi,
lanza tu hechizo para que pueda recobrar
el amor de mi amado, y que regrese apasionado,
líbrame del veneno de la soledad
que me angustia y desespera,
devuélveme sus besos, sus caricias y su amor,
porque mi vida sin el no es vida.
Dama de la Noche, acude a mi,
escucha mi petición,
y comparte conmigo tu poder.
Gracias Diosa de la oscuridad.
Score: +0
Last edited by Grecas, Aug 8 2022 21:38:18
hmmm. Pero... y que pedirá a cambio?
Score: +0
entiendo que tu creencia, por que no estipula ningúna pedida. o tu creencia o tu alma... ¿se arriesgarían a probar? xd
Score: +0
juuuuas, ni por loco ago esa oración primero, porque no tengo novia, xegundo, porque no me arriesgo a que pida cosas importantes solo para que tenga a esa persona xd dx
Score: +0
Desde ese día no puedo dejar de pensar en ti, desde que me sujetaste con tu mano, y por segundos rocé tu cuello hasta que me apartaste de repente. Fue una sensación nueva, de ensueño, adictiva; diferente a cualquier percepción anterior, incomparable a la fruta, a la carne fría y muerta. No puedo esperar más, sé que has estado pensando en mi, sé que volverás, me pondrás contra tu suave cuello y podré sentir tu piel, tu calor, tu sangre, tu carne, tu vida escapando sobre mi cuerpo. Solo ven, ven pronto, rápido, rápido, rápido, rápido, ven y úsame, te deseo.
Score: +0
nani? eso que es!
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parece alguien enamorado/a de un vampiro con quien ya tuvo su encuentro y por lo tanto desde aquel día es uno más de ellos?
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de echo a mi me parece que es un kuchillo que de alguna manera logró tener consiencia propia
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añslkdsñlkdjf con ese ultimo post xd
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see, lo que dice el mortem tiene sentido, parece más un cuchillo con vida ñlaksjdkflñjasdf
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hola mis queridos discípulos, les habla su maestro, el nigromante, bienvenidos a mi casa.
después de un tiempo, su dios regresa con nuebo contenido para ustedes, sin mas espera.
¿el nigromante presenta?
Muerta en vida.
Cuando me mudé de casa encontré una caja que tenía escrito afuera con un marcador rojo “Antonia”. Posiblemente a los antiguos dueños se les debió haber olvidado, dentro de esta se encontraba un diario de vida al parecer de una joven, unas páginas arrancadas de libros de medicina que hablaban de lepra, artículos de periódicos antiguos y un par de fotografías de una joven de aproximadamente 15 años, con un cabello castaño rizado y grandes ojos azules.
04 de enero: Estos últimos días mirándome al espejo he notado que me han salido pequeñas manchas rojas en mi piel, se las he mostrado a mi padre y me dice que no las nota, que posiblemente es alguna reacción alérgica a algo que comí.
25 de enero: He notado que las manchas no han desaparecido es más se han ido expandiendo por mi cuerpo, mi padre se reusa llevarme al médico.
02 de febrero: Me di cuenta que pierdo sensibilidad en brazos y piernas, y mis manchas se están volviendo heridas, y a mi padre no le preocupa…
15 de febrero: Estaba cociendo un botón y me he pinchado con una aguja no he sentido dolor lo cual me asustó, la retiré y la enterré con fuerza para atravesar mi mano tampoco la he sentido, mi padre me vio y me lleva al hospital para que me retiren la aguja de mi mano, quizás allá si noten las heridas en mi cuerpo.
27 de febrero: No pude mostrarles bien mis manchas a los doctores mi padre no me dejó, me dijo que no tenía nada ¿Será que simplemente no le preocupo? Mis heridas están enormes, creo que tengo hasta adentro de la nariz porque me cuesta respirar, creo que tengo lepra… No tengo fuerzas para nada hoy me quedaré en cama
06 de marzo: Mis cejas se caen ha de ser por estas malditas heridas que ya abarcan todo mi cuerpo mi dedo meñique de la mano izquierda se ha puesto negro
17 de marzo: Mi meñique se ha caído…se lo he mostrado a mi padre suplicándole que me lleve al hospital y me ha gritado diciéndome que lo deje en paz, las heridas se están haciendo cada vez más profundas creo que ya llegaron a mi estómago siento dolores fuertes, creo estoy muriendo, al parecer eso sería lo mejor… en las noches he escuchado a mi padre llorar en su habitación creo que extraña a mamá
01 de abril: llevo 6 días sin dormir, mis heridas son tan grandes que ya puedo ver mi carne al rojo vivo, en mi cara ya no queda piel, quiero morir… No tengo suficiente fuerza para colgarme, así que me intentaré cortar con un cuchillo, no quiero sufrir más…
¿?: Realmente no sé qué día es, estoy en mi habitación… Lo último que recuerdo es que enterré el cuchillo en mis muñecas, estoy muerta, no siento mi respiración, el dolor se ha esfumado, siento que estoy vacía mi corazón ya no late. ¿Esto viene después la vida, un estado de vida sin vida?
Hace unos días sentía picazón en un brazo, al mirar vi que mi piel se movía como si hubiese algo abajo, con una navaja hice una pequeña incisión y pude ver gusanos bajo mi piel… me están comiendo. Mi cuerpo huele mal creo que me estoy pudriendo estoy viviendo la muerte lentamente. A veces veo a mi padre me mira de una manera extraña y no me habla, me trae comida a mi habitación aunque ya no como, ya que estoy muerta. Comienzo a pensar que es un ángel que tomó la forma de mi padre que está acompañándome mientras me desprendo de mi cuerpo inservible para luego llevarme al paraíso y acompañar a mi madre.
Al acabar de leer el diario, tomé los periódicos que estaban dentro de la caja; al leerlos me dieron escalofríos. Se referían a la muerte por inanición de una joven llamada Antonia, con múltiples cortes autoinfligidos y marcas de sus propias uñas en su cuerpo como si tuviese la necesidad de rascarse. Después de hablar con su padre e investigar el caso de la muerte de Antonia, se llegó a la conclusión de que la joven padecía una enfermedad llamada “Síndrome de Cotard”, más conocida como la enfermedad de los muertos vivientes, que provoca en los afectados la creencia de tener enfermedades terminales.
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uffff, esa historia aunque a pasado no quisiera saber lo que se ciente porque parece que es muy dolorosa
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joder como era que se hacía esto no mames wey ya ni me acuerdo.
que onda perra ya llegó el Chile.
wey pero que chingados?
y tu quien piñas eres?
soy el nigromante, ese cabrón al que toda la bola de adictos al terror mas inenarrable que están subscritos a esta madre idolatraban.
a bueno que chingón y que haces aquí?
pues que piensas pendejo, vengo a hacer mi trabajo.
we pero seguro la gente ya no se acuerda.
¡cállate perra!
claro que me recuerdan si soy la poya con se boya y Chile, nomás mira esto.
a ver cabrón tírame la intro.
hola mis queridos discípulos, les habla su maestro, el nigromante, bienvenidos a mi casa.
después de esta intro toda pendeja que aclaro para que no me reporten, me estaba insultando a mi mismo y se que muchos se dieron cuenta, pero no está de mas aclararlo para evitar malos entendidos.
chingo de tiempo lo ce, y como no estoy seguro de que les siga gustando esto, dejo esta madre a modo de prueba.
si quieren ver mas contenido comenten y hoy mismo les tengo algo.
sin mas paja por el momento.
saludos del nigromante.
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ponete una historia rica bro, que ahora re aburrido y quiero darme un sustillo jajaja.
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Dale pa :D.
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Mande mande :D
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sii, anda! esperamos con ancia.
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hola mis queridos discípulos, les habla su maestro, el nigromante, bienvenidos a mi casa.
no los quiero aburrir con paja de que onda como han estado y esas mamadas porque no es lo que buscan.
a si que sin mas demora.
¿el nigromante presenta?
dos historias para que algunos con fobias me odien jajajajajaja...
Cucarachas...
Raúl aplastó con fuerza a la cucaracha. Su esqueleto y restos de órganos se quedaron pegados entre el suelo de su piso y la suela de su zapato. Raúl odiaba las cucarachas y en su barrio de Miami había una auténtica invasión ése verano. El hecho de no tener aire acondicionado en el piso de alquiler y que Raúl no fuera un obsesionado de la limpieza, agravaba la situación.
Justo antes de acostarse, vio otras 3 cucarachas en la cocina, a las que pisó de nuevo con rabia casi desquiciante y entre maldiciones se fue a dormir. Al día siguiente comenzaba su turno a las 6 de la mañana y quería dormir un poco para afrontar una nueva y penosa semana.
En cuanto se tumbó en la cama se durmió, apaciblemente, soñando con esa camarera que todas las mañanas le miraba a los ojos. Soñó que acercaban los labios y se besaban, casi sentía sus labios carmesí en contacto con los suyos.
El sueño era muy real, demasiado real. Abrió los ojos y vio una cucaracha trepando por su boca. Repugnado, la apartó de un manotazo y con un grito que llegó a avergonzarle. Cuando encendió la luz, casi le dio un infarto. En la cama había por lo menos una veintena de cucarachas y el suelo de su habitación estaba completamente cubierto.
De un salto salió de la cama infestada y aún con los pies descalzos hizo explotar todas las cucarachas que pudo. Eran enormes. Raúl corrió hasta la puerta de la calle, pero estaba cerrada, ¡estaba atrapado! Fue hacia las ventanas, ya que vivía en un primer piso y el salto podría no hacerle demasiado daño. Pero las ventanas estaban completamente cubiertas por cucarachas. Intentó apartarlas cuando una de ellas le mordió, ¡las cucarachas le atacaban!
Corrió de nuevo al cuarto de baño. Con agua podría defenderse y tenía una manguera con la que regaba el jardín, pero el agua tampoco funcionaba. En lugar de salir agua por el grifo, salían cucarachas.
Raúl se resbaló y cayó sobre la bañera. Las cucarachas se abalanzaron sobre él. Le mordían la piel, los pies, las uñas, el pelo, la cabeza. Una cucaracha incluso le comenzó a morder los ojos. Lo último que consiguió sentir fue una cucaracha entrar por su boca y comenzar a devorarlo, literalmente, desde su interior. Cientos, miles de cucarachas, se abalanzaron sobre su cuerpo.
Insectos...
Desde pequeño, he jugado con los bichos, ¿la razón? Bueno, nunca tuve amigos. Ya no me gustan nada. La razón ya la veréis.
Mi hermano pequeño en Halloween
Cuando ocurrió este primer suceso, no me asusté al principio. Como cada Halloween, fui a pedir dulces con unos amigos. Uno de ellos, Manuel, tenía un hermano pequeño, que era amigo de mi hermano. Mi hermano, ya con 6 años, quiso venir con nosotros, y al final, pues vino. Estuvimos hasta tarde, hasta las 12. Bueno, en realidad dejamos de pedir dulces a las 10, pero nos fuimos a casa de Manuel a ver una película. Tras eso, mi hermano se tumbó en la hierba bocabajo, molido por la noche que tuvimos, se puso a dormir.
Unos días después, mi hermano se quejaba de unos picores insoportables en la cara. Se pasaba el día rascándose, y un día mi madre le llevó al médico. El médico dijo que no era un problema de la capa externa de la piel, así que te harían un estudio de cuyo nombre no me acuerdo para examinarle la cara por dentro.
Al llegar los resultados, el médico nos los dio. Tenía una cara horrible, como si hubiese encontrado algo aterrador. No sé si puse la misma cara al enterarme de que mi hermano tenía hormigas por toda la cara, y que estaban llegando al cerebro, donde harían su cueva. Los médicos dijeron que probablemente se le metieron huevos de hormiga. Recordé la noche de Halloween. Desde entonces tengo fobia a las hormigas, pero no a los bichos.
Mi prima y sus tampones
Ya sé que suena muy, muy mal, pero no, no es una historia pornográfica. Fui a la casa de mi prima a visitarla. Me había sacado el carnet de conducir hacía poco, en esa época, tenía 21 años. Mi prima me contó que ya le había venido la regla, y la dije, "¡Felicidades, ya eres mujer!", ella se rió. Sus padres tenían que ir a trabajar y me quedé con ella. Quisimos ir a la piscina, ella me dijo que se iba a cambiar y a hacer otras cosas. Me imaginé lo que quería decir, se iba a poner un tampón. Era obvio, pero no dije nada.
Fuimos a la piscina, donde pasamos unas horas, y salimos ya que mi prima tenía grandes dolores estomacales. Pensé que era porque le había caído algo mal, o por calambres. Pero me dijo que el dolor era horrible y la llevé al médico. Al mismo que descubrió lo de las hormigas. Una vez más, volvió con los resultados horrorizada. Me susurró que otra vez eran los bichos. Esta vez cucarachas. Los tampones estaban infestados de huevos de cucarachas, y habían eclosionado justo en su útero. La operaron. Se quedó sin útero. Al diablo su sueño de tener hijos.
El gusano
Adivinad que es lo que viene, otra historia de bichos. Creo que es la peor, pero mi opinión es diferente a la vuestra. La familia entera fuimos a comer unas hamburguesas. La mía tenía un gusano y no me di cuenta. No era la solitaria, era algo más aterrador. No sé cómo decirlo. Tras comer esa hamburguesa, fuimos a mi casa. Ahí yo tenía 27 años. Mi prima tenía novio, y no sé cómo quedó embarazada, si no tiene útero. Todo iba bien.
Los siguientes días seguía activo, me encontraba muy bien. Coincidió que tomé un yogur que supuestamente no tenía lactosa (soy intolerante) y me puse muy mal. Fui al médico, el mismo de las otras historias para que me hiciese un estudio. No resultó nada sospechoso, y éste dijo que el dolor venía a lo mejor de una herida interna causada por la inflamación. Dijo de broma que también podía ser un insecto que me atravesaba las entrañas. Adivinad cual era la respuesta, no, no era la primera. Un gusano, de 7 metros de largo, estaba perforando mi estómago, mi intestino largo, y se dirigía al intestino grueso.
No me enteré porque la baba del bicho era anestésica. Me operaron e intentaron de todo, para evitar el derrame de ácidos, me quitaron el estómago. Me encantaba la carne y ahora sólo podía comer papillas, papillas muy líquidas, porque también me quitaron 4 metros de intestino largo, y encima el gusano no salió. Se metió hacia mis entrañas y destrozó el páncreas, desde siempre tendré que tomar líquidos, y encima, me tendré que inyectar insulina y glucosa, ya que no puedo digerir un cacho de pan. Pero no acabó ahí.
Mi muerte fue lenta y dolorosa. Tras destrozar el páncreas, se dirigió a los pulmones. Avanzaba lentamente, quitándome mis pulmones, llegó un punto que necesitaba llevar una bombona de oxígeno a todos lados. Tal vez les de lástima la muerte de mi hermano, pero la mía fue mucho peor. Subió por mi laringe, y por unos 30 segundos no podía respirar. Se cargó mis cuerdas vocales, y por fin salió. Me dejó el cuerpo hecho una auténtica basura, pero sobreviví. Por el momento.
Con todos mis problemas, sólo estaba preocupado por mi salud, no hace falta mencionar que el médico se suicidó, ¿quién habría aguantado eso? Se merece respeto, más de uno se hubiese suicidado con lo de los tampones. Iba a otro médico, y me tocó una revisión para ver si no aparecían más problemas. Una ecografía vio 87 gusanos de 10 cm arrastrándose por mi cuerpo. El gusano puso huevos.
3 de los gusanos perforaron mi médula, ósea por la zona del cuello. No me importa mucho, ya estaba con respirador, pero me dejó totalmente paralítico. Y encima, me hacía encima. Se pueden imaginar la poca dignidad que me quedaba, por no decir ninguna. Mi ayudante me cambiaba los pañales. Me iban perforando lentamente, y no tardaron en llegar a la cara, que se empezó a gangrenar. Me quitaron la nariz y las dos orejas, y un buen cacho de cara. Estaba horriblemente deformado. No me importó mucho, porque días después me llegaron a los ojos, y me los quitaron.
Ya me daba igual todo, no me veía al espejo. Sin poder comunicarme ni recibir información de ninguna manera, los gusanos iban a mis extremidades, con lo que se gangrenaron y me quitaron las cuatro. Tal vez piensan que es mentira, pero no. Cuando me perforaron la médula, un débil hilo de comunicaciones que quedó me permitió mover ligeramente las extremidades y tener tacto en ellas. Piensan que pronto sería mi fin, pero no. La historia es muy larga, así que simplemente diré que destrozó todos los órganos menos el corazón, que seguía latiendo.
Me agujerearon un poco el cerebro en el lóbulo frontal y en el hipocampo, así que me quedé imbécil. Terminé muriendo cuando me perforaron el corazón. Si se preguntan cuánto duró el infierno, les respondo que 5 años. Pasaron 3 años hasta que me detectaron los otros gusanos. Así que, se imaginan el trauma de los malditos bichos.
La verdad es que, no me creo que no los matase uno a uno de una manera dolorosa, y que llegué a querer casarme con una hormiga. No lo sé, y no quiero saberlo.
asta siempre me despido, su amigo.
lucas.
nota del nigromante, si entiendes la referencia, eres un puto crack
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qué miedo... Socorro... Insectos... arañas...
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Estaba leyendo la historia, pero como estoy pronto a dormir... Y como tengo insectofobia... Mejor no.
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