Pue sho que no soy argentino carijmático sensishito, por ejemplo, desde que me encontré con Borges en la secundaria (esto a raíz de un maestro que me compartió varios audiolibros), quedé encantado con él, aunque tal vez eso sea porque no soy más que un freak. Al principio no entendía del todo sus lecturas, en especial sus poemas, pero con el tiempo fui comprendiendo un poco más. Eso sí, no soy tan borgiano como cabría esperarse, pero tampoco digo que sea un embole o algo parecido. Con Cortázar ni se diga, en especial con sus cuentos.
Yo creo que el interés por estos autores no surge tanto porque sean la sensación de tik tok o porque aparezcan en muchas listas de lectura, sino que es mejor leerlos por uno mismo y con base en eso ver si son de nuestro agrado o no. En mi caso ha sido así, pero igualmente habrá quienes prefieran leer los libros de ciencia ficción más nuevos, o también poemarios más recientes que hablen con un lenguaje tan cercano como un Oxxo.
Lo que sí me pasó un poco fue eso de que a uno como escuincle no lo entretiene tal lectura, porque uno a esa edad prefiere estar editando audios o escuchando creepipastas (espera, otra vez hablando de mis friqueces). Esto me pasó con los cuentos de Rulfo. Aunque mi papá sí los disfrutaba, al menos la mayoría, yo no los encontraba tan interesantes, cosa que ahora ha cambiado para mejor. Aunque claro, yo desde casi siempre aborrecía la lectura y prefería hacer más esas cosas, no como el típico escritor que ya tiene 5 años y ya ha leído La iliada y La odisea de corrido (sí, sé que estoy exagerando)= y ya apartir de ahí lee todo lo que se encuentra en la biblioteca de sus padres.
Yo creo que los clásicos se hacen justamente cuando son leídos de generación en generación y a pesar del tiempo transcurrido logran mantener su vigencia o, ya al menos, entretener al lector, que para eso es que se han hecho desde su concepción.