la casa del nigromante (en curso)

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121. inuyassha,

jum, interesante la historia

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122. Alexander-Mortem,

con esta primera historia, comienzo la que e denominado semana del terror japonés, en la que les publicaré una historia del país del sol nasiente por día, y si puedo dos o tres cada día, sin mas que agregar y disculpándome por mi ausencia, hola chicos, yo soy el nigromante, bienvenidos a mi casa.

cuidado si la escuchas, y sobre todo, no te burles de los demás, puede que te arrepientas...

¿el nigromante presenta?

Teke Teke...

En una ciudad de Japón, vivía una joven estudiante de secundaria, que
todos los días para ir a la escuela tenía que pasar al lado de las vías
de un tren. Al ir a casa volvía por el mismo camino, siempre teniendo
cuidado de no acercarse mucho a los rieles pues los ferrocarriles
pasaban constantemente.

Lamentablemente, la jovencita sufría mucho de bullying en el colegio
pues era muy tímida y retraída. Las chicas de su salón la señalaban y se
reían a sus espaldas, sin que el profesor interviniera. Y es que en la
institución los maestros tenían prohibido involucrarse en los asuntos
personales de sus alumnos. Así que todos se aprovechaban de esta pobre
chica, incluso delante de los mayores.

Un día, al salir del colegio, unas muchachas la empezaron a perseguir
para cortarle el cabello. Asustada, echó a correr por el camino de
vuelta a casa con tanto ímpetu, que resbaló en las vías. Un pie se le
atoró entre las tablas, impidiéndole escapar de una muerte terrible.

Justo en ese instante un tren le pasó por encima, cortándola en dos
desde la cintura y matándola al instante.

Sus restos fueron retirados ante la consternación de los vecinos,
quienes por mucho tiempo consideraron la posibilidad de cerrar ese
acceso para los ferrocarriles. Al final cuando la conmoción se calmó, el
asunto quedó olvidado y todo volvió a la normalidad. O casi.

Un día, las chicas que solían acosar a la joven fueron encontradas
aterrorizadas en la zona. Afirmaban haberla visto y ser perseguidas
hasta el cansancio. Decían que la muchacha solo tenía su torso, la
cabeza y sus brazos, con los que se desplazaba rápidamente mientras su
hombros hacían un sonido muy particular: teke teke, teke teke, teke teke…

Las muchachas se encontraban en tal estado de psicosis, que fue
necesario trasladarlas a un hospital para poder sedarlas. Lo cierto fue
que nunca se las volvió a ver por el vecindario. Mientras tanto, otras
personas afirmaron haber visto a la chica muerta de la misma manera que
ellas habían descrito.

La llamaron Teke Teke, por el espantoso ruido que hacía al caminar sobre
sus brazos.

Hubo quienes no dieron crédito a estos avistamientos, pero de cualquier
manera no tardó ella en convertirse en una leyenda nacional. Cada vez
eran más los individuos que afirmaban haberla encontrado no solo en las
calles de Tokio, sino en tantas otras ciudades y prefecturas del país.

Se dice que en la actualidad, Teke Teke sigue apareciendo para espantar
a los incautos. Es un ánima en pena que se siente muy sola y se ha
dejado arrastrar por el resentimiento. Cuando alguien se cruza en su
camino, lo persigue por suelo y paredes moviéndose como una araña encima
de sus dos brazos. Si logra atrapar al desafortunado, lo parte por la
mitad para volverlo como ella y vengarse del sufrimiento por el que pasó
en vida.

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123. inuyassha,

pero que, mello ese me asusto re arto apenas acavo xd

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124. Alexander-Mortem,

hola chicos, yo soy el nigromante, bienvenidos a mi casa.

siguiendo con la semana de Japón.

¿el nigromante presenta?

Okiku…

Eikichi Suzuki era un joven de diecisiete años que habitaba en Sapporo,
ciudad japonesa muy célebre de la isla de Hokkaido. Corría el año 1918 y
transitaba por la calle de Tanuki-koji en busca de un regalo para su
pequeña hermana, Okiku, quien solo tenía dos años.

Al parar en una tienda, reparo en una hermosa muñeca que de inmediato
llamó su atención. Su carita era muy fina y sus cabellos eran negros.
Vestía un kimono tradicional en colores rosa y morado. A Eikichi le
recordó muchísimo a la niña y decidió llevársela. Desde el primer
instante en que la recibió, Okiku quiso mucho a esa muñeca.

No se despegaba de ella ni un instante, llevándola consigo a todas partes.

Desgraciadamente, la niña enfermó de una gripe terrible al poco tiempo y
al no contar con las atenciones médicas necesarias, la enfermedad se
complicó y ella murió.

Con gran pesar, su familia dispuso los funerales pertinentes y cremaron
su cuerpo. Cuando volvieron a reparar en su muñequita, eligieron
colocarla en un altar que le habían hecho en casa. Así, todos los días
podían rezar para pedir por si eterno descanso.

Meses más tarde, la madre de Okiku se fijó en la muñeca y vio con
sorpresa que el cabello le había crecido. ¿Cómo era eso posible? Cuando
la mujer se la mostró al resto de la familia, nadie fue capaz de
atribuir una explicación razonable a aquel fenómeno. Consultaron con un
sacerdote sintoísta, quien llegó a la conclusión de que el alma de su
hija debía haberse alojado en aquel objeto.

Era el tesoro que más había querido en vida y al rezarle con frecuencia,
sus familiares mantenían vivo su recuerdo en el mismo.

Decidieron llamarla entonces igual que a la niña y dejarla en el altar.

Mientras los años pasaban el cabello de Okiku creció tanto que llegó a
sobrepasar sus rodillas. Para entonces la familia había decidido
trasladarse fuera de Sapporo, pero no deseaban llevarla con ellos.
Querían que su hija descansara en paz y sentían que aferrándose a la
muñeca, le impedían ese privilegio.

En 1938 los Suzuki se presentaron en el Templo Mannenji, lugar en el que
decidieron dejarla. Los encargados la colocaron en exposición ante la
gente y muy pronto su historia se difundió por todo Japón.

De todas partes del país las personas llegaban para observar con sus
propios ojos a la muñequita de largos cabellos. Luego empezaron a ir
extranjeros y Okiku se convirtió en un misterio a nivel internacional.
Aun hoy en día se mantiene expuesta dentro del templo. A menudo es
necesario cortarle el pelo, pues ni un solo día ha dejado de crecer.

Y aunque en el resto del mundo existen aterradores leyendas sobre
muñecos poseídos, lo cierto es que con Okiku nunca ha pasado nada
extraño, más allá del estado de su cabellera. Las personas del templo le
tienen cariño y les gusta cuidar de ella como si fuera una niña pequeña.

Y tal vez, en el fondo, todavía lo siga siendo.

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Última edición por Alexander-Mortem, 11.05.2022 05:54:22

125. goten,

primera historia con un final feliz xd

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126. GingerFox,

se han colado los enlaces xd

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127. goten,

así podremos leer mas xd

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128. GingerFox,

solo causan interferencia.

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129. inuyassha,

que jenial, esa historia es primera que tiene un final feliz

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130. Alexander-Mortem,

hola chicos, yo soy el nigromante, bienvenidos a mi casa.

continuando con nuestra semana del terror.

¿el nigromante presenta?

La niña del agujero...

Se esconde por las grietas y los agujeros que hay en las paredes. Desde
allí se mantiene al acecho, en espera de que te acerques para jugar con
ella. Pero aceptar su invitación, es condenarte a una existencia agónica por toda la eternidád...

Yumiko bajó del auto y se adentró en el jardín de la nueva casa que
habían comprado sus padres. Una residencia de estilo clásico oriental,
con un enorme jardín y varias habitaciones. Eso hoy en día, era muy raro
en una ciudad tan habitada como Tokio, donde las viviendas comenzaban a
ser cada vez más pequeñas por la superpoblación. La gente optaba por
vivir en apartamentos minúsculos o casas reducidas pero nuevas.

Esta casa es muy vieja —le había dicho su padre nada más entrar—, la
vamos a remodelar con el tiempo y se convertirá en un precioso lugar.

Yumiko quería creerle porque lo que estaba viendo no era nada alentador.
El recibidor era algo oscuro, el olor a madera añejada impregnaba todas
las paredes y por aquí y allá, podía ver grietas que cuarteaban el feo
papel tapiz que alguien había puesto, seguramente pensando que el
aspecto de la residencia sería más acogedor.

No había funcionado.

—¿Por qué no subes y eliges tu habitación, cariño? —la animó su madre.

Yumiko subió las escaleras y recorrió el largo pasillo lleno de puertas,
abriéndolas de una en una. Al final, se introdujo en un dormitorio mejor
iluminado, que daba al jardín. La pared también tenía algunas grietas,
pero estaba bien. Su padre lo arreglaría en un santiamén.

La niña se sintió observada en ese instante y miró por encima de su
hombro, pero no había nadie con ella. Inquieta, bajó de nuevo para
ayudar con las cosas de la mudanza.

Por la noche, su madre la arropó en su cama y le deseo las buenas noches.

Apenas se hubo ido, Yumiko escuchó un susurro en la oscuridad. Se tapó
con las sábanas hasta la cabeza y puso atención, con los pelos de punta.
Alguien decía su nombre.

—Yumiko…

La niña asomó la cabeza bajo la sábana, con miedo. La voz venía de una
grieta. Yumiko se acercó temblorosa.

—¿Hola?

—¿Quieres jugar conmigo?

Cuando Yumiko se aproximó más para mirar por la abertura, vio gracias a
la luz de la luna, que del otro lado se encontraba una niña de su edad,
con la piel muy pálida y los cabellos negros, y una mirada inquietante.
Estaba tan blanca que parecía de cal.

—¿Qué haces allí? —preguntó.

—¿Quieres jugar conmigo? —le repitió ella.

Yumiko ya no tenía tanto miedo.

—Sí, sí quiero.

La niña de la grieta extendió una mano hacia ella…

A la mañana siguiente, los padres de Yumiko no la encontraron por ningún
lado. Y por más que la buscaron, nunca la volvieron a ver...

Este cuento esta basado en la leyenda japonesa de la niña del agujero,
un espíritu que se dice, habita en todas las grietas de las casas del
país nipón. Quien acepta jugar con él, es llevado al inframundo...

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131. caballero_indomable,

guardo hilo!

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132. inuyassha,

esa ultima historia me dejo buy inquieto xd

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133. el_pichon,

Esa niña del agujero se parece mucho a mí cuando vengo a banear gente! Salvo porque yo no me espero a que digan que sí.

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134. el-prevoste,

e, tendrías que esperar. haces la pregunta. ¿quieres ser baneado? y si dice si, pum. y si dice no, pum también, pero uno mas fuerte

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135. GingerFox,

tampoco tanto porque luego esa gente regresa xddd

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136. lluvia ,

y que ocurrió con la semana del terror japonés? Se acabaron las historias?

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137. Alexander-Mortem,

una disculpa muchachos, e estado algo enfermo, pero para compensár mi falta, les tengo no solo una, si nó 13, si señores, 13 historias.

todos sabemos que el número 13 es símbolo de mala suerte y común mente utilisado en el ámbito del terror, así que, que mejor manera de terminár este maratón?

sin más espero que lo disfruten, y una bes mas, una disculpa sinsera de su amigo y serbidor, el nigromante.

ahora si, suéltame la intro.

hola chicos, yo soy el nigromante, bienvenidos a mi casa.

agárren su botana y bebida faboritas, acomódense en un lugar apartado del ruido y cómodo para leer, y que empiése la función!

¿el nigromante presenta?

maratón del terror...

Aka Manto, el fantasma del baño...

El instituto de Midori era uno de los más reconocidos en la ciudad de
Tokio. Profesores estrictos, un montón de actividades extracurriculares
y canchas enormes junto con su propio auditorio escolar. Pero como suele
ocurrir con cualquier escuela de secundaria, aquella tampoco estaba
exenta de tener sus propias leyendas. Rumores inventados probablemente
por los alumnos de último año, para asustar a los más jóvenes.

Midori nunca había hecho caso de ellos hasta que un día, durante un
receso, entró a los baños del segundo piso. Eran los menos frecuentados
del lugar por una razón que ella no recordaba. Pero odiaba encontrar el
resto tan repletos a esa hora.

Se encerró en el último cubículo para hacerlo suyo y mientras se sentaba
sobre el inodoro, no pudo evitar acordarse de una de las leyendas más
populares en la escuela. La del fantasma Aka Manto.

Aka Manto era un espíritu que se aparecía en los baños de los
estudiantes. Nadie sabía porque o donde había comenzado dicho fenómeno.
Solo ocurría. Lo hacía justo cuando alguien se encontraba distraído
dentro de algún cubículo y siempre se presentaba con la misma pregunta:

—¿Quieres papel rojo o azul?

De la respuesta del infortunado dependía salvar su vida.

Quienes optaban por el papel rojo sufrían un corte profundo en la
garganta, que los hacía desangrarse hasta morir, con las ropas vueltas
de un color carmín al igual que su sangre. En cambio los que elegían el
azul, eran estrangulados por Aka Manto de tal manera que el rostro se
les ponía violeta.

Si te atrevías a engañar al fantasma pronunciando algún otro color, eras
arrastrado con él hacia una dimensión desconocida; probablemente el
infierno donde habitaba.

La única manera de sobrevivir a la trampa de este ser, era rechazando
todo cuanto ofreciera. Aka Manto era muy astuto y trataría por todos los
medios de hacer que eligieras alguna tonalidad de papel. Pero si tus
respuestas eran siempre evasivas, eventualmente se cansaría y terminaría
dejándote solo.

Había en el colegio muchos alumnos que por hacerse los interesantes,
habían afirmado haberse encontrado con Aka Manto.

Otros, mucho peores en sus habladurías, afirmaban que los estudiantes
que se habían ido de un momento a otro a mitad de curso, en realidad
habían sido arrastrados por Aka Manto hacia su dimensión oscura. Los
adolescentes eran los peores a la hora de inventar falacias.

—Vaya tontería —se dijo ella sonriendo petulantemente.

Un silencio total se había apoderado del baño. No se escuchaba el menor
sonido, ni siquiera de las llaves o alguna puerta en los cubículos
restantes.

Midori se encontraba pensando en lo raro que era esto cuando tuvo un mal
presentimiento.

En ese momento, un escalofrío le recorrió la columna vertebral. Una mano
larga y huesuda surgió por debajo de la puerta del cubículo,
extendiéndose hacia ella con sus uñas largas y sucias. No veía los pies
de nadie al otro lado. Entonces una voz que la paralizó por completo le
hizo una pregunta:

—¿Quieres papel rojo o azul?

El juego de Daruma-san...

Lo que te voy a decir es algo muy serio y una vez que comprendas como es
este juego, recae en ti toda responsabilidad a la hora de intentarlo o
rechazarlo. En Japón, los jóvenes comentan muchísimo este oscuro ritual
para atraer a un espíritu siniestro.

El juego de Daruma-san, es una leyenda urbana que a nadie le gustaría
vivir en carne propia. Sin embargo, de vez en cuando no faltan los que
cometen la equivocación de aceptar el desafío.

La historia cuenta que Daruma era una joven que murió ahogada en la
bañera. Se encontraba lavando su cuerpo, cuando resbaló en el agua y se
golpeó con el borde de la tina. Se pegó tan fuerte que se sacó un ojo en
el proceso. Inconsciente y malherida, la muchacha se despertó muerta y
desde ese entonces se dedica a vagar entre nuestro plano y el del más
allá a la espera de que alguien la invite a entrar de nuevo.

Ahora, este es el juego. Recuerda que solo tú serás responsable si
eliges formar parte de él.

Es importante que tengas una bañera en casa y que lo hagas por la noche,
asegurándote de que el baño quede completamente a oscuras.

Quítate la ropa y sumérgete en la tina; el agua debe estar fría para
cumplir a la perfección con el ritual. Enjabona tu cuerpo como lo haces
cuando te bañas normalmente y repite en voz baja las siguientes
palabras: Daruma, ven. Daruma, ven.

Si todo sale bien, escucharás ruidos en la entrada de tu baño, seguidos
de un brusco golpe que hará saltar el agua de la tina. No te asustes. Es
una escena de la muerte de Daruma, que se está repitiendo ante ti.
Mantén la compostura y sigue llamándola, limpiándote como si nada
ocurriera. Tal vez la sientas recargar su cabeza contra tu hombro.

En ese momento debes sujetarte muy fuerte y salir del agua, cuidando de
no resbalarte. Ella intentará hacer que suceda, eso te lo aseguro.

Seca tu cuerpo con tranquilidad y camina fuera del baño. En cuanto hayas
salido, el juego habrá dado inicio. Daruma te seguirá las siguientes 24
horas a donde quiera que vayas, sin darte tregua. Tu objetivo es el de
evitar que te alcance.

Para lograrlo debes mirar constantemente sobre tu hombro; que no te
sorprenda verla cada vez más cerca de ti. Si sientes que está a punto de
alcanzarte, pronuncia la palabra «tomaré», que en japonés quiere decir
«detente». Esto te permitirá ganas algo de tiempo para alejarte lo más
que puedas, antes de que Daruma vaya de nuevo tras de ti.

El juego se termina en cuanto hayan pasado las 24 horas establecidas.
Luego de este lapso de tiempo, tienes que decir en voz alta la palabra
«kita», que en la cultura de Japón equivale a un movimiento de karate
que simbólicamente se usa para cortar lazos.

¿Y qué sucede cuando Daruma-san logra alcanzar a alguno de sus
jugadores? Eso es algo que quizá no te convenga averiguar...

Hitori Kakurenbo...

Existe un juego japonés que es tan popular como peligroso. Se le conoce
como Hitori Kakurenbo y se dice que es un ritual perfecto para contactar
con los muertos. Es por eso que no cualquier persona se atreve a probar
suerte con él.

En la cultura de Japón, se tiene la creencia de que muchas almas sin
descanso siguen rondando por la tierra, a la espera de encontrar un
cuerpo que poseer para terminar los pendientes que no pudieron concluir
en vida.

Para realizar el ritual de Hitori Kakurenbo solo son necesarios unos
cuantos materiales: un muñeco de trapo que pueda rellenarse, arroz, hilo
de color rojo, una aguja, una taza de sal y un cuchillo (o cualquier
objeto afilado). Además, tendrás que elegir con anticipación algún sitio
en el que puedas esconderte.

Toma el muñeco y sácale el relleno para reemplazarlo con el arroz; esto
sirve para reemplazar simbólicamente los órganos internos del espíritu
al que vayas a atrapar. A continuación, corta un trozo de alguna de tus
uñas y colócala también en el interior. Cose con el hilo y la aguja para
cerrar las aberturas, y utiliza el sobrante del mismo hilo rojo para
rodear al muñeco, como si estuvieras atándolo. Esto representa su sangre.

Una vez que lo tengas listo, llena una tina con agua (o cualquier
recipiente en el que pueda caber el muñeco) y nómbralo. El nombre que le
pongas no debe ser el tuyo. Vierte la taza de sal en la tina y vuelve a
tomar una taza con agua salada para llevarla a tu escondite. Esta es una
eficaz medida de protección.

El juego comienza a las tres de la mañana.

Apenas sea la hora indicada, di tres veces en voz alta el nombre del
muñeco y luego «es mi turno». Cógelo y ponlo en la tina. Apaga todas las
luces de tu casa y en un lugar apartado, con la televisión encendida,
cierra los ojos y cuenta hasta diez.

Ahora vuelve a donde dejaste al muñeco y di: ¡Te encontré, (nombre que
elegiste)!». Clávale el cuchillo procurando cortar el hilo. De esta
forma liberarás al espíritu que habita en su interior.

Lo mejor está a punto de comenzar.

Pronuncia las palabras: «Ahora es tu turno» y corre a esconderte en el
lugar que decidiste con anticipación. Recuerda que debes tener tu agua
salada para mantenerte a salvo. Guarda silencio y presta mucha atención
a lo que escuches.

Puede que no suceda nada y al final todos tus preparativos hayan sido en
vano.

Pero si oyes o sientes que algo se está acercando a ti, no se te ocurra
moverte o salir de tu guarida. Podrías llevarte una terrorífica sorpresa.

No tienes permitido salir de casa en ningún momento. No puedes hablar o
hacer ruidos, o el muñeco podría encontrarte. Y si vives con alguien,
tal vez no sea buena idea intentar el ritual. Pues no quieres poner en
peligro a una persona que es completamente inocente.

¿Te atreves a jugar Hitori Kakurenbo? SI ES ASÍ, ¡prepárate para sentír el terrór!

Kagome Kagome, el juego del terror...

Dicen que en un bosquecillo remoto de la prefectura de Shimane, en
Japón, yace un orfanato abandonado que durante la Segunda Guerra Mundial
sirvió de albergue a varios niños huérfanos. Su presencia allí, sin
embargo, no se debía a la actitud desinteresada del gobierno. En
realidad científicos alemanes habían hecho un trato para poder
experimentar con ellos en secreto, en 1942.

No podían hacerlo en Alemania, pues temían levantar sospechas y manchar
la reputación de su país.

Estos especialistas estaban convencidos de hacer encontrado el secreto
para la inmortalidad en un área específica del cerebro, la cual
designaron como «interruptor mental».

Cuando el interruptor mental era extirpado de la cabeza de una persona,
esta podía conservarse joven para siempre y vivir de manera indefinida.
Con motivo de extraerlo, todos los niños fueron sometidos a operaciones
que les dejaron cicatrices en la cabeza. Algunos adultos, (vagabundos y
gente sin hogar), también pasaron por dicho procedimiento, siendo
enterrados en las cercanías al no poder sobrevivir en quirófano.

Tras varios intentos por llevar a cabo cirugías exitosas, los niños
despertaban de las mismas sin presentar modificaciones de ningún tipo en
su personalidad. Aparentemente.

Delante de los científicos se comportaban como chiquillos educados y
tranquilos.

Pero una vez que eran dejados a solas con sus cuidadores, la pesadilla
comenzaba. Los pequeños eran huraños y agresivos, desafiantes y
problemáticos en todos los aspectos. Tomaron por costumbre jugar un
popular juego llamado /Kagome Kagome/. Este consiste en que todos los
niños forman un círculo tomados de las manos, mientras uno de ellos se
ubica en el centro. A continuación, mientras los demás van girando,
tienen que mirarlo fijamente y tratar de asustarlo haciendo muecas y
caras horribles.

Si el chiquillo del centro se asusta, claramente pierde.

Cuando los chicos del orfanato se ponían a jugar /Kagome Kagome/, sus
cuidadores juraban que sus rostros se volvían demoníacos y sumamente
perversos.

Uno de ellos, al ser convencido por los pequeños de colocarse en el
centro, enloqueció de miedo al ver como sus caritas angelicales se
distorsionaban en semblantes repletos de maldad. Aquello no podía ser
natural en ningún ser humano.

Lo más aterrador sobre ellos precisamente, es que aunque por fuera se
volvían normales, por dentro su forma de ser era retorcida. Y si uno les
miraba con la atención suficiente, podía descubrir las cicatrices entre
su pelo, que evidenciaban lo que les había ocurrido con anterioridad.

Muchos cuidadores renunciaron de manera inesperada debido a estas
malévolas criaturas.

Cuando la guerra concluyó, todos los trabajadores del orfanato
abandonaron la institución de inmediato. Jamás se supo que ocurrió con
los niños, si fueron reubicados en alguna otra casa hogar o llevados con
familias adoptivas. Hay quien dice que hasta el día de hoy siguen
viviendo allí. Nunca envejecen a causa de los experimentos a los que
fueron sometidos, pero hace mucho tiempo que dejaron de ser niños.

Si te atreves a jugar con ellos, debes tener cuidado de mantener la
compostura. Puede que pierdas la cabeza al ver lo que son realmente...

*KAKIRAINIHINDI-GO...

En Japón, una niña fue reconocida por el demonio que tiene dentro. La
llamaron Kakirainihindi-go, y creció en el sur del país.

Teniendo solo cuatro años de edad se convirtió en un demonio horrible,
el cual pasa por cuatro fases: en la primera es una niña común, en la
segunda es una especie de asesina, en la tercera un demonio que muestra
su verdadera forma de ser y en la cuarta, la misma familia de Satanás.

Kakirainihindi-go casi siempre muestra su forma demonio, que es la fase
tres, pero para disimular cuando ve a una víctima, usa la fase uno. Si
la víctima es fácil, muestra su forma asesina al quedarse a solas con
ella. Si es difícil, usa su forma de demonio. Pero si es extremadamente
fuerte usa su forma demoníaca, que viene siendo la fase cuatro.

Kakirainihindi-go sigue buscando víctimas, dicen que la forma de atrapar
a sus presa es decir que es huérfana, les pide a hombres y mujeres que
la acompañen a una pequeña cabaña que tiene, pero los lleva a un lugar
solitario y los mata.

Recuerda, si una dulce niña te dice que la acompañes y tiene el cabello
marrón muy claro, y los ojos negros, dile que no tienes tiempo o morirás
siendo su cena...

Satoru Kun...

El juego era muy sencillo. Usar un teléfono distinto para llamarse a sí
mismo y una vez que se pronunciaran las palabras de la invocación, la
magia comenzaría. Shinji nunca se había considerado miedoso cuando se
trataba sobre leyendas urbanas, además, en aquel momento, necesitaba
conocer respuestas.

De modo que tomó en sus manos el teléfono de prepago que le había
prestado uno de sus colegas, marcó cuidadosamente su propio número
telefónico y espero a que el aparato pusiera el tono de marcar. Su
smartphone no tardó en sonar en su bolsillo. Shinji lo sacó para
contestar y mencionó las palabras de rigor para el ritual:

—Satoru-kun, Satoru-kun, por favor, ven, Satoru-kun, Satoru-kun, por
favor, muéstrate ante mí. Satoru-kun, Satoru-kun, por favor, respondéme
si estas ahí.

Se quedó un segundo escuchando y luego, rápidamente, colgó su celular y
lo apagó. Ahora solo quedaba esperar.

Shinji nunca pensó que se vería involucrado en un juego como aquel,
fuera real o no. Últimamente las cosas no habían ido bien en su vida.
Sus padres acababan de separarse y no le pasarían más dinero para
terminar de costear su último año en la facultad de leyes, una carrera
que de cualquier modo, nunca le había gustado.

La había elegido por ser la opción más segura, pero como futuro abogado,
era mediocre y odiaba todo lo que tuviese que ver con los juzgados.

La semana pasada, el médico le había diagnosticado un tumor cancerígeno
en el estómago, el cual no sabía si podrían extirpar con éxito. No se
lo había comentado a sus padres. La vida de Shinji se había quedado en
puntos suspensivos, a la espera de peores noticias. Si es que aun había
algo que pudiera empeorar.

De pronto, su teléfono sonó y él sintió un escalofrío, recordando que
acababa de apagarlo.

Con la mano temblorosa, lo tomó para contestar y antes de que pudiera
pronunciar una palabra, una voz desconocida le habló al otro lado de la
línea. Sonaba como un niño pequeño, pero tenía algo que lo hizo
estremecerse.

—Te veo en tu habitación —dijo, antes de colgar.

Shinji contuvo la respiración cuando el aparato sonó de nuevo y la misma
voz le volvió a hablar.

—Estoy cerca de ti.

Tres, cuatro llamadas más que le pusieron la carne de gallina. El
espíritu se encontraba cerca pero Shinji no veía a nadie. Contestó de
nuevo el teléfono, sintiendo otro escalofrío.

—Estoy detrás de ti.

Había llegado la hora, era el momento de hacer su pregunta.

—¿Voy a morir?

—Sí.

Shinji miró con horror por encima de su hombro y un rostro fantasmal le
devolvió una insana sonrisa. Gritó, con todas sus fuerzas, inundado de
un terror que tomó por sorpresa a los vecinos de su edificio. Pero
cuando acudieron a su apartamento, no quedaba rastro de él.

/Satoru kun es una de las leyendas urbanas más difundidas en Japón. La
misma cuenta que uno es capaz de invocar a un demonio, siguiendo
exactamente el mismo procedimiento que se acaba de narrar en la historia...

*Gozu (Cabeza de Vaca...

Existe una leyenda urbana en Japón, conocida como Gozu que quiere decir,
«Cabeza de Vaca». Esta historia es tan aterradora, tan perturbadora, que
todo aquel que la escucha se sume en un trance total de pánico, a tal
grado que luego de despertar es incapaz de recordar nada de lo que escuchó.

Es por eso que se dice que nadie conoce bien la historia. Nadie puede
contarla de la manera correcta, ya que su nivel de miedo es tal, que
podría dejarte sin dormir durante varias noches.

Aunque de vez en cuando, aparece alguien dispuesto a intentar contarla…

Los alumnos de una escuela primaria de Tokio se dirigían en medio de la
noche, a una excursión que iban a tener en el campo. Típico viaje
estudiantil en el que los niños pueden estar en las afueras, armar casas
de campaña y hacer fogatas, todo bajo la supervisión de sus maestros y
con previa autorización de los padres.

El cielo estaba oscuro y el autobús escolar se desplazaba por la
carretera, mientras los niños armaban un escándalo. No se podían estar
quietos y el conductor estaba a punto de perder la cabeza.

Fue por eso que el profesor de la clase, el señor Aoyama sugirió a los
muchachos que contaran cuentos de terror. Eso por lo menos, los
mantendría controlados en sus asientos. Todos los estudiantes aceptaron
con agrado la idea y le pidieron a su maestro que comenzara él.

—¿Alguna vez han escuchado la historia de Gozu? —preguntó Aoyama
sospechosamente.

Los chicos se miraron entre sí, los unos a los otros, sin que nadie
respondiera afirmativamente. Aoyama se dio por satisfecho.

—Pues bien, está noche se las voy a contar. Esta es una leyenda tan
mórbida, tan oscura, que no todo el mundo conoce sus detalles. Pero una
vez que la hayan escuchado, les aseguro que no podrán dormir esta noche…

Aoyama comenzó a contar su historia ante la mirada atenta de los niños.
De repente no se escuchaba un solo ruido en el autobús, ni el más mínimo
susurro. Pero conforme la leyenda avanzaba, un sentimiento de angustia
empezó a hacerse palpable entre los niños.

Alguien le suplicó a Aoyama que se detuviera, que no querían escuchar el
final de la historia, pero él no hizo caso. Cuando los demás niños, con
lágrimas en los ojos y gemidos de miedo, le pidieron que parara, el
hombre no se dio por enterado. Estaba tan inmerso en la historia, tan
desbordado por lo que contaba, que su lengua parecía moverse por sí sola.

Y cuando Aoyama llegó al clímax del cuento, con sus alumnos chillando de
terror, el autobús se volcó en el camino poniendo fin a su sufrimiento.

Las autoridades encontraron el transporte escolar a la mañana siguiente.
Aoyama estaba inconsciente y sus pupilos en trance, expulsando espuma
por la boca. Se los llevó inmediatamente al hospital y solo recobraron
el sentido hasta horas después.

Ninguno de ellos recordaba la historia de Gozu. Y honestamente, era
mejor que no lo hicieran...

Hitobashira (Los pilares humanos...

En la época feudal de Japón, construir viviendas y muros que fueran
resistentes a los embates del clima, y también a la invasión de enemigos
que quisieran entrar a entrar. Los daimyō, eran señores y dueños de
numerosas tierras, en las cuales tenían a su servicio a decenas de
campesinos.

Oshizu, era una mujer muy humilde que había nacido ciega. Se dedicaba a
labrar la tierra como podía y a recoger lo que brotaba de ella. Su
marido había muerto hacía mucho tiempo y vivía sola con su hijo en la
más profunda miseria. Un día, escuchó decir que los obreros que estaban
levantando el Castillo Maruoka, en donde habitaría el daimyō, estaban
teniendo problemas para que los muros se mantuvieran estables. Así que
decidió presentarse ante él.

—Mi señor —le dijo—, si me lo permite, yo le ofrezco mi vida para
tranquilizar a los malos espíritus que están impidiendo la construcción
de su fortaleza. Sacrifíqueme. Pero prométame a cambio que cuando yo
muera usted tomará a mi hijo a su servicio y lo llevará a vivir a su casa.

El daimyō se lo prometió y la pobre mujer fue encerrada viva, en uno de
los pilares que levantarían el palacio. Desde entonces, no hubo ningún
obstáculo que le impidiera convertirse en uno de los más imponentes de
la región.

Pero el daimyō olvidó su promesa y no fue a buscar al hijo de la campesina.

De un momento a otro, unas lluvias terribles comenzaron a solar sus
tierras, ahogando sus cosechas y matando a sus animales. Eran las
lágrimas de Oshizu, que afligida por ver a su hijo dejado a su suerte,
había desatado una gran inundación.

Cuando lo ocurrido llegó a saberse en otros feudos, se dice que los
señores medievales adoptaron la macabra práctica para conseguir que sus
edificios fueran los más resistentes.

Tomaban a campesinos enfermos o al azar, a los que dejaban atrapados
dentro de pilares donde morían lentamente, sin recibir la luz del sol.
Otros eran enterrados en fosas que se cavaban justo debajo de la entrada
a las grandes viviendas de los daimyō, garantizando que su portal
siempre fuera respetado.

Una ola de terror se había desatado entre las clases inferiores, pues
nunca tenían manera de saber quien sería el siguiente elegido para el
terrible sacrificio.

/Hitobashira, es una leyenda de terror
que circula por
Japón desde hace muchos años, la cual afirma que muchas construcciones
son tan resistentes por albergar las almas de esclavos. Estos eran
encerrados vivos entre las paredes como un sacrificio a los dioses,
quienes a cambio de sus vidas, volvían castillos y fortalezas
impenetrables./

/Si bien se lo considera como una falsedad, al menos después de épocas
antiguas, hay quienes afirman que esta práctica está más viva que nunca.
Las autoridades se aprovechan de gente sin hogar en las calles para
seguir llevando a cabo este tipo de ofrendas. /

/Uno nunca sabe si el edificio en el que vive o trabaja, encierra los
restos de algún pobre desgraciado...

Inunaki, la aldea maldita de Japón...

Ichigo salió del auto frustrado y se mesó el pelo. Se suponía que aquel
viaje a las montañas fuera una escapada idílica para él y su novia,
Sakura. Pero en lugar de eso, habían terminado perdidos en quien sabía
donde. No reconocía ninguno de aquellos parajes. Y para colmo, el coche
había dejado de funcionar.

—Vamos a pedir ayuda a ese pueblo que se ve a lo lejos —le propuso la
muchacha, señalando los tejados en los que no había reparado—, a lo
mejor alguien ahí nos puede reparar el carro.

Ella e Ichigo se dirigieron hacia el poblado, pensando que no debían
haber salido de Tokio. Nada más llegar a la puerta que resguardaba
aquella extraña aldea, se toparon con un cartel deteriorado por el paso
del tiempo, el cual advertía lo siguiente: “/Las leyes constitucionales
de Japón no tienen valor aquí/”. Aquello les inquietó y se miraron.

—No tenemos más remedio que entrar —dijo Ichigo—, seguro que no es nada.

Se adentraron pues en las calles, mirando a su alrededor con
desconfianza. Las casas estaban descuidadas y todo en general tenía un
estado lamentable. Un olor nauseabundo que no supieron identificar
brotaba de alguna parte. Parecía como si el tiempo se hubiera detenido
en aquel lugar. En vez de un pueblo rural contemporáneo, parecía una
aldea feudal de hacía siglos.

Algo andaba mal allí pero no sabían explicar que era.

—¡Oh, por Dios! —Sakura lanzó un grito aterrador al ver a un hombre que
andaba por la calle. Arrastraba consigo un brazo humano y recién
cercenado, cubierto de sangre.

Ichigo lo miró horrorizado y luego reparó en que una puerta se abría
cerca de ellos. La mujer de la casa los miró fijamente, sonrió y echo a
andar hacia ellos con un hacha en la mano. Ambos se echaron a correr
sintiendo que ahora les seguían, dos, tres personas, toda una multitud
que reía de un modo malsano.

Comenzaron a gritar pidiendo auxilio, hasta llegar a una construcción de
considerable tamaño, una especie de templo derruido. Ingresaron dentro y
un hombre desconocido les dio la bienvenida. Aunque sus ropas estaban
gastadas, hablaba con educación y poseía unos modales exquisitos.

—¿Quién es usted? —preguntó Ichigo.

—Soy el último miembro del clan Inunaki, alcalde de este pueblo. Hacía
mucho tiempo que no recibíamos visitas.

—Por favor, ayúdenos —suplicó Sakura—. Tenemos que salir de aquí…

—¿Salir? Nadie sale de aquí, querida niña. Son muy pocos los que son
capaces de dar con este sitio, y ustedes dos tienen una pinta muy
sabrosa —el hombre sonrió de un modo perverso—. Como bien deben saber,
aquí no existen las leyes. Ni las del hombre, ni las de Dios.

La gente del pueblo comenzó a entrar con armas diversas. Todos vestían
harapos y estaban manchados de sangre.

—Bienvenidos a la aldea Inunaki...

/Esta historia se encuentra basada en la leyenda de la aldea Inunaki, un
supuesto pueblo japonés donde los pobladores cometen actos como el
incesto y el canibalismo, perdido entre las montañas de Japón...

La Estación Kisaragi...

Puede que esto sea tan solo mi imaginación… ¿Puedo publicarlo de todas
maneras?

*2ch

Adelante.

2ch

¿Qué sucede?

*???*

He tomando cierto tren por un tiempo, pero hoy hay algo que parece estar
mal.

2ch

Mmmm…

*???*

Siempre tomo este tren para ir al trabajo. No se ha parado en ninguna
estación durante los últimos veinte minutos, más o menos. Generalmente
solo se demora cinco minutos, en el peor de los casos siete u ocho. Ah,
y hay otros cinco pasajeros, pero todos están dormidos.

2ch

¿No te equivocaste y tomaste el tren expreso?

2ch

¿Es el tren bala?

*???*

Bueno, podría haber perdido mi parada. Voy a esperar un poco más. Si
algo extraño ocurre, podría decírselos.

2ch

¿Por qué no intentas ir al vagón final para hablar con el conductor?

2ch

Sería muy jodido si el conductor estuviera sufriendo un ataque
epiléptico o algo por el estilo. ¡Deberías ir a revisar!

*???*

Todavía no parece que se vaya a detener, así que está bien, iré a echar
un vistazo.

*???*

La ventana estaba tapada con persianas o algo así, entonces no pude ver
al conductor. El tren es de una ruta privada en Shizuoka.

2ch

¿Tocaste a la ventana?

Hasumi

Traté de hacerlo, pero nadie respondió.

2ch

¿Puedes mirar por la ventana?
Fíjate en los nombres de las estaciones que van pasando, etc.

Hasumi

Acabamos de atravesar un túnel, por lo que la velocidad está
disminuyendo un poco. Aunque por lo general no hay túneles… El tren sale
desde Shin-Hamamatsu.

Hasumi

¡Parece que al fin nos detuvimos en una estación.

2ch

No vas a salir de allí, ¿verdad?

Hasumi

Nos detuvimos en la estación de Kisaragi. No sé si debería bajarme.
Nunca antes había escuchado hablar de este lugar.

2ch

Creo que deberías echar un vistazo.

2ch

No, mejor espera hasta la última parada.

2ch

Probablemente salga ahora…

2ch

¿A qué hora te subiste al tren?

Hasumi

He bajado del tren. No hay nadie en la estación. Creo que tomé el tren a
las 11:40.

2ch

No puedo encontrar nada de información acerca de la estación de Kisaragi…
Hasumi, ¿tu tren estuvo viajando más de una hora?
La verdad es que eso es bastante extraño.

2ch

Sí, yo tampoco encuentro ningún resultado para la estación de Kisaragi …

Hasumi

Estoy buscando un tren para regresar, pero no encuentro ninguno. El tren
sigue parado, tal vez sería más seguro que volviera a subir… Bueno, se
ha ido mientras escribía esto.

2ch

¿Ves a alguien cerca o algún edificio?
Está haciendo frío, ten cuidado.

Hasumi

Tomaré un taxi desde la estación. Gracias.

2ch

Suena bien.
Ve con cuidado.

2ch

Se va el último tren, es una estación sin gente…
Dudo que tengas suerte de encontrar un taxi allí.

2ch

Y así, Hasumi se transformó en un habitante del mundo bidimensional…

Hasumi

Parece que no hay taxis por ninguna parte. Mmm…

2ch

¿Y si llamas al 110? [Número de emergencias]

2ch

¿Y si llamas a la compañía de taxis?

2ch

Si hay una cabina telefónica cerca, busca el número de la compañía de
taxis en la guía telefónica y llámales.

Hasumi

He llamado a casa para que vengan a recogerme, pero ninguno de mis
padres parece saber dónde se localiza la estación Kisaragi. Van a buscar
en los mapas para venir por mí. Estoy un poco asustado.

2ch

¿Y los demás pasajeros?
¿Fuiste el único que bajó del tren?

2ch

Ya revisé en línea también, el nombre de Estación de Kisaragi no aparece.
Suponer que es Shin-Hamamatsu, ¿o me equivoco?
Voy a comprobar en Yahoo.

Hasumi

Busqué un teléfono público, pero no hay. Y nadie más se bajó conmigo,
estoy solo. El nombre de la estación definitivamente es Kisaragi.

2ch

A veces ponen los teléfonos afuera de la estación.

Hasumi

Algo extraño, el nombre de la estación está escrito con el kanji
(símbolo japonés) para «Diablo», aunque dice «Kisaragi» …

2ch

¿La estación del diablo?
Mierda…

2ch

¿No eres gamer? Porque si buscas en Google sale un juego con ese nombre.

2ch

¿Cómo se llaman las estaciones que están antes y después de Kisaragi?

Hasumi

¿A qué te refieres con un juego? No, no dice cuáles son las estaciones
siguientes ni las anteriores.

2ch

Mejor camina de regreso.

2ch

¡Si corres ahora, puedes alcanzar el tren!

2ch

Debe haber casas alrededor de la estación, ¿no?

Hasumi

Sí, las hay. No me había dado cuenta y ya estaba entrando en pánico.
Estoy esperando que me llamen mis padres mientras camino por el andén.
Traté de verificar la información de la ciudad en mi teléfono, pero me
salió un error o algo así. Quiero irme a casa.

Hasumi

La verdad es que no hay nada cerca. Lo único que veo son campos y
montañas. Creo que podría regresar por el mismo camino, así que seguiré
andando. Gracias a todos. Piensen en esto como una broma si quieren
pero, ¿puedo acudir a ustedes si tengo algún problema?

2ch

Claro.
Cuidado allá afuera.

2ch

¡Desde luego!
Pero asegúrate de no gastar tu batería. En este momento, tu teléfono
podría ser tu único salvavidas.

2ch

No vayas a perderte.
Y cuidado al pasar por el túnel.

2ch

¿Cómo es que tienes señal en medio de la nada?
No deberías alejarte de la estación…

2ch

Solo en una noche fría, en una estación vacía.
Pronto las luces podrían apagarse y estará completamente a oscuras…

2ch

Aun así, creo que es más seguro que espere en la estación a que amanezca.

2ch

Mierda, esto parece estar mal…

Hasumi

Me ha llamado mi padre y me hizo muchas preguntas, no puede encontrar mi
ubicación. Me dijo que llamara al 110, lo cual realmente no me gustaría
hacer, pero intentaré pedir ayuda…

2ch

Yo creo que deberías esperar a que amanezca antes de hacer cualquier cosa.

2ch

¿Esperar a solas en la oscuridad nocturna?
Y en un sitio siniestro, ¡genial!

2ch

¿Atravesar un túnel solo en la oscuridad nocturna?
Y en una línea de tren desconocida, ¡genial!

Hasumi

Llamé al 110 y traté de explicar la situación lo mejor que pude, pero
pensaron que estaba haciendo una broma y se enfadaron conmigo. Así que
me asusté y me disculpé.

2ch

¿Disculparte por qué?
Tal vez deberías dejarlo por hoy.
Espera a que llegue el primer tren.

2ch

¿Cómo es afuera de la estación? ¿Qué hay alrededor?

Hasumi

Escucho a lo lejos algo que suena como un tambor, mezclado con algo así
como una de campana. Sinceramente, no sé lo que debería hacer en este
instante.

2ch

Por ahora regresa a la estación, Hasumi.
Es mejor volver al punto de inicio cuando estás perdido.

2ch

Aquí es donde va…

2ch

¿Tienen un festival o algo?

Hasumi

Tal vez creas que estoy bromeando, pero estoy demasiado asustado para
mirar detrás de mí. Quiero regresar a la estación, pero… no me atrevo a
dar la vuelta.

2ch

¡Corre! ¡No mires atrás!

2ch

No puedes regresar a la estación ahora.
¡Corre por el túnel!
Estoy seguro de que verás que no estás muy lejos.

Hasumi

Alguien detrás de mí ha gritado «¡Hey! ¡No camines por ahí, eso es
peligroso!». Volteé esperando ver a algún empleado y vi a un viejo con
una sola pierna que desapareció. Tengo mucho miedo, no puedo moverme.

2ch

¡Te dije que no miraras atrás! ¡CORRE!

2ch

Tranquilo, escucha con atención, ¿vale?
Mira de dónde proviene el sonido del tambor.
Lo más seguro es que haya alguien cerca.

2ch

¿A dónde diablos quieres llevar a Hasumi?

2ch

¿Cómo sabías que era un «viejo» si solo viste una pierna?

2ch

Eh, creo que Hasumi se refería a un anciano al que le faltaba una pierna.

2ch

Debe ser un anciano que murió y perdió la pierna por estar caminando
sobre los rieles.

Hasumi

No puedo correr, ni caminar más. El sonido del tambor se está acercando.

2ch

Espera al amanecer.
No tendrás miedo con la luz del día.

2ch

Qué bueno que no me baje del tren.

Hasumi

Sigo vivo. Pero me caí y estoy sangrando, creo que me rompí el talón,
así que me senté en el suelo. No quiero morir hoy.

2ch

Debería ser seguro que salgas del túnel.
Una vez que estés afuera, pide ayuda inmediatamente.

Hasumi

Volví a llamar a casa. Papá ha llamado a la policía, pero ese sonido se
sigue aproximando.

2ch

Espero por Dios que no sea un tren.
Podría ser demasiado tarde.

Hasumi

¡Al fin conseguí llegar al final del túnel! Afuera pone que se llama
Isanuki. El sonido todavía se acerca, así que tendré que salir. Si nada
me ha pasado en cuanto esté afuera, volveré a escribir.

2ch

Buena suerte.

2ch

Es el fin.
Olvídate de estaciones y trenes.
Olvídate de regresar.
Olvídate de que alguien te está persiguiendo.
Ese sonido que escuchas es lo que imaginabas.
Sal de ahí.
Si te detienes, perecerás ante algo que no es de este mundo.

Hasumi

Ya estoy afuera del túnel. Veo a alguien que está más adelante. Al
parecer estabas en lo cierto con tus consejos, muchas gracias. Mi cara
está hecha un asco de tanto llorar, creo que cualquiera pensaría que soy
un monstruo.

2ch

¡Espera, Hasumi!
¡Quédate con nosotros!

2ch

¡Detente! ¡Esto no puede ser nada bueno!

2ch

¿Hay alguien ahí? ¿De noche, tan tarde?
Esto parece sospechoso…

Hasumi

Se ve gentil y está preocupado por mí. Ha llamado a un tren que me
llevara a la estación más próxima. Parece que hay un tipo de hotel de
negocios allá. De verdad, me siento muy agradecido con todos.

2ch

Hasumi, por favor, respóndeme algo.
¿Puedes preguntar a ese hombre cuál sitio es ese?

2ch

¿Se ve gentil?
Por como lo dijiste, suena espeluznante.

2ch

¡Ese sujeto no puede ser bueno!
¿Qué hace junto a la estación a esta hora?
¡Debe haber sido un muerto o algo por el estilo!
¡Corre, Hasumo!

Hasumi

Le pregunté dónde estábamos, y él dijo que en Hina. Aunque no sé, eso no
me parece probable…

2ch

¡Hasumi, baja del tren!

2ch

¿Disculpa, Hasumi? ¿Dónde se encuentra Hina?

Hasumi

Ya hace rato que nos estamos dirigiendo a las montañas. No me parece un
lugar al que irían los trenes. Y hasta ha dejado de hablarme.

2ch

¿Tal vez sea porque estás mirando tu teléfono todo el tiempo?

2ch

Ay Hasumi, no, no…
¿Te has contactado con tus padres desde que saliste del túnel y
recibiste ¿la ayuda? de este sujeto?

2ch

Hasumi.
Por favor, llama al 110.
Podría ser la última oportunidad que tengas.

Hasumi

Mi batería casi se agota. Esto se está poniendo muy extraño, entonces,
creo que voy a tener que salir corriendo. El tipo ha estado hablando
consigo mismo sobre cosas raras por un buen rato. Debo prepararme para
el momento justo en el que lleguemos, así que por ahora, esta será mi
última publicación.

/Después de este mensaje, nunca más se supo que fue lo que ocurrió con
Hasumi...

*Futakuchi-Onna...

Las Futakuchi-Onna son demonios muy comunes en la mitología japonesa.
Estas criaturas habitan en la nuca de algunas mujeres, como bocas
deformes y llenas de afilados colmillos, que se ocultaban debajo de sus
cabellos. Al ser tan malvadas, suelen comer en grandes cantidades,
usando los mechones del pelo de su anfitriona como tentáculos para
engullir sus alimentos. Además, también pueden atormentarlas
susurrándoles todo tipo de obscenidades o reproches para enloquecerlas
de remordimiento, obligándoles a cometer los actos más atroces.

Hay dos razones por las que una mujer se puede convertir en
una Futakuchi-Onna: la primera, comportarse de manera egoísta con la
comida, negándose a compartirla con los que más la necesitan o comiendo
en exceso, por puro placer. La segunda, dejarse arrastrar por la vanidad
y privarse de alimentos para adelgazar en extremo.

La leyenda de las Futakuchi-Onna se remonta a varios siglos atrás y
comienza con la historia de un habilidoso artesano, el cual era muy
apreciado en su aldea por las hermosas esculturas que elaboraba con las
manos. Este talento le llevó a acumular una considerable fortuna, pues
todos los grandes señores veían con agrado su arte y pagaban para que
les fabricara piezas exclusivas.

A pesar de ser rico y exitoso, este hombre nunca había querido casarse
pues era tremendamente avaro. Odiaba la idea de compartir su dinero con
una mujer que no lo supiera apreciar. De modo que vivía muy campante y
sin compromisos.

Más un día, una hermosa mujer llegó al pueblo y lo cautivó. Tenía la
piel blanca como la leche, un largo cabello negro como la noche y una
figura esbelta y exquisita. Pero lo que realmente le gustó de ella, fue
enterarse de que comía muy poco y vestía con modestia. No derrochaba el
dinero como otras mujeres, pues apenas y vivía con lo indispensable.

Una esposa así era lo que al artesano había estado buscando toda su
vida. De modo que se dio a la tarea de cortejarla y tras varios meses de
ir y venir, la mujer aceptó casarse con él y se mudó a su casa.

Su esposo comprobó que en efecto, comía muy poco y jamás lo atosigaba
pidiéndole dinero para gastar.

Aun así se quedó muy consternado al darse cuenta de que la comida de su
despensa se había reducido drásticamente. Como si en lugar de comer dos
personas en casa, estuvieran alimentando a un regimiento. Su mujer sin
embargo, continuaba delgada como un junco y apenas si comía frente a él.

Muy intrigado, el hombre decidió espiarla en lugar de marcharse al
taller a trabajar. Tan pronto como la vio sola en casa, fue testigo de
como una boca monstruosa surgía bajo los cabellos de su nuca, gritando
todo tipo de improperios a su esposa y comiendo de forma incontrolable.
El horror se apoderó de él de tal manera, que solo pudo preguntarse como
era que había ido a encontrarse con una Futakuchi-Onna.

Ese era el castigo que el destino le había impuesto por tanta avaricia...

Kashima Reiko...

Kashima Reiko es una de las leyendas más populares y terroríficas de
Japón y habla sobre un fantasma que no puede encontrar el descanso
eterno, debido al modo tan violento en que murió.

Cuenta la historia que Reiko era una mujer muy hermosa, que vivía en la
isla de Hokkaido, posiblemente en la ciudad de Sapporo. Una noche, salió
de casa, la historia específica el motivo. El caso es que la muchacha al
ir de regreso, se topó con un grupo de hombres que estaban bebiendo en
la calle.

Estos al verla, empezaron a seguirla gritándole todo tipo de
obscenidades. La muchacha, aterrada por lo que pudieran hacerle, echó a
correr hacia su domicilio pero no fue lo suficientemente rápida.

Los sujetos le dieron alcance en cuestión de minutos y uno de ellos la
haló del cabello, tirándola al suelo. Allí, en medio de risas y lujuria,
procedieron a arrancarle la ropa para aprovecharse de ella. Reiko luchó
con todas sus fuerzas, recibiendo a cambio una espantosa paliza que la
dejó indefensa ante aquellos infelices. La usaron como quisieron y una
vez que se hubieron saciado, se alejaron riendo y dejándola a su suerte.

Malherida, Reiko intentó pedir ayuda pero no acudió nadie. Trató de
levantarse y se dio cuenta de que el solo esfuerzo para ponerse de pie,
le provocaba un agudo dolor. Sus atacantes habían abusado de ella tan
salvajemente, que tenía heridas internas.

Como no tenía fuerzas para caminar, la joven se arrastró dolorosamente
hasta la vía de tren que había cerca de allí, esperando que alguien la
pudiera ver. A medio camino cayó desvanecida en medio de los rieles e
inconsciente, no advirtió el tren que venía a toda prisa. El vehículo le
pasó por encima cortándola en dos y desprendiendo sus piernas. Reiko
murió sin que nadie supiera de sus agresores.

Desde entonces se dice, vaya sin descanso por el mundo buscando sus
preciosas piernas. Se aparece únicamente en los baños de las casas y las
escuelas, después de la medianoche y cuando siente que hay alguien.

Si te atrapa en el baño, la verás arrastrarse hacia ti sobre sus brazos,
dejando un rastro sanguinolento en el suelo que escure desde su torso.
Entonces te hará una simple pregunta.

—¿En dónde están mis piernas?

No responder o hacerlo incorrectamente podría provocarte una muerte
espantosa. Así que tienes que decir lo siguiente:

—En las vías de Meishin —es la contestación correcta.

—¿Quién te dijo eso? —puede preguntarte ella.

—Me lo dijo Kashima Reiko —es lo que tienes que responder.

Tras esta breve conversación el espíritu debería dejarte en paz. Pero en
caso de que te pregunte si conoces su nombre, nunca debes decir «Kashima».

La respuesta adecuada a esta pregunta es «Kamen Shinin Ma», que se
deriva de tres palabras: «Kamen», que quiere decir máscara, «Shinin» que
significa persona muerta y «Ma» que se refiere a demonio. Todo esto es
en lo que ella se ha convertido ahora y reconocerlo te librará de una
muerte segura...

*La mujer con la boca cortada...

Kuchisake-onna o la mujer de la boca cortada, es uno de los cuentos de
terror <https://relatoscortos.org/cuentos/cuentos-de-terror/> más
populares en Japón, forma parte importante de su mitología. Esta leyenda
cuenta la historia de una mujer que fue castigada debido a una infidelidad.

La misma se remonta hasta la época de los samuráis, nobles guerreros del
Japón feudal cuyo honor estaba por encima de todas las cosas. Una
hermosa mujer se casó con uno de estos hombres, el cual tenía fama y
poder en todo el feudo. Su esposa era muy joven y bella, con la piel de
leche suave, el pelo largo y negrísimo, y unos ojos que brillaban como
estrellas.

Tanta era su belleza que estaba bastante envanecida y le encantaba
presumir ante los criados y el resto de la gente. Siempre se compraba
las sedas más caras para hacerse los más bonitos quimonos y se adornaba
con cantidad de joyas.

Por eso su atractivo seguía siendo irresistible para el resto de los
hombres y, aprovechando las ausencias de su marido, la infame mujer no
tenía reparos en engañarlo.

Sin embargo, esto dio de que hablar entre los vecinos y muy pronto esos
rumores llegaron a oídos del samurái, quien muy ofendido, regresó a toda
prisa a su casa para vengar la infidelidad pues un gran señor como él no
podía permitir que lo humillaran de tal manera. Justo encontró a su
mujer en pleno engaño con uno de sus amantes, al cual degolló con su
poderosa espada.

Y a ella, como castigo, le cortó la boca de extremo a extremo del
rostro, proporcionándole una grotesca sonrisa.

—¿Quién va a pensar que eres bella ahora? —le dijo con crueldad.

El resto de su vida, la infiel mujer tuvo que usar un velo para cubrir
su rostro, pues ocasionaba espanto en cualquier persona que se cruzaba
con ella. Incluso el día de su muerte permaneció con la cara cubierta,
pero su alma nunca pudo encontrar descanso eterno.

Desde entonces, el espíritu vengativo de Kuchisake-onna vaga hasta
nuestros días por las calles de Japón, con el rostro cubierto por una
máscara quirúrgica. Cuando se encuentra con un hombre, se acerca y le
pregunta:

—¿Soy bella?

Estos, obviando la máscara facial y fijándose en su preciosa mirada y
los suaves rasgos del resto de su cara, contestarán que sí. En ese
instante, la mujer se quitará la mascarilla revelando su horrible
sonrisa desfigurada y preguntará:

—¿Soy bella ahora?

Sí responden que no, ella sacará unas tijeras gigantescas para
degollarlos cortándoles la cabeza. Y si la respuesta es sí, lo que
hará Kuchisake-onna es cortarles la boca, para condenarlos a tener una
sonrisa tan terrible como la suya.

Según dice el mito, la única maneras de salvarse es contestándole con
otra pregunta:

—¿Y yo? ¿Te parezco bello?

Esto confundirá al espíritu, dando tiempo de que la víctima pueda
escapar. Sin embargo, quizá la mejor opción sea definitivamente no andar
a solas por la noche, en calles desoladas.

Kuchisake-onna puede aparecer en el momento más inesperado...

si as yegado asta aquí, te bolberás mas guapo o guapa, tu crush se enamorará de ti, y bibirás el doble que chabelo.

ok no, pero sería genial jajajajajajaja, como cea, muchas gracias por seguir pendientes, enserio me ase felís que lo que a mí tanto me gusta, puedo compartírlo con todos ustedes.

resiban un cordial saludo de su amigo y díler de comfiansa, el nigromante.

nos bemos pronto

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138. goten,

guardando hilo

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139. ithuralde,

guardo hilo xd

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140. caballero_derrotado ,

que miedo las historias

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141. Def-Leppard,

ya sabeis chavales, si se os hacerca una muchacha y os pregunta si soy vella, corred. y desde lejos pos respondeis lo que queráis jajajaajaj

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142. GingerFox,

me asustó bastante la del tren xd

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143. el-prevoste,

me asustó bastante la de isumi xd

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144. inuyassha,

uy estuvo terrorífica mientras escuchava las istorias comenso aser ruidos por aquí xd, felizidades por las istorias.

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145. Alexander-Mortem,

muchas gracias gente, enserio sus comentarios me impulsan a no dejar caér esto, les aseguro que este no será el último maratón, abrá mas, y cada uno mejor que el otro, muchas gracias enserio.

saludos de su servidor, el nigromante

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146. el_helado_que_muerde,

x3 con la del tren

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147. mejunjosio ,

no soy muy fanático de las historias de terror, pero anduve leyendo algunas y me gustaron. Hoy me voy a leer las 13 historias

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148. Zeoltan,

Lo dije antes, pero para que este hilo no se pierda ni decaiga lo vuelvo a decir ¡Buenísimo!

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149. inuyassha,

siiii que jenial ilo aunque soy propenso a tener miedo pero bueño ete ilo me guto mucho xd

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150. mejunjosio ,

prefiero leer terror con el eloquence a con esas historias que te ponen efectos y voces, me asusto con esas xdd

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