Depende.
En el caso de aprenderme algo en general, como para un examen, lo que hago es hacer una especie de lista con los datos más relevantes de mis apuntes.
Ejemplo:
Gatos:
• Los gatos dicen «Miau».
• hay entre 45 a 73 razas (mucha diferencia de cantidades)
• les gusta dormir.
También hago lo de relacionar un concepto con otro. Por ejemplo no sé, alguien siempre olvida mi nick, pero dice que es muy complicado y no sé qué. Entonces se lo podría aprender diciendo, a ver, su papá se llama Manuel y su mamá Eve, ¡y por eso maeve!
Tipo nada que ver pero jajaja sirve.
O en idiomas, «sugar» (azúcar, tiene una pronunciación que me recuerda al sonido del azúcar al tomarse con una cuchara.
Para cuando debo memorizarme algo de lo que más tarde hablaré, tipo exposición, hago un resumen de mi información con mis propias palabras.
No importa si está mal escrito o muy informal, solo es para memorizármelo en mi vocabulario diario, por así decirlo, y ya en el momento hablo más como debería.
Ejemplo (aunque está larguito sorry :D si no te interesa acá puedes interrumpir el mensaje)
Vlad III, mejor conocido como Vlad el Empalador, era el principito de Valaquia, una región que hoy es parte de Rumania. Y sí, cuando digo «Empalador», es empalador.
Resulta que Vlad tuvo una infancia de telenovela turca (literalmente) Su papá, Vlad II, andaba metido en la política con los otomanos, y como garantía de que no se iba a revelar, los turcos le dijeron: "Déjanos a tus hijos aquí como rehenes y tú sigue con tus cosas". Entonces Vlad III y su hermanito Radu crecieron bajo la supervisión de los otomanos. Ahí aprendieron tácticas de blablablá, pero Vlad se amargó así igualito que ***, mientras que Radu se hizo bien compa como dicen de los otros.
Cuando Vlad creció y regresó a Valaquia, tenía un solo objetivo en mente, tipo bien villano Disney: recuperar su trono y vengarse de todo el mundo...
Y mira que lo logró, pero con pura amenaza tipo el bully de la secu. Empalar era su modo favorito de asustar, y yo sospecho que hasta lo hizo deporte con nacionales y todo.
¿Te metiste conmigo? Empalado.
¿No me trajiste mi sándwich? Empalado.
¿Que le copio a la reina de corazones? Empalado por ignorante, que ese libro todavía ni se ha publicado.
Después resulta que el sultán otomano, Mehmed II, decidió que Vlad ya estaba pasándose de mimado y mandó un ejército a detenerlo.
Mehmed: Ey tú bájale dos rayitas ¿no?
Vlad: y si no qué.
Mehmed: pues te la verás conmigo en colores y unicornios, explicado con manzanitas por si sucede que al principito le da mucha flojera pensar.
Vlad: ¡Empálenle, pero la psicosis!
¿Cómo?
Cuando los otomanos entraron en su territorio, se encontraron con un bosque entero de cuerpos empalados.
Y los turcos tipo modo backyardigans: esteeeem... ¿y si mejor vamos a mi casa?
¡Mi madre preparó pastelillos!
Oh sí pastelillos ay sí que rico vamos todos a comer vamos vamos.
Al final le aplicaron la clásica traición, lo encarcelaron y blablablá.