Creo que pipe como comediante se muere de hambre.
Espero le entiendan a este, contado por el comediante mexicano Teo González.
El chavo fresa que va a misa.
Para que entiendan los de fuera de México, les decimos fresas a aquellos juniors cuya posición económica es suficiente como para sus extravagancias y caprichos.
No conforme con eso: hablan como si tuvieran media papa en la voca y caliente xD.
Llega el fresa con su padre:
—¡Papi, papi! ¿Me prestas la nave y una luz, para ir con mis cuadernos al reven?
—No te entiendo hijo: Me la paso pagándote escuelas privadas para que me salgas con esa gerga popular...
Hago un paréntesis, para hacerles entender que dige gerga.
Regrezando al relato:
—Con ese caló de lenguaje.
—Que si me prestas la nave, osea el carro, y una luz, osea unos devaluados (Dinero) para ir con mis cuates al reventón a la disco...
—Y nosotros tan católicos que somos: ¿Ya fuiste a misa?
—¿A dónde?
—¡A la iglesia!
—Pues neta que esa disco no la conozco...
—¡Dige a la iglesia!
—¡Ah! ¿Es donde hay unas campanotas grandotas que talán talán?
—Sí: y vas, luego regresas y me platicas como te fue, y entonces te presto el carro...
Total que este fresa va, y regresa bien prendido.
—¡Papi! ¡Esto de la misa está padriuris!
—¿Encerio hijo?
—Sí papi. Al principio no te creas, al llegar me encontré unas puertas enormes talladas al alto relieve con rallitos y floresitas… y ya entendí por qué son tan grandes las puertas.
—¿Para qué?
—Para que entre el altísimo.
Luego ví a un tipo en la puerta y pensé: ¡El del cover!
Literalmente me embarré en la puerta haciendo como que los muertos me hablaban, y que no le pago el cover.
Una vez adentro: busqué una mesa, y papi: no había mesas. Puras bancas como para 10 personas.
Me extrañó que me miraran raro, no sé si era por el arete o el tatuaje, pero todos bien solidarios me dijeron Acomódalo, déjalo caer.
Y que lo dejo caer con ellos.
Luego allá arriba, pendiente de un valcón, se allaba una calandria cantando su dolor...
¡Eso era una canción!
Estaban unos tipos con su guitarra echando cerenata pero alrevez.
—¿Alrevez?
—Sí, estaban de arriba hacia abajo con sus guitarras que tarán tan tán.
Luego: en eso que sale el mero machín.
—¿El mero machín?
—Yo creo que era el mero machín, porque agarraba el micrófono y se decía lo que había que hacer.
Era un tipo con una guallavera de los hombros hasta los tovillos.
Parecíamos coreografía de Caballo dorado.
Parados centados incados, parados centados incados.
Y todos lo hacíamos.
El man de la guallavera nos hablaba de un tipo de greña larga, que puro amor y paz con todos, y yo me dige:
Chincue más chincue: yes.
Que decía que este tipo de greña larga fue eliminado por un piloto.
—¿Un piloto?
—Sí, un piloto que se llamaba Ponsio, que se lavaba las manos, agarraba su avión y se pintaba de colores por todos lados.
Pero lo que me llamaba la atención: era un tipo que estaba centado en el baño.
—¿Centado en el baño?
—Yo creo que sí, porque se le formaba una fila por un lado, y otra por el otro lado.
Era tanta la urgencia que se le incaban pidiendo por piedad los dejara entrar al baño, pero este man estaba en su macho de no dejar entrar a ninguno.
Papi: yo creo estaban tan malos que se daban golpes de pecho y decían: ¡Como me duele aquí!
Yo dige: ¡Que se avienten un pepto!
Aquí Hago un paréntesis, para mencionar que el pepto, o Pepto vismol, es una pastilla efervecente para males estomacales. Ahora sí: continúo.
Papi: yo creo que sí se lo echaron, porque el de la guallavera tuvo que quemar incienso para fumigar todo aquello.
En eso: ví que pasaba un tipo con una charola, y todos le echaban dinero...
Yo me dige: ¡El del cover!
Cuando pasó junto a mí, me hice como que la virgen me hablaba y que no lo vuelvo a dar, papi.
Luego me calló el 20, y ví para qué le echaban dinero...
—Sí hijo: son las limosnas.
—¡Nel! ¡Era la coperacha para el pomo!
—¿El pomo?
—Sí, pero el machín no nos quiso dar.
De entrada: tocaba una campanita para no escuchar cuando le echaba los hielitos que talán talán.
Y luego para no darnos, nos distrajo así como:
Haber: vállanse conociendo entre ustedes.
Había una chica que me la recomendaban mucho.
—¿Una muchacha?
—Sí, yo creo que era muy guapa, porque todos nos decían: Que la Paz esté contigo.
Yo les dige: ¡Mejor Sandra, me gusta un chorro.
Ya cuando lo ví, se había chupado el machín todo el pomo y no nos compartió.
Papi: yo creo le hizo daño, porque se tomó un alcaselser de unos 6 centímetros de diámetro.
Luego reviró que la comida no alcanzaba y dijo mejor:
Dichosos los invitados.
Yo me fui con ellos papi.
¿Quién le dice que no, a un Corcuera y Rivadeneira? así que me formé con ellos...
—¿Cuándo menos aprendiste a persinarte?
—Sí, mira:
En el nombre del papi, del Junior y la palomita buena onda...
Así lo verían los fresas. xD