hilo sobre historias con ChatGPT. (em processamento)

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571. CREADOR ,

teoría de conspiración o no, pero todo el mundo habla de que chat gpt se está volviendo más estúpido a la hora de generar texto creativo.

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572. Ricochet,

no sé, no me pasa, igual y puede que sea culpa más de los prompters que del chat. Puede ser, no?

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573. CREADOR ,

pues supongo que si, los programadores expertos no deben saber bien como promptear.

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574. Chuy ,

para el oso fanático de aple
no es gran misterio solo es agregar un personaje más a la historia. y agregarle tu nombre y como lo quieres. edad. personalidad. rasgos. apariencia etc.

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575. Chuy ,

estoy en proceso de creación de una historia nueva. solo les pongo el título
mi vida en Raritown
y que porsierto la escribí con la creatividad de un borracho que se tomó 80 copas.
hablo de mi nivel de creatividad. ya que yo no puedo tomar alcóol
y como la vida de un adolecente es mas aburrida que ver tu cerie favorita mas de una vés no se sorprendan que el personaje principal sea un niño o una niña.
ya que la infancia es mas divertida.
daría mi alma por volver a ser un niño.
ejem. me olvidé que eso solo pasa en los shorts de páblo bruschi xd

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576. Thomas_White,

yo opino que se siga publicando la de the last crusade, ta buena

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577. Chuy ,

bueno al final que quieren que aga. publico la nueva historia de mi vida en rarytown aquí
la pongo en mi blog y paso links.
o la guardo en mi colección personal.

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578. Chuy ,

desgraciadamente ando mas bloqueado que mi pc escolar y como no guardo las cosas en mi pc terminé perdiendo la historia que estava escribiendo.
pero si son tan amables me podrían brindar ayuda.
como les comentava ando bloqueado y sin ideas.
será que me pueden ayudar con ideas para mi nueva historia.
se los agradecería mucho.

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579. Chuy ,

me dá sierta flogera publicarla por aquí a mi nueva historia así que mejor denle una revisada en wattpad.
https://www.wattpad.com/1417891169-la-vida-escolar-de-andy-cap%C3%ADtulo-1-un-nuevo

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580. Ricochet,

alta publi. No quieres una donación también?

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581. Chuy ,

en que centido.
por el mensaje o por la historia.
si es por la historia mandale cumbia ya que la venta de huevos se fue al carajo y mi mamá ultimamente no anda teniendo suerte con las carteras.

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582. Chuy ,

para que vean que lo unico que tenía hera flojera y que no soy malo les publico la historia aquí en texto.
nota. me estoy quedando sin nombres para los personajes así que no se sorprendan si hay nombres repetidos
Capítulo 1: Un Nuevo Comienzo
Mi nombre es Andrés, aunque todos me llaman Andy. Tengo 10 años y hoy quiero compartirles una historia que ocurrió en mi escuela. Las clases estaban llegando a su fin cuando de repente, nuestra maestra, la señorita Rodríguez, dio una noticia inesperada.
"Niños, quiero avisarles que mañana llegará un nuevo amiguito a estudiar con nosotros", anunció la señorita Rodríguez con una expresión seria en su rostro.
Mis ojos se iluminaron de curiosidad y pregunté, "¿En serio, señorita? ¿Y quién es?"
"Es mi hijo. Se llama Francisco y tiene 10 años. Viene de otra escuela y fue sacado por mí personalmente debido a... Bueno, sin entrar en detalles, sufrió una serie de maltratos", reveló la maestra con un tono preocupado.
Al escuchar esas palabras, mi corazón se rompió en pedazos. Sentí una profunda tristeza por el nuevo amigo que llegaría mañana.
"Todo lo que ha pasado lo ha afectado, así que les pido tiempo para que se adapte. Trátenlo bien y no lo obliguen si no quiere entablar amistad o jugar con ustedes", solicitó la señorita Rodríguez con firmeza.
"Me conoce bien, señorita, y sabe que eso, al menos por mi parte, va a suceder. No sé los demás", le aseguré con determinación.
"Así me gusta, Andy", respondió la maestra, sonriendo.
El sonido del timbre escolar marcó el final de la jornada.
"Bueno, pueden irse. Nos vemos mañana", concluyó la señorita Rodríguez.
Al salir de la escuela, me dirigí a casa con una mezcla de emociones. Estaba emocionado porque mañana llegaría un nuevo amigo a la clase, pero una mezcla de pena rondaba mi corazón al recordar el maltrato que el hijo de la maestra había sufrido en su antigua escuela.
Estaba seguro de que con nosotros se sentiría bien, y yo me encargaría de asegurarme de eso.
Fin del capítulo 1.

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583. Alexander-Mortem,

yo digo lo mismo ThomasRaith: yo opino que se siga publicando la de the last crusade, ta buena: 14.01.2024 23:56

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584. Un-tazo-dorado,

¡¡ATENCIÓN! Historia no apta para aquellas personas que sufren problemas del corazón o de la vílis. Se recomienda discreción.

Érase una vez en el pintoresco pueblo de Tejeringo el Chico, cerca de San Casteabro y Jalatitlán de los gansos, vivía un joven llamado Chingazos. Desde pequeño, Chingazos soñaba con aventurarse en la gran capital para buscar suerte y alcanzar la fama. Con valentía y determinación, dejó atrás su hogar y emprendió el viaje hacia la ciudad.
A medida que Chingazos se adentraba en la vida urbana, su nombre comenzó a aparecer en las noticias y encabezados de los periódicos. "Chingazos en el congreso", "Chingazos entre comerciantes", "Chingazos en la iglesia", "Chingazos entre políticos", "Chingazos en la UNAM", "Chingazos en la Cruz Roja", "Chingazos en la cantina", "Chingazos entre jefes de estado", "Chingazos en el cerro", "Chingazos en el baile", "Chingazos en el concierto de Grupo Marrano", "Chingazos en el seguro social", "Chingazos entre plomeros", "Chingazos entre cantantes", "Chingazos en el cine", "Chingazos entre albañiles", "Chingazos en el gimnasio", "Chingazos entre policías", "Chingazos entre ciegos", "Chingazos en la sala de juegos", "Chingazos en las estaciones Salto del Agua, Pantitlán, Balderas y Barranca del Muerto", "Chingazos en Sonora", "Chingazos en Sinaloa".
La fama de Chingazos se extendía por todos lados, y aunque algunos lo veían como un alborotador, otros lo admiraban por su valentía y audacia. Sin embargo, cuando Chingazos regresó a Tejeringo el Chico, los pobladores se enfadaron al ver una noticia que decía "Chingazos entre mariposones". Aunque el titular era malinterpretado, Chingazos supo aclarar la situación y demostrar que su intención nunca fue causar daño ni ofender a nadie.
A lo largo de su travesía, Chingazos aprendió muchas lecciones y se convirtió en un símbolo de lucha y perseverancia. Su nombre se convirtió en sinónimo de valentía y coraje, y su historia se contaba en todos los rincones del país. Aunque enfrentó numerosos desafíos y adversidades, Chingazos siempre encontraba una manera de salir adelante y dejar su huella en cada lugar que visitaba.
Y así, Chingazos continuó su camino, dejando una estela de historias y anécdotas a su paso. Su espíritu indomable y su determinación lo llevaron a conquistar nuevos horizontes y a convertirse en un símbolo de inspiración para todos aquellos que soñaban con alcanzar sus metas. La historia de Chingazos perduró en el tiempo, recordándonos que nunca debemos rendirnos y siempre debemos luchar por nuestros sueños, sin importar los obstáculos que se interpongan en nuestro camino.

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Última edição por Un-tazo-dorado, Jan 31 2024 05:35:03

585. Chuy ,

bueno me quedé sin ideas para continuar la historia que estava escribiendo y he creado otra pero creo que devido a su contenido no puedo pasarla por aquí
así que mejor revisen mi perfíl de wattpad que allí se encuentra la historia.
y luego me comentan por aquí
https://www.wattpad.com/user/AzulTraful2023

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586. Ricochet,

Capítulo 4: El gueto de los olvidados.

Allende el norte:
En el confín más remoto del norte, donde las sombras de Vaisara se disipan en la vastedad olvidada, yace un gueto conocido como Allende el Norte. Este enclave, ajeno a los tributos y olvidado por los señores de las tierras cercanas, sirve de refugio a aquellos despojados de su pasado y esperanza. Aquí, en este crisol de desesperación, conviven en frágil armonía los restos de antiguas casas nobles caídas en desgracia, junto a niños de miradas viejas, bardos sin audiencia, y familias que el tiempo y la guerra han desgarrado.
Entre sus callejuelas serpenteantes, resguardadas por edificaciones que desafían su inminente colapso, se teje la historia de Lyria, una niña proveniente de la casa Belvedere. Los Belvedere, conocidos en tiempos de esplendor por su blasón de un fénix renaciendo entre llamas contra un cielo azul, habían perdido no solo sus tierras sino también el derecho a portar tal emblema tras la caída de su linaje.
Lyria, hija de una guerrera sin igual y un agricultor de corazón bondadoso, encarna la resilencia de aquellos que el destino ha puesto a prueba. A pesar de su juventud, sus ojos reflejan la firmeza de quien ha conocido la adversidad, y su andar, la determinación de quien no se rinde ante la fatalidad.
Aquí, donde las sombras se alargan y el frío del olvido se siente incluso en los días más cálidos, la vida sigue un ritmo que desafía la desesperanza del entorno. Para Lyria, este lugar no es solo un refugio de los desposeídos, sino prácticamente el único hogar que ha conocido. A pesar de la caída en desgracia de su casa, ella porta con orgullo su legado, una llama de nobleza que ni la miseria ni el abandono han podido extinguir.
La mañana comenzó con el bullicio característico del gran gueto. Comerciantes de fortuna montaban sus puestos improvisados, ofreciendo desde alimentos de dudosa procedencia hasta reliquias de un pasado mejor. Los niños correteaban entre los pasillos estrechos, jugando con lo poco que tenían, risas inocentes que contrastan con el desolado entorno. Lyria, con sus jóvenes once años, observaba este ajetreo con una mezcla de curiosidad y sabiduría precoz. Ha aprendido a leer en las personas y en los objetos la historia de Allende el Norte, un tapiz tejido con hilos de pérdida y resistencia.
A lo largo del día, Lyria ayudó en las tareas comunes del gueto. Acompañó a su padre a los pequeños huertos que algunos valientes intentan cultivar contra toda adversidad, donde cada brote de vida es un desafío a la yerma extensión de tierra. Su madre, por otro lado, dedica su tiempo a entrenar a los jóvenes en el arte de la defensa. Aunque las armas escasean y a menudo son poco más que herramientas de labranza adaptadas, la enseñanza es clara: la voluntad de luchar puede ser tan poderosa como el acero más fino.
La tarde trajo consigo una asamblea improvisada, donde los habitantes de Allende el Norte se reunieron para discutir los asuntos del gueto. Se habló de las cosechas, de la seguridad, de los rumores de movimientos en las tierras más allá de la muralla. Lyria escuchó atenta, comprendiendo que cada decisión, por pequeña que sea, es vital para la supervivencia de la comunidad.
Pero no todo es trabajo y preocupación. También hubieron momentos de alegría compartida, como cuando un bardo de poca monta, pero de corazón grande, consiguió arrancar sonrisas con sus historias de tiempos mejores, de héroes y aventuras en reinos lejanos. Lyria se deja llevar por estas narraciones, permitiéndose soñar con un mundo más allá de las penurias del gueto.
A medida que el sol comenzaba a ocultarse, la vida en Allende el Norte se apacigua. Las familias se reúnen en torno a fogatas improvisadas, compartiendo lo poco que tienen, encontrando en la calidez mutua el consuelo contra el frío de la noche. Lyria, sentada junto a sus padres, mira las estrellas que se atreven a brillar sobre el gueto, y en su corazón alberga la promesa de un mañana mejor, un futuro en el que la casa Belvedere renazca de sus cenizas, al igual que el fénix de su perdido blasón.
A medida que el sol se ocultaba tras el horizonte de Allende el Norte, Lyria y su familia se reunían en torno a la modesta fogata que habían encendido en el espacio común, muy cerca de su hogar. El fuego crepitaba, proyectando sombras danzantes sobre las caras expectantes reunidas alrededor, un pequeño círculo de calidez en la vasta frialdad del gueto.
El padre de Lyria, un hombre de manos endurecidas por el trabajo del campo, pero con una sonrisa que nunca parecía desvanecerse, compartía historias del día mientras repartía las raciones de comida para su pequeña familia. Aunque escasas, eran recibidas con gratitud. "Hoy, los tomates han mostrado su valentía, resistiendo al viento del norte", comentó con un tono de orgullo, como si hablar de viejos amigos.
Su madre , en contraste, permanecía en silencio, su mirada perdida en las llamas. Era una mujer de presencia imponente, no solo por su habilidad en combate, sino también por la serenidad que irradiaba, como si hubiese alcanzado un entendimiento profundo con el mundo a su alrededor. "El fuego siempre encuentra su camino, incluso en la tormenta más feroz", murmuró finalmente, sus palabras cargadas de un significado que iba más allá de la simple observación.
Lyria, sentada entre sus padres, absorbía cada palabra, cada gesto. A sus once años, había desarrollado una curiosidad insaciable y, gracias a su estancia desde prácticamente recién nacida en el gueto, había cultivado también una sabiduría que desafiaba su edad. La conversación se desvió hacia las estrellas que empezaban a asomarse en el cielo nocturno, puntos de luz que guiaban a los viajeros y soñadores. "¿Ves esa constelación?" preguntó su padre, señalando hacia el cielo con un dedo calloso y magullado por el esfuerzo. "Es el Viajero; se dice que guía a los perdidos hacia su destino."
Lyria siguió su mirada, tratando de trazar el camino del Viajero en el manto estrellado. "¿Y nosotros? ¿Estamos perdidos?" preguntó con inocencia.
Su madre sonrió suavemente, acercándola más al calor de la fogata. "Todos estamos en un viaje, pequeña. Algunos encuentran su camino rápidamente, otros tardan un poco más. Pero lo importante es seguir mirando las estrellas, creer que hay un lugar para nosotros."
La niña asintió quedamente, su mente llenándose de imágenes de aventuras y tierras lejanas. En esos momentos, el gueto parecía un poco menos sombrío, el futuro un poco menos incierto. La familia Belvedere, unida por el amor y la esperanza, enfrentaba juntos la oscuridad, sabiendo que mientras las estrellas brillaran, nunca estarían completamente perdidos.
Mientras la noche avanzaba, el fuego comenzó a menguar, pero el calor que emanaba de él era suficiente para mantener a raya el frío. Lyria se acurrucó entre sus padres, escuchando las historias de héroes y leyendas que su madre comenzó a narrar, historias de valentía y sacrificio que encendían la imaginación de la joven. En su corazón, Lyria albergaba un deseo ardiente: crecer para ser tan valiente y determinada como los personajes de las historias de su madre, y quizás, un día, encontrar su propio lugar entre las estrellas de aquel cielo y ser recordada como ellos.
Al alba del siguiente día, el gueto de Allende el Norte se despertaba al suave murmullo de una melodía. A diferencia de otros días, este amanecer traía consigo los acordes de una lira, tocada no por las manos de un bardo de renombre, sino por las de un joven cuyo talento apenas comenzaba a florecer entre los muros de este refugio de almas perdidas. En el espacio común, cerca de donde la familia Belvedere había compartido su cena la noche anterior, el joven bardo, llamado Elian, llenaba el aire con una música que hablaba de esperanza y sueños aún no quebrados.
Era alto, de pelo largo y negro, pero tenía las facciones finas y delicadas como las de un artista o estudioso. Llevaba harapos al igual que los demás, pero si bien la gran mayoría de aldeanos iban descalzos, las de aquel chico eran las zapatillas más ostentosas que había visto la niña.
Lyria, atraída por la melodía, se unió a los pocos que se habían congregado a su alrededor para escuchar. A su lado, niños y ancianos, comerciantes y artesanos, todos encontraban un momento de paz en las notas que flotaban suavemente por el aire, mientras ella lo veía asombrada y con creciente interés. La música de Elian no solo era un regalo para los oídos; era un bálsamo para las almas heridas por las duras realidades de la vida en el gueto.
"¿Qué te inspira a tocar, Elian?" preguntó Lyria, una vez que la pieza llegó a su fin.
El joven bardo, con una sonrisa tímida, respondió: "Es mi forma de recordar que hay belleza en el mundo, incluso aquí. Cada nota es un desafío a la oscuridad, un recordatorio de que aún en el lugar más desolado, podemos crear algo hermoso."
La respuesta resonó en Lyria, quien veía en Elian un espíritu afín, alguien que, al igual que ella, buscaba luz en la penumbra. La música, se dio cuenta, era otra forma de lucha, tan valiosa como la espada de su madre o la perseverancia de su padre en el huerto.
A medida que la mañana avanzaba, el gueto parecía cobrar vida de una manera diferente. La música había despertado un sentido de comunidad y fortaleza entre sus habitantes, recordándoles que, a pesar de sus diferencias y las batallas diarias por la supervivencia, compartían un lazo común: la resistencia contra la adversidad.
Ese día, Lyria decidió pasar bastante tiempo con Elian, aprendiendo no solo sobre la música, sino también sobre la historia del gueto a través de sus canciones. Cada melodía contaba una historia diferente, desde las épicas batallas de casas caídas hasta los pequeños triunfos de aquellos que se negaban a ser olvidados.
Mientras el sol se elevaba, marcando el paso de otro día, Lyria se encontró sumergida en un mundo donde la música tejía una conexión profunda entre el pasado y el presente, entre la pérdida y la esperanza. En las notas de la lira de Elian, encontró una nueva forma de entender su hogar, viendo Allende el Norte no solo como un lugar de refugio, sino como una comunidad que, a pesar de todo, se atrevía a soñar.
Con el amanecer, Lyria comenzó su jornada laboral en las tierras comunitarias del gueto, donde los esfuerzos conjuntos de sus habitantes intentaban arrancarle vida a un suelo que parecía haber olvidado hace mucho tiempo cómo sustentarla. Entre los surcos de tierra, trabajaba con una determinación que desmentía su juventud, sus manos ya familiarizadas con el peso de la pala y el tacto de la tierra. No estaba sola en su labor; a su lado, otros residentes de Allende el Norte compartían la carga del trabajo, incluyendo niños más pequeños que ella, algunos perros, niños que eran casi bebés e incluso Elian, quien se había unido a los esfuerzos de cultivo desde hacía algunos días..
A Lyria le sorprendía verlo allí, tan lejos de su lira y las melodías que parecían ser su verdadero hogar. Sin embargo, Elian trabajaba con un entusiasmo que igualaba al de cualquier otro, demostrando que su compromiso con la comunidad iba más allá de la música. Sus breves intercambios entre tareas revelaban una creciente camaradería, tejida no solo de notas musicales, sino también del compartido sudor y esperanza, además de muchas más cosas en común. Elian le habló de terrenos arrasados por la guerra, de sitios donde ya no crecían ni malas hiervas, de cómo fue secuestrado, raptado del seno de sus padres, obligado a aprender el oficio de la música y de cómo finalmente la pequeña tienda que regentaba sus captores había sido arrasada por algunos desertores de Vaisara. La pequeña quedó atónita ante esta última revelación. “Descríbeme algunos blasones que viste”, le inquirió. Así lo hizo él. La joven Asoció el triángulo equilátero saeteado con la casa Dalton, las tres cabezas de león de ojos asesinos con los Dandelion y, cómo no, la primera que reconoció fue el águila de los Trenton.
“Eso no es lo más preocupante, Lirry”, dijo Elian, utilizando el mote cariñoso al que la niña hacía días que se había acostumbrado. “Lo más triste de todo es que estas casas, por sus ejércitos o por voluntad propia, han comenzado a desertar de las filas de Vaisara. Lasarus ha ganado más adeptos o ha sufrido más daños, nadie lo sabe. Es un rey cruel, que adora a dioses paganos, que rescata antiguas criaturas míticas y revive a los de sus filas que han caído.
Lyria lo escuchaba sin dejar de palear la tierra, con una mezcla de tristeza y comprensión. Tenía amigos vaisareños. Cuando tenía tres o cuatro años, ya no se acordaba muy bien, su padre había recibido un pupilo de los McFarland un año mayor que ella. Se llamaba Tris, o Tresh, O Trey, apenas se acordaba del pequeño. En otra ocasión, había llegado desde Valtorin para comerciar y cobrar tributo la familia real de Vaisara. Habían traído como invitados a los Chamlis, de menor nobleza que ellos pero vaisareños también, una distinción prácticamente de honor en aquellos lejanos parajes. Ella se había divertido mucho con las gemelas Tirence y tiresh Chamlis, e incluso a los seis años se había dado unos cuántos besos con Adriel Cham , el bastardo real al que habían traído para que se encargue de los perros y de los caballos, pero ahora apenas si recordaba algunos de aquellos rostros. Los de las gemelas se habían difuminado por completo pese a lo genuino de su apariencia física y su personalidad, pero todavía recordaba las facciones de Adriel. Era guapo, muy guapo, alto y fuerte y protector como Elian. Tenía el pelo corto y le doblaba la edad, pero curiosamente, ese hecho era lo que más le fascinaba a ella. No habían sido una ni dos veces las que había visto a sus padres en la cama. Una vez en que fue descubierta, sus padres no la riñeron, sino que se vistieron y se sentaron con ella. Le explicaron como buenamente pudieron aquello que había visto, y ella se llevó tras esa noche una explicación a su insaciable curiosidad y tres nuevas formas de llamarle a aquello, tener sexo, hacer el amor y el Ami Ami, una forma propia y que ahora le parecía tierna y divertida. Fantaseaba con lo que pasaría si ella y Add lo hubieran hecho. Fantaseaba con lo que pasaría si ella y el hijo de los Chamlis fueran descubiertos, como cuando ella lo hizo con sus papás. Y al final dejaba escapar esos pensamientos como el agua entre los dedos, porque lo único que haría una acción como aquella era enemistar a sus familias, desafiar al trono, confrontar directamente al rey y a ellos probablemente les darían muerte.
Al caer la tarde, luego de dejar atrás las labores del día, Lyria invitó a Elian a explorar algunos de los lugares secretos de Allende el Norte. Guiados por la curiosidad y el deseo de escapar, aunque fuera por un momento, de las sombras que a menudo cubrían el gueto, se aventuraron más allá de los caminos trillados. Lyria, con la confianza de quien conoce cada rincón de su hogar, condujo a Elian a través de callejones ocultos y pasajes apenas visibles, revelándole un mundo que permanecía invisible para aquellos que no se atrevían a mirar más allá de la superficie.
Le mostró callejones enteros manchados de tiza donde ella y sus amigos jugaban rayuela, defiende el castillo y demás. Le mostró su Pequeña gran colección de objetos extraños, como a ella le gustaba llamarla, y el chico demostraba gran interés en las antigüedades, e interés, simplemente, en juguetes y otras cosas que escapaban a su atención. Le mostró un oasis secreto que habían descubierto algunas semanas atrás, ella y la pequeña dalia. Era una chica regordeta cuidada por dos jóvenes granjeros. Ellos decían que se llamaba Dalia porque la encontraron retozando en un claro lleno de ellas, pero ella decía que se llamaba así porque le gustaba cómo sonaba dicho por alguien más.
Fue en uno de estos rincones olvidados, en un claro secreto rodeado de ruinas que el tiempo y la guerra habían perdonado, donde hicieron un descubrimiento asombroso: una quimera cachorro, hembra, sola y aparentemente abandonada. La criatura, con su mezcla de rasgos felinos y reptilianos, observaba a los recién llegados con una curiosidad que rivalizaba con la suya.
Estaba acostada sobre un montón de piedras y escombros, la cabeza le reposaba apoyada en las dos patas delanteras. Todavía era muy pequeña, pero tanto Lyria como Elian vislumbraron ligeros destellos dorados de cada una de sus patas. Su cola de serpiente se meneaba de un lado para el otro, de un lado para el otro.
Lyria se acercó con cautela, extendiendo una mano en gesto de amistad. Para su sorpresa, la quimera no huyó, sino que se acercó, permitiendo que la joven explorara su pelaje suave y sus escamas iridiscentes. Elian observaba, fascinado por el vínculo instantáneo que parecía formarse entre Lyria y la criatura. Compondré una canción, pensó. Observaba cómo chica y criatura extendían una palma y una zarpa. Observó cómo ambas extremidades se juntaban. Vio cómo la bestezuela depositaba quedamente su zarpa en la palma de la niña y dejaba que se la agitase a modo de saludo, y vio, con creciente horror e incredulidad, cómo la pequeña se inclinaba para depositarle una sutil caricia y un beso en la frente. El animal ronroneó y siseó con agrado. “Me la quiero quedar”, le dijo a Elian. “¿Crees que me la pueda quedar? Sé que ha convivido algo con humanos. ¿Crees que la abandonaron? ¿Crees que…? Qué dirá mi familia…”
Elian escuchaba atónito y sin poder responder. Su mirada iba y venía de la chica a la criatura, de la chica a la criatura. Levantó las manos y le mostró las palmas en señal de alto, de que iba desarmado y estaba bastante apabullado. “Supongo que te la puedes quedar. Si se entrenan no son peligrosas, es fácil darles comida, está sola y es una chica, lo que te hará hacer buenas migas más rápido con ella”, le respondió. “¿Crees que mi familia me deje quedarme con ella?” La joven replicó. “Si ambos hacemos ese compromiso, yo le doy a tu familia algo como tributo o prenda de mi promesa y no asustamos al pueblo, creo que podría funcionar”, contestó él. La niña sonrió, y se vio linda. Elian se permitió mirarla.
"¿Cómo le vas a llamar? ¿Lyria, como tú? ¿O tiene algún nombre especial?" preguntó Elian, su voz teñida de una mezcla de asombro y afecto.
Lyria, mirando al cachorro de quimera y luego a Elian, sonrió. "La llamaré Belvedere, como mi casa. Ella me ayudará a restaurar nuestro blasón y a recuperar nuestra tierra", respondió con una convicción que brotaba desde lo más profundo de su ser.
Mientras el crepúsculo teñía de dorado las ruinas y callejuelas de Allende el Norte, Lyria y Elian regresaban al corazón del gueto, la quimera cachorro siguiéndolos con una mezcla de curiosidad y cautela. El descubrimiento de la criatura había infundido un nuevo sentido de propósito en Lyria, una determinación renovada que resonaba con la promesa hecha a Belvedere, la quimera, nombrada así en honor a su casa caída.
Al acercarse a su hogar, el temor de cómo recibiría su familia a la nueva integrante comenzó a anidar en el corazón de Lyria. Sin embargo, la presencia reconfortante de Elian a su lado le recordaba que no estaba sola en este nuevo capítulo de su vida. Juntos, habían acordado presentar a Belvedere a su familia, comprometiéndose a compartir la responsabilidad de cuidarla y asegurar su bienestar.
Antes de cruzar el umbral de su hogar, Lyria se detuvo, mirando a Elian con una mezcla de gratitud y nerviosismo. "Gracias por estar aquí", murmuró, sus palabras llevando el peso de todo lo que habían compartido ese día.
Elian, con una sonrisa de ánimo, respondió: "No hay de qué, Lirry. Estamos en esto juntos, ¿recuerdas? Belvedere es un símbolo de esperanza, no solo para ti, sino para todos nosotros en Allende el Norte."
Con un suspiro de resolución, Lyria empujó la puerta y entró, con Elian y Belvedere siguiéndola de cerca. La reacción inicial de sus padres fue de sorpresa, sus ojos se abrieron al ver a la quimera cachorro explorando cautelosamente su nuevo entorno. Pero al ver la determinación en los ojos de su hija, y escuchar la historia de cómo Belvedere había llegado a sus vidas, no pudieron evitar sentir un atisbo de la esperanza que Lyria y Elian compartían.
El padre de Lyria, después de un momento de contemplación, asintió con una sonrisa. "Entonces, parece que nuestra familia ha crecido", dijo, su voz teñida de un optimismo cauteloso. "Cuidar de una quimera no será tarea fácil, pero si algo hemos aprendido aquí, es que juntos podemos enfrentar cualquier desafío."
La noche se pasó en preparativos y conversaciones, discutiendo cómo integrarían a Belvedere en su vida diaria. Lyria y Elian, bajo la atenta mirada de sus padres, se comprometieron a entrenar a la quimera, asegurándose de que su presencia en el gueto no causara temor entre sus vecinos. La promesa de Elian de ofrecer algo a la familia como tributo y garantía de su compromiso fue recibida con gratitud, sellando el pacto con un sentido de comunidad y apoyo mutuo.
Mientras Lyria se acostaba esa noche, con Belvedere acurrucada a su lado, no podía evitar sentir que algo profundo había cambiado. La llegada de la quimera no solo había traído una nueva responsabilidad a su vida, sino que también había reforzado los lazos que la unían a su familia, a Elian y a la comunidad de Allende el Norte. En la oscuridad, mientras escuchaba el suave respiro de Belvedere, Lyria soñaba con un futuro donde su casa sería restaurada, no solo en nombre, sino en honor y propósito, guiada por la luz de las estrellas que prometían un camino hacia el renacimiento.
La mañana siguiente amaneció tranquila en Allende el Norte, con el sol filtrándose suavemente a través de las grietas y las ruinas, pintando de luz los rincones olvidados del gueto. Lyria y Elian, habiendo asumido la responsabilidad de cuidar a Belvedere, se encontraban en el pequeño espacio que servía de patio trasero en la casa de Lyria, disfrutando de un raro momento de calma.
La conversación fluyó fácilmente entre ellos, hilvanada con risas y el ocasional siseo juguetón de Belvedere. Hablaron de todo y de nada, desde las pequeñas victorias en el huerto comunitario hasta las travesuras de la quimera cachorro que ya empezaba a mostrar su carácter vivaz.
Fue entonces cuando Lyria, movida por un impulso súbito, decidió abordar el tema que había estado danzando en los bordes de su conciencia. "Elian, sobre el tributo que mencionaste... ¿Qué planeas dar a mi familia?" preguntó, su tono casual escondiendo la seriedad de su pregunta.
Elian se detuvo, la serenidad de su expresión dándole paso a una sombra de hesitación. "He estado pensando en eso", comenzó, evitando la mirada de Lyria. "Y creo que lo más valioso que puedo ofrecer es mi lira. Podría venderse por un buen precio en Vaisara, y el dinero ayudaría a tu familia."
Lyria sintió un nudo en el estómago ante la respuesta. "No, Elian, no puedes hacer eso", replicó rápidamente, la preocupación teñiendo sus palabras. "Tu música... es una parte de ti, de nosotros. No puedes sacrificar eso."
Elian la miró, sus ojos reflejando un conflicto interno. "Pero es lo único que tengo de valor. Y después de todo, es solo un objeto. Puedo encontrar otra lira, o incluso aprender a tocar un instrumento diferente. Lo importante es asegurarnos de que Belvedere pueda quedarse y que tu familia esté bien."
La determinación en su voz era palpable, pero Lyria no podía aceptarla. "Pero a qué costo, Elian? ¿A perder una parte de quién eres?" insistió, su voz cargada de emoción. "Tu música nos ha unido, ha traído esperanza a este lugar. No podemos permitir que eso se pierda, no por esto."
La discusión iba escalando, la tensión entre ellos creciendo con cada intercambio. Era la primera vez que sus opiniones chocaban tan frontalmente, cada uno aferrado a su perspectiva, incapaz de ceder.
Finalmente, Elian bajó la mirada, su firmeza inicial dando paso a la duda. "No sé qué más hacer, Lyria. Quiero ayudar, quiero hacer lo correcto, pero parece que todo lo que se me ocurre solo empeora las cosas", confesó, su voz baja.
Lyria, viendo el tormento en su amigo, suavizó su postura. Se acercó a él, colocando una mano sobre la suya en un gesto de consuelo. "Encontraremos otra manera, Elian. Juntos. Tu música es más que un simple objeto; es un regalo, una luz en la oscuridad. No podemos apagarla."
Elian levantó la vista, encontrándose con los ojos llenos de convicción de Lyria. En ese momento, entendió que el verdadero valor de su tributo no residía en el objeto en sí, sino en lo que representaba: la esperanza, la unidad, y la fuerza de su amistad.
Pero aun así. No podía ceder. “No, Lyria, hay que hacerlo”, dijo. “Sabes que es cierto. Es la única manera de obtener algo de dinero, incluso para comprar cosas para la quimera. Hay que hacerlo y lo haré aunque me duela”. No se quedó por más tiempo. Se quitó de encima la mano de su amiga, tomó su lira y las pocas cosas que llevaba encima, que básicamente consistían en un ato de frazadas con cosas dentro que le llegaban hasta el mentón y su lira, y se encaminó hasta donde estaban los padres de la niña, junto al fuego.
Lyria lo siguió con la mirada, el corazón oprimido por un torbellino de emociones. La idea de perder la música de Elian, esa melodía que había tejido esperanza en los rincones más sombríos de Allende el Norte, le dolía más de lo que podía expresar. Sin embargo, la firmeza en la voz de Elian no dejaba lugar a dudas; estaba decidido a seguir adelante con su plan.
Al llegar junto al fuego, Elian se detuvo, enfrentando a los padres de Lyria con una mezcla de respeto y tristeza. "He tomado una decisión", comenzó, su voz firme a pesar del temblor subyacente. "Voy a vender mi lira en Vaisara. El dinero que obtenga será mi tributo a su familia, para asegurarnos de que Belvedere pueda quedarse y para ayudar con cualquier necesidad que tengan."
Los padres de Lyria intercambiaron miradas, la sorpresa y el conflicto reflejados en sus rostros. Conocían el valor que la música y la lira tenían para Elian, y la idea de aceptar un sacrificio tan grande los llenaba de inquietud.
"¿Estás seguro, Elian?" preguntó el padre de Lyria, su voz cargada de preocupación. "Tu música es una parte importante de quién eres. No queremos que renuncies a algo tan valioso."
Elian asintió, los ojos brillando con una determinación inquebrantable. "Lo estoy. Es la única manera que veo de contribuir, de hacer algo significativo para agradecer todo lo que han hecho por mí. No puedo quedarme de brazos cruzados mientras hay algo que puedo hacer para ayudar."
Lyria intervino entonces, su voz temblorosa pero firme. "Pero Elian, tu música... es más que solo notas y acordes. Es esperanza, es luz. No puedes simplemente apagarla."
Elian se volvió hacia ella, una sonrisa triste adornando su rostro. "No la estoy apagando, Lyria. Solo estoy encontrando una nueva manera de dejar que brille. A veces, tenemos que hacer sacrificios, por dolorosos que sean, por aquellos que amamos y por lo que creemos."
La noche se llenó de un silencio tenso, roto solo por el crepitar del fuego. Finalmente, con un pesado suspiro, los padres de Lyria accedieron, aceptando la decisión de Elian con una mezcla de gratitud y pesar.
Elian se preparó entonces para partir hacia Vaisara al amanecer, decidido a cumplir con su promesa, a pesar del dolor que le causaba. Lyria, aunque desgarrada por la decisión, sabía que no podía detenerlo. En su corazón, una nueva determinación comenzó a formarse: encontraría una manera de devolverle a Elian su música, de hacer que la luz que él estaba dispuesto a sacrificar brillara aún más fuerte.
El alba apenas despuntaba, tiñendo de tenues matices rosados y dorados el cielo sobre Allende el Norte, cuando Elian inició su partida hacia Vaisara. Con la lira cuidadosamente envuelta y su pequeño bulto de pertenencias al hombro, se deslizó silenciosamente fuera del gueto, su corazón pesado por la decisión tomada pero firme en su propósito.
Lyria, determinada a no dejar que Elian enfrentara solo este viaje, había decidido en secreto seguirlo, con Belvedere, la quimera cachorro, a su lado. Desde las sombras, vigilaban cada paso de Elian, manteniéndose a una distancia prudente para no ser descubiertas.
Elian, ajeno a los sigilosos seguidores que tenía detrás, avanzaba con paso decidido. Sin embargo, en varias ocasiones, algo, quizás un instinto o una corazonada, lo impulsaba a girarse y mirar hacia atrás. En uno de esos momentos, Lyria y Belvedere, ocultas tras un montículo de tierra, contuvieron el aliento, esperando no ser descubiertas. El chico frunció el ceño, escudriñando el horizonte, pero tras unos segundos de duda, continuó su camino. Lyria soltó el aire que había estado reteniendo y compartió una mirada cómplice con Belvedere, ambas aliviadas de haber pasado desapercibidas.
Más adelante, cuando Elian cruzó un pequeño puente de madera sobre un arroyo, Lyria y Belvedere tuvieron que apresurarse para no perderlo de vista. En su prisa, Belvedere tropezó con una raíz, emitiendo un pequeño siseo sorprendido. Elian se detuvo de nuevo, girándose hacia el sonido, pero para cuando su mirada alcanzó el lugar, Lyria ya había cubierto a Belvedere con su capa, haciéndose pasar por una simple formación rocosa. Elian se encogió de hombros, atribuyendo el ruido a los caprichos del viento.
El juego del gato y el ratón continuó, con Lyria y Belvedere esquivando hábilmente la detección de Elian, moviéndose con la agilidad de sombras entre los árboles y los matorrales. A pesar de la tensión de su misión encubierta, Lyria no pudo evitar encontrar humor en la situación, especialmente cuando Belvedere parecía disfrutar del desafío tanto como ella.
Finalmente, llegaron a un claro donde un remanso ofrecía un respiro refrescante. Elian, creyendo estar solo, se inclinó para beber del agua cristalina. Fue entonces cuando Lyria, decidida a revelar su presencia, se acercó sigilosamente por detrás con Belvedere a su lado.
Justo cuando Elian levantaba la cabeza, refrescado por el agua, se encontró con la mirada divertida de Lyria y la curiosa de Belvedere. La sorpresa lo hizo retroceder, casi cayendo al remanso, antes de recuperar el equilibrio y encarar a sus inesperadas acompañantes.

"¿Lyria? ¿Belvedere? ¿Cómo...? ¿Todo este tiempo?" exclamó, su sorpresa dando paso a una mezcla de alivio y exasperación.
Lyria, luchando por contener su risa, asintió. "No podíamos dejarte hacer esto solo, Elian. Además, Belvedere parece tener un talento natural para el espionaje."
Elian, aunque inicialmente abrumado, no pudo evitar sonreír ante la determinación y el ingenio de su amiga. Aunque había partido con la intención de enfrentar solo los desafíos que le esperaban en Vaisara, la presencia de Lyria y Belvedere le recordaba que la amistad y el apoyo mutuo eran tesoros que ningún dinero podía comprar.
Juntos, los tres retomaron el camino hacia Vaisara, ahora con el espíritu fortalecido por la certeza de que, sin importar lo que enfrentaran, lo harían unidos, compartiendo cada paso de la aventura que les esperaba

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587. Ricochet,

el capítulo todavía no está completo, pero este libro está pretendiendo ser un auténtico hijo de puta. El universo de the last crusade se puede extender muchísimo más allende el juego, hay demasiados personajes a los que se les puede exprimir prácticamente en toda una trilogía, y si antes estábamos en la página 6, ahora ya vamos por la 22. Espero sus comentarios y ojalá les guste, estoy pensando en publicarla en wattpad y ver qué se tercia por allí.

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588. Chuy ,

llenen de + este mensaje y para el mes que viene continúo la historia de la vida escolar de andy.

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589. Ricochet,

dale, esperando más historias. Yo espero poder revivir más el libro, seguir adelante con él y por lo menos tenerlo finalizado a principios de mayo.

Pontuação: +0

590. emanero,

En un pequeño pueblo costero, donde el sol se filtraba entre las hojas de las palmeras y el aroma a salitre impregnaba el aire, vivían Renzo, Facu, Bautista y Aroon. Eran amigos desde la infancia, inseparables como el mar y la arena. Aunque compartían risas, travesuras y aventuras, ninguno de ellos había experimentado el amor, hasta que un día todo cambió.

Renzo, el más bromista del grupo, con sus ojos avellana y su sonrisa pícara, se enamoró perdidamente de María, una chica nueva en el pueblo. Su corazón latía descontrolado cada vez que la veía pasar frente a la heladería donde trabajaba.

Facu, el soñador del grupo, con su melena alborotada y su pasión por la música, encontró el amor en Lucía, una artista callejera que solía tocar su guitarra en la plaza del pueblo. Sus ojos grises brillaban con admiración cada vez que ella entonaba una canción.

Bautista, el más tímido de todos, con sus lentes redondos y su amor por los libros, se enamoró en secreto de Carla, la bibliotecaria del pueblo. Pasaba horas en la biblioteca solo para poder verla y escuchar su risa melodiosa mientras recomendaba libros a los lugareños.

Aroon, el deportista del grupo, con su espíritu competitivo y su cabello alborotado por el viento marino, se encontró enamorado de Sofía, una surfista talentosa que dominaba las olas con gracia y destreza. Cada vez que la veía surcar el mar, sentía que su corazón también se elevaba.

A medida que el amor florecía en los corazones de los cuatro amigos, compartían entre ellos sus emociones, sus alegrías y sus temores. Se apoyaban mutuamente en cada paso de este nuevo y emocionante viaje.

Con el tiempo, Renzo, Facu, Bautista y Aroon descubrieron que el amor no era solo un sentimiento, sino un vínculo profundo que los unía aún más como amigos. Aprendieron juntos que el amor no conocía límites ni fronteras, y que la verdadera fuerza del amor radicaba en la capacidad de compartirlo y celebrarlo con aquellos que más querían.

Así, en aquel pequeño pueblo costero, cuatro amigos descubrieron el poder del amor profundo y sincero, transformando sus vidas y llenando sus días de alegría, pasión y compañerismo. Y aunque sus historias de amor tenían distintos protagonistas, el lazo que los unía como amigos permanecía inquebrantable, como el brillo eterno del sol sobre el marA medida que el tiempo pasaba, las relaciones de Renzo, Facu, Bautista y Aroon se fortalecían cada vez más. Compartían momentos inolvidables juntos, desde paseos por la playa al atardecer hasta noches de risas alrededor de una fogata bajo las estrellas.

Renzo encontró en María no solo un amor, sino también una compañera de travesuras. Juntos exploraban cada rincón del pueblo, descubriendo secretos escondidos y creando recuerdos que atesorarían para siempre.

Facu y Lucía compartían su pasión por la música, componiendo canciones juntos que reflejaban la belleza del amor que sentían el uno por el otro. Sus melodías resonaban en cada rincón del pueblo, llevando consigo la dulzura de su romance.

Bautista y Carla encontraron en los libros un refugio donde compartir sus pensamientos más profundos. Pasaban horas discutiendo sobre sus obras favoritas, explorando mundos imaginarios y conectando a un nivel intelectual que iba más allá de las palabras.

Aroon y Sofía disfrutaban de la emoción del mar, desafiando juntos las olas más imponentes y compartiendo momentos de pura adrenalina. Cada vez que surfeaban juntos, sentían que su amor se fortalecía, alimentado por la libertad y la energía del océano.

Pero como en toda historia de amor, también enfrentaron desafíos y obstáculos. Hubo momentos de duda, de miedo y de incertidumbre. Sin embargo, el apoyo incondicional de sus amigos les dio fuerzas para superar cualquier adversidad que se interpusiera en su camino.

A medida que el tiempo seguía su curso, las historias de amor de Renzo, Facu, Bautista y Aroon se entrelazaban de manera única, formando un tejido de amistad, compañerismo y afecto que perduraría para siempre en sus corazones.

Y así, en aquel pequeño pueblo costero, el amor no solo floreció en los corazones de cuatro amigos, sino que también se convirtió en el pilar que sustentaba su increíble vínculo, recordándoles que juntos podían enfrentar cualquier desafío que la vida les presentara.Con el paso de los años, las historias de amor de Renzo, Facu, Bautista y Aroon continuaron desarrollándose, pero siempre mantuvieron su amistad como el centro de sus vidas. Juntos, enfrentaron las alegrías y las tristezas que la vida les deparaba, apoyándose mutuamente en cada paso del camino.

El pequeño pueblo costero fue testigo del crecimiento y la evolución de estas relaciones, así como del profundo lazo que unía a estos cuatro amigos. Sus historias de amor se convirtieron en leyendas locales, inspirando a otros a buscar el verdadero significado del amor y la amistad.

Con el tiempo, Renzo, Facu, Bautista y Aroon formaron sus propias familias, pero nunca perdieron el contacto ni la cercanía que habían compartido desde la infancia. Se reunían regularmente para recordar viejos tiempos, reírse de las travesuras del pasado y celebrar el amor y la amistad que los habían unido desde el principio.

Y así, en el final de esta historia, queda claro que el amor verdadero va más allá de las relaciones románticas; se encuentra en los lazos profundos que creamos con aquellos que son parte de nuestras vidas. Renzo, Facu, Bautista y Aroon lo comprendieron mejor que nadie, dejando un legado de amor, amistad y camaradería que perduraría por generaciones en aquel pequeño pueblo costero.

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591. Ricochet,

está genial, pero si hubiera hecho el reto de beberme un chupito de tequila por cada vez que haya dicho amor, ya tendría un coma etílico del que no despertaría ni con néctar de los dioses griegos xd. En todo caso genial, sigue escribiendo, sin embargo cambia el prompt para que te vaya haciendo una secuencia más lineal o estructura la narrativa como quieras, pero no dejes que concluya.

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592. Chuy ,

bueno bueno. yo Ahora sí que sí me puse las pilas y parese que esa imaginación y creatividad de cuando hera pequeño quiso volver y ya estoy trabajando en una nueva historia.
les doy un adelanto para que puedan ver un poco de que se trata.
esta es la historia de kira. una joven universitaria de 23 años que luego de ser secuestrada se vé envuelta en una nueva vida. avandonando su edad actual. su independencia y sobre todo. su familia.
si quieren que la publique me avisan.
eso sí como sabrán mis historias tienen esa capacidad de adentrar al lector en el personaje principal. para que al leer paresca que estuviera viviendo todo lo que está pasando la protagonista en carne y ghueso

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593. Chuy ,

Capítulo 1: Un Giro Inesperado
Kira: ¡Hola! Soy Kira. Tengo 23 años y hoy vengo a contarles cómo mi vida dio un giro inesperado y de gran magnitud, separándome de mi edad actual, mi independencia y mi familia.
Todo comenzó un día cuando regresaba de la uni, luego de varias horas agotadoras de clases. Yo iba tranquila, pero en ese momento vi cómo una camioneta rosa se acercaba a mí. Sin embargo, no le presté atención. Había olvidado que el mundo no es color de rosa. En ese momento, alguien me golpeó fuertemente en la cabeza, dejándome casi inconsciente. Un par de manos me sostuvieron firmemente y me taparon la boca para evitar que gritara. Y así, me arrastraron hacia esa camioneta. Una vez dentro, sin previo aviso, me inyectaron algo que no pude ver qué era, y perdí el conocimiento, cayendo profundamente dormida.
Kira: Desperté tiempo después, pero no lograba ver claramente el lugar donde me encontraba. Además, el golpe en la cabeza seguía aturdiéndome, así que volví a caer dormida. Desperté nuevamente más tarde, ya un poco más estable, pero aún incapaz de reconocer dónde estaba. Sin embargo, pude escuchar una conversación entre dos personas.
Persona 1: ¿Estás seguro de que no recordará nada?
Persona 2: No se preocupe, señora. Todo ha salido perfecto. Pero recuerde que tiene que cuidarla bien y, si es posible, venir a hacer chequeos médicos mensuales para verificar su estado de salud.
Persona 1: Muchas gracias, doctor. Estoy ansiosa por tener a mi nueva bebé conmigo.
Kira: Al escuchar esas palabras, mi corazón comenzó a latir con fuerza y el miedo se apoderó de mí. ¿Qué querían decir con "nueva bebé"? ¿Acaso estaban hablando de mí? Hasta que finalmente desperté por completo y, al mirarme, vi que mis manos eran pequeñas, al igual que mis piernas y cuerpo en general. En ese momento, mis dudas se aclararon. Estaban hablando de mí. Me habían convertido en una bebé.
Pero la conversación continuó.
Persona 1: Recuerde, casi cumple dos años ya. Mire, ya despertó la pequeña.
Kira: En ese momento, no entendía qué pasaba. No sé si lo hice a propósito o si fue mi instinto, pero empecé a llorar y derramar lágrimas. Justo en ese mismo momento, una mujer se acercó a mí, me levantó en sus brazos y comenzó a calmarme.
Kira: No sabía quién era, pero ese instinto maternal se podía ver a simple vista. Y sin darme cuenta, me quedé dormida en sus brazos.
Fin del Capítulo 1.

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594. Ren_Yamamoto,

wtf amigo, ya me enganchaste.

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595. Chuy ,

entonces que AGO.
publico los demás caps

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596. Arash,

Em... Yo tengo una duda existencial. ¿Por qué tiene el nombre de la chica de la historia esta persona? ¡Tengo miedo! O sea ponerse nombre de chica siendo chico al menos en sala es wtf.

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597. Chuy ,

bueno kira gpt es el nombre de el chat bot de wpp que próximamente voy a publicar
quise ver la reacción de los demás, si cuando hera chat gpt 3.5 me hacían el juego de que les respondiera preguntas
quise ver que pasava

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598. Chuy ,

Capítulo 2: Descubriendo un Nuevo Mundo
Desperté tiempo después y me di cuenta de que nos estábamos moviendo. Cuando pude ubicarme bien, me di cuenta de que me encontraba en un cochesito de bebé y nos estábamos acercando a una casa que, en sí, era grande. Con mi nuevo tamaño, parecía una mansión. En ese momento, entramos y la señora dijo:
Señora: Niñas, vengan a conocer a su nueva hermanita.
Kira: En ese momento, mi mente estaba llena de confusión y miedo. ¿Cómo podía ser que ahora fuera considerada la "nueva hermanita" de alguien? ¿Qué había sucedido con mi vida anterior, mi independencia y mi familia?
Mientras la señora me llevaba hacia adentro de la mansión, pude ver a dos niñas pequeñas corriendo hacia nosotras con sonrisas radiantes en sus rostros. Se detuvieron abruptamente al verme, con los ojos llenos de curiosidad y asombro.
Andreíta: ¡Wow, mamá! ¿Quién es ella?
Luz Marina: ¿Es una nueva muñeca? ¡Es tan linda!
Kira: La señora me sostuvo con ternura mientras me presentaba a las niñas.
Señora: Mis queridas, esta es vuestra nueva hermanita. Su nombre es Kira.
Kira: ¡Uf! Al menos no me cambiaron el nombre. Aunque escuché mis mismas palabras, no podía evitar sentirme como si estuviera en un sueño del que no podía despertar. ¿Cómo podía ser posible que ahora fuera parte de esta familia como una bebé? Mi mente intentaba procesar lo que estaba sucediendo mientras la señora me llevaba hacia el interior de la casa, las risas de las niñas resonaban en mis oídos, y sus pequeñas manos se extendían para tocarme con cuidado, como si fuera una frágil porcelana.
Andreíta: ¿Y cuántos años tiene, mamá?
Señora: Tiene casi dos años ya.
Kira: Las palabras de la señora resonaron en mi mente una y otra vez mientras trataba de asimilar la situación. ¿Cómo era posible que ahora tuviera casi dos años cuando momentos antes estaba viviendo mi vida como una joven adulta de 23 años? Las preguntas se agolpaban en mi cabeza, pero no encontraba respuestas claras.
Luz Marina: ¿Y ya sabe hablar?
Señora: Buena pregunta. A ver, dí mamá.
Kira: Ni yo sabía si sabía hablar. Por lo general, la mayoría de los niños aprenden a hablar cerca de los 2 años o a los 2 justos. Así que me mantuve en silencio.
Señora: Tal vez todavía no está lista.
Kira: La señora me sacó del coche de bebé y me volvió a cargar en sus brazos, nos dirigimos hacia el piso de arriba y entramos en una habitación que parecía ser la mía.
No lo voy a negar, no estaba nada mal. Las paredes eran de color rosa y el ambiente se veía acogedor, y claro, las cosas típicas para un bebé no podían faltar. Había una cuna, varios juguetes y peluches, un cambiador de pañales, y obvio, cerca al mismo, un estante con pañales y productos de cambio y limpieza. A mi parecer, no estaba nada mal, ya que se me escapó una sonrisa.
Señora: Parece que te gustó tu nueva habitación, pequeña Kira.
Kira: Asentí medio confundida.
Señora: Bueno, primero lo primero. Vamos a cambiar ese pañalito lleno de popis.
Kira: Pero qué, bueno era obvio que tendría un pañal puesto, pero cuando yo me hice popis. Si no siento nada.
Kira: A medida que la señora comenzaba a cambiarme el pañal, me invadió una extraña sensación de vulnerabilidad. No solo estaba físicamente indefensa como un bebé, sino que también me enfrentaba a la realidad de que mi vida había sido completamente alterada. Mientras la señora me limpiaba con cuidado, mi mente corría a mil por hora intentando encontrar una explicación lógica para lo que estaba sucediendo.
Una vez terminado el cambio, me volvió a cargar en sus brazos y regresamos hacia la sala, donde me dejó sola un momento en un sofá.
Señora: Quédate aquí un momento, Kira. Ya vuelvo.
Kira: No tenía más alternativa que obedecer. Una vez ella se fue, una duda cruzó por mi mente.
Podré hablar.
Analizé con mi lengua y tenía todos mis dientes. Así que para probar intenté con un simple saludo.
Kira: ¡Hola! Al escuchar esa voz infantil y chillona, me pregunté, ¿acaso esa es mi voz?
Kira: Al escuchar mi propia voz, una sensación de extrañeza y sorpresa me invadió por completo. Era cierto, podía hablar, pero sonaba diferente, más aguda y juvenil de lo que recordaba. La realidad de mi situación comenzaba a hundirse en mí de una manera abrumadora.
Luego intenté con las letras y me las sabía casi todas, pero se me complicaba la letra "r". Lo supuse. No me acuerdo cuándo fue que solucioné ese problema. Creo que a los 4 años.
Kira: Con cada pequeño logro, mi confusión disminuía ligeramente, pero aún quedaban muchas preguntas sin responder. ¿Cómo había llegado a esta situación? ¿Quiénes eran estas personas que ahora me consideraban su hija? ¿Y qué había sucedido con mi vida anterior? Mientras intentaba procesar todo esto, la señora regresó a la sala, trayendo consigo un biberón lleno de leche calentita.
Señora: Aquí tienes, pequeña Kira. Es hora de tu alimentación.
Kira: Miré el biberón con curiosidad, preguntándome si realmente debería beber de él. Aunque mi mente racional sabía que necesitaba alimentarme, una parte de mí se resistía a aceptar esta nueva realidad. Sin embargo, el instinto de supervivencia pronto se apoderó de mí y tomé el biberón con mis pequeñas manos, sorprendida por lo natural que me resultaba sostenerlo.
Señora: ¡Muy bien, así se hace! —exclamó la señora con una sonrisa mientras me observaba beber.
Kira: La leche tibia llenó mi boca y mi estómago, reconfortándome de alguna manera. Aunque todo a mi alrededor era desconocido y confuso, al menos había algo familiar y reconfortante en esa simple acción de alimentarme.
Señora: ¿Te gusta la leche, cariño?
Kira: Asentí tímidamente, incapaz de articular palabras complejas en mi nueva situación. Aunque mi mente adulta seguía luchando por comprender lo que estaba sucediendo, mi nuevo yo de casi dos años simplemente se dejaba llevar por las sensaciones y emociones del momento.
Señora: Eres una niña muy valiente, Kira. Te prometo que cuidaré de ti y te amaré como si fueras mi propia hija.
Kira: Las palabras de la señora me reconfortaron de alguna manera, aunque todavía había muchas incógnitas por resolver. ¿Quién era esta mujer que ahora me consideraba su hija? ¿Qué había pasado con mis padres y mi vida anterior? A medida que terminaba el biberón, una sensación de sueño comenzó a invadirme, y pronto me encontré luchando contra el cansancio.
Señora: Parece que alguien está listo para su siesta.
Kira: La señora me levantó con cuidado y me llevó de vuelta a mi habitación, donde me acostó suavemente en la cuna. Aunque mi mente seguía luchando por comprender lo que estaba sucediendo, el agotamiento finalmente me venció y me sumergí en un sueño profundo y reparador.
Kira: Y así, me encontré atrapada en un mundo que no entendía, rodeada de personas que apenas conocía, pero con la certeza de que, pase lo que pase, esta nueva vida sería un viaje lleno de desafíos y descubrimientos.
Fin del Capítulo 2.

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599. Ricochet,

Publico lo que faltaba del capítulo 4 de the last crusade, después de esto vendrá el 5.
Elian delineó el plan de viaje con un entusiasmo que irradiaba seguridad. "Nuestra primera etapa nos llevará hacia el sur, atravesando los bosques que aún susurran con los ecos del invierno", explicó, señalando hacia el horizonte donde los árboles se alzaban como centinelas de un reino helado. "A medida que avancemos, el paisaje cambiará, y nos adentraremos en territorios donde la vida bulle con la promesa de la primavera."
Lyria, asintiendo, sintió cómo la determinación de Elian fortalecía su propio espíritu. A su lado, Belvedere avanzaba con un paso ágil, su presencia un recordatorio constante de la resiliencia y el misterio de su misión.
Elian, con la brújula de su instinto guiándolos, marcó el cambio de dirección hacia el suroeste. El bosque, que había sido un compañero constante en su viaje, comenzó a ceder espacio a campos abiertos y colinas suaves. "Este cambio de rumbo nos lleva al corazón de las tierras dominadas por los Dandelion y otras casas nobles", explicó, su mirada analizando el terreno que se extendía ante ellos.
Lyria, con Belvedere a su lado, observaba el cambio en el paisaje con una mezcla de admiración y anticipación. Hasta la propia quimera estaba admirada, sus astutos ojos felinos observándolo todo con una mezcla de curiosidad e inteligencia. - Es la primera vez que viaja tan lejos - Pensó Lyria. La quimera no lo desmintió. Olfateaba todo lo que pudiese olfatear, pateaba o arañaba todo lo que pudiese alcanzar con las patas, embestía contra cualquier cosa cuando se frustraba, pero esto y más no era suficiente actividad como para cansarla. Ella y Elian, por otro lado, estaban sedientos y casi famélicos. La naturaleza a su alrededor parecía susurrar historias y secretos, invitándola a descubrir más sobre el mundo que estaba ansiosa por explorar.
Elian continuó compartiendo su conocimiento sobre la región. "Los Dandelion son solo una de las nobles casas que encontraremos. . Son aliados potenciales en nuestra misión, pero también debemos ser cautelosos, pues la política entre las casas es compleja y a veces impredecible."
La conversación se tornó hacia la estrategia, discutiendo cómo podrían presentarse ante estas casas, cómo ganarse su confianza sin revelar demasiado de su verdadero propósito. Lyria escuchaba atentamente, su mente tejiendo las palabras de Elian en un tapiz de planes y posibilidades.
Mientras el sol comenzaba a descender en el cielo, tiñendo el horizonte de tonos anaranjados y púrpuras, el trío encontró un lugar para acampar. Aunque el viaje había sido largo y lleno de incertidumbres, la presencia de compañeros leales y el lazo inquebrantable que había crecido entre ellos proporcionaba un consuelo que hacía que todas las adversidades parecieran menos abrumadoras.
Esa noche, bajo un cielo estrellado que parecía contar su propia versión de las historias narradas por Elian, Lyria se permitió soñar con lo que encontrarían en su viaje hacia el suroeste. Con la promesa de nuevas alianzas y el misterio de tierras no exploradas llamando a su espíritu aventurero, cerró los ojos, con la certeza de que cada paso que daban era un paso hacia un destino que estaba esperando ser descubierto.
Con este leve gesto, ella misma dio un paso más hacia el sueño. Y soñó. Soñó con que estaba en medio de los jardines de algún señor, al menos por lo que tenía a su alrededor. A su oeste, un gran pórtico se erigía cuan largo y ancho era, por todos lados símbolos circulares e ideogramas que no entendía. El suelo era casi completamente un tapiz de césped suave, corto y de dulzón y relajante olor. Había muchas plantas detrás y frente a ella. Al final, a su derecha, al fondo del rectángulo casi perfecto que formaban los jardines, estaba un hombre con la espada envainada y una pared de setos tras él. El hombre la miró, se tocó el hombro con tres dedos de la mano izquierda y la extendió. Una membrana de luz rojiza centelleaba entre los espacios que dejaban sus tres dedos extendidos, los que no eran el meñique y el pulgar. “Binario, todo es binario” dijo el hombre. “Dos posibles caminos puedes tomar, dos amigos tendrás y de los otros habrás de desconfiar”, recitó. “Dos resultados tendrá cada decisión que has de tomar. Dos hombres te desearán, más solo a uno escogerás”, continuó. El hombre abrió más los dedos que ya centelleaban, y Lyria se perdió en la luz que manaba de ellos. En el espacio que dejaba el dedo índice y corazón vio a una guerrera desconocida. Era hermosa pero letal, a jurar por sus ojos aperlados, su cabello color miel, y la gran quimera y la gran espada que estaban, respectivamente, a sus lados izquierdo y derecho. En el otro espacio, el del dedo corazón y anular, era infinitamente peor. Lyria yacía sujeta de pies y manos a una rueda sólida en llamas. Había un montón de gente mirando desde abajo. A lyria le pareció ver a verbedere, pero era algo aún peor, el cuerpo de Elian estaba tumbado en el suelo, sus manos, rígidas y extendidas hacia adelante sujetando la cabeza de la pobre quimera. Su cuerpo se quemaba unos metros más allá y las llamas comenzaban a llegar al bardo. Ella se abrasaba viva y a su amigo le estaba pasando tres cuartas partes de lo mismo. Intentó despegar las manos de la ardiente rueda y se vio sorprendida al conseguirlo, solo para mudar su Leto a desconcierto cuando notó que estaba cayendo, y desde gran altura. Siguió cayendo por segundos que a la joven le parecieron horas, y antes de llegar al suelo, se despertó.

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600. Un-tazo-dorado,

¡Buenas noches, mi gente! Bienvenidos a CTBS por la noche, el noticiero que te trae las noticias más impactantes. Soy su conductor estrella, Larry Cañonga, y me acompaña la encantadora Dévora Melo. Hoy les traemos una historia que les pondrá los pelos de punta y los culos bien apretados.
Larry: ¡Amigos y amigas, prepárense para escuchar esta increíble historia! Eldía de hoy, 12 de abril del año 2064, en la Selva Lacandona de Chiapas, ha aparecido un jodido mosco humanoide que anda chupando sangre como político en elecciones. Sí, así como lo oyen, este bicho está dejando a todos con el culo en la mano.
Dévora: Y para tener todos los detalles, nuestro valiente reportero Jorge Mela Peláez se fue hasta el lugar de los hechos y entrevistó a dos lugareños, Johnny Trabajo y Juanelo El Lelo. ¡Vamos a ver qué nos contaron!
[Escena: Jorge Mela Peláez entrevistando a Johnny Trabajo y Juanelo en la Selva Lacandona]
Jorge: Buenas noches, Johnny y Juanelo. Cuéntenme, ¿qué fue lo que presenciaron?
Johnny: ¡Ay, compa, fue una locura! Íbamos por unas tortas de huevito con frijol y un agua de mango, bien tranquilos, cuando de repente vimos volar un pinche mosco con cuerpo de mamado del gym. Nos aterrorizó y empezó a picar a todos en el culo. ¡Qué pinche locura, compa!
Juanelo: Así es, Jorge. Era un mosco gigante, como sacado de una película de terror. Nos dejó a todos con el culo en la mano, literalmente. Y te digo algo, ese mosco tenía más hambre que un político en época de elecciones.
Jorge: ¡Increíble! Gracias por compartir su experiencia, chavos. Ahora vamos a nuestros corresponsales en toda la República Mexicana, quienes han reportado avistamientos de este mosco sediento. Vamos hasta Tijuana, donde Agapito Lope penas entrevistó a dos vatos que andaban grafiteando en un paso a desnivel. ¡Vamos a ver qué nos cuentan!
[Escena: Agapito Lope Penas entrevistando al Chuy y al Sergio en Tijuana]
Agapito: Buenas noches, Chuy y Sergio. Cuéntenme, ¿qué fue lo que vivieron?
Chuy: ¡Guacha wey, esa madre está bien pinche jodida! Nos cagamos del miedo cuando vimos a ese mosquito sediento. Yo quería llamar a mi mamá y me mié en el pantalón de la impresión.
Sergio: Así es, Agapito. Ese mosquito nos quería picar el asterisco, pero lo aplacamos con un bote de basura. Dejaremos el LSD y el perico por la paz, pero solo si este mosco es real, ¿sabes?
Agapito: ¡Vaya valentía, compas! Gracias por compartir su experiencia. Esto es realmente impactante.
Larry: Y ahí lo tienen, mis ñeros. Este mosco humanoide está causando estragos en la Selva Lacandona y más allá. Les recomendamos que se cuiden el culo y estén pendientes de nuestras actualizaciones. CTBS por la noche siempre les trae las noticias más jodidamente impactantes.

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