El norteño.
Antes de comenzar: advierto que es un chiste algo fuerte, así que omite su lectura si eres muy censible.
Si eres de los que aguantan de todo: adelante, continuemos.
Resulta que llega un norteño con el doctor, pero estaba cogeando de la pierna hizquierda.
En México, los norteños y sobretodo en el estado de Nuevoleón son muy famosos por 2 cosas.
Siempre se les ven con botas de piel de serpiente, y porende rarísimo que no se las pongan.
Quiero decir, que casi para quitarles las botas, tiene que ser por algo literalmente sobrenatural.
La segunda, que son bragados, es decir que tienen la fama de machos.
Tanto, que se empinan una botella de vino en un par de horas.
Total que lo atiende la secretaria del doctor, quien lo atiende amablemente:
—Buenos días señor. ¿Qué se le ofrece?
—Buenos díasn. ¿Está el huevón del doctor?
—Sí está, pero está ocupado.
—¡No le pregunté si está ocupado el cabrón! vine a que me atienda...
—Déjeme ver...
Total, sale el médico:
—¿Qué tiene que lo veo cogeando, señor Garza?
—¡Si supiera no vendría a verlo, huevón!
—Pase al consultorio...
Como pudo, nuestro norteño quien por cierto se llamaba Cruz Treviño de la Garza y Garza, se recuesta en la camilla, y el doctor le pide que se quite la bota, pero apenas podía centarse, así que el doctor le quita la bota.
Cuando logra sacarle la bota, el pie apestaba... ¡No marches!
Tenía el calcetín tan tieso, que apenas lo lanzó el doctor... Cómo estará de tieso que dio 3 pasos solito el calcetín.
Al examinar el pie, notó que el dedo gordo estaba semipartido en 2 de la punta, y comenta:
—Le voy a tener que hacer una bioxia.
—¿Qué es eso?
—Le voy a arrancar una muestra, y la mandaré a analizar, para saber qué tiene.
—Haga lo que tenga que hacer, pero quíteme esta pinche dolencia.
Total que le hace una bioxia y le pidió volver en 15 días, pero eso sí:
no debe ponerse botas por un tiempo.
Decirle a un norteño que no se ponga botas, es como pedirle a una pera que hable.
Regrezó el norteño con el doctor luego de 15 días, pero tenía una pantufla en el pie hizquierdo, y en el derecho su bota. y de nuevo la secretaria:
—Buenos días don Cruz...
—Qué putos tienen de buenos! ¿Está el huevón del doctor?
—Sí está...
Llega el doctor y lo pasa al consultorio.
—Bien, mi amigo: tengo una mala noticia.
—¡Pues dígamela cabrón, no me tenga en suspenso!
—Usted tiene sida en el pie.
—¿¡Cómo sida en el pie!?
—Sí, tiene sida en el pie.
Mandamos la misma muestra a 5 laboratorios distintos, y se me hace rara tanta coincidencia.
Analicemos su vida.
¿No sale con otras mujeres?
—No doctor, ni falta que me hace.
—¿No paga por placer?
—Para nada mi doc, para nada. Normalmente yo me cuido mucho.
—¡Bien! ¿y con los putos?...
—¡A esos ni me los mencione! ¡No los aguanto, ni los soporto! Cada que veo a uno le doy una patada en el culo...
—¡Ahí está,! ya decía yo que por algo era...