a petición del respetable...
El salón se llamaba Ramón el dragón, y su dueño: un señor muy verde me dice:
—oye man: fíjate que habrá una boda muy importante, y quiero que estés ahí resiviendo a los invitados.
—¿Y quién se casa?
—Un plátano.
—¿Se casa con una fresa, o algo así?
—No: con una jitomata…
Yo no sé, pero era una voda rara, ya que las jitomatas son de barrio, son de caguama en bolsa...
De zonas marginadas, para que me entiendan.
Mientras que el plátano era de familia de dinero. Era de abolengo.
Por eso esa voda era la María la del barrio de las frutas y verduras.
Llega el día, y comenzaron a llegar los invitados, primero entró el señor lechuga, y se me hacía raro, porque
a las lechugas las conozco como ojas, y este cabrón era una pelotita.
El dueño lo resive:
—Buenas noches señor lechuga, pase por favor.
Yo dige:
—Señor lechuga: pase a la mesa 5 por favor.
—Así mero, no los revuelvas porque se pelean.
Luego entró un limón, y medio limón... 2 limón, y medio limón...
Me acerqué a uno y le dige:
—oye man: ¿me ayudas a ordenar a los invitados?
—¿No diferencias o conoces las verduras?
—¿Te parece el cuerpo de alguien que conoce las verduras?
Si fuera de galletas me la pelas carnal...
Total: que se quedó mi amigo el limón a echarme la mano organizando a los invitados.
Luego entró uno chiquitito, y pregunté:
—¿Y quién es este pinche bonsay?
—Es un brócoli.
Ya lo pasé, y entra otro atrás de él, pero en blanco:
—Y este es un brócoli alvino?
—No, es una coliflor.
—jajajaja.
yo me dige: ¡Pinche nombre culero que le dieron!
—Pase usted, señor flor de culo.
En eso vienen una papa y un rábano, y venían fingiendo la voz. Algo como:
—¡estamos aquí en la voda, patrocinada por nuestros sponsors...
—Claro que sí: y cada 100 likes, es un shot… de... ¡tequila!
Yo le pregunté a mi amigo el limón:
—Por qué hablan así esos tipos?
—Es que son influensers. Son youtubérculos.
En eso llegan 2 frijoles y 2 abas, pero la invitación decía para 2, y ellos me hablaban:
—Danos chance güe, las conocimos hace unas horas, y nos las vamos a coger.
En eso volteo con las avas, y me hacen la ceña de: ¡Ajá!.
—Yo que más quisiera, pero me van a meter en una bronca...
—Échanos la mano, somos como tú, somos de bronce...
—Ok, van a entrar los 4, ¡Pero no quiero ni un solo pedo cabrones!
Nos tenemos que poner mamones en casos así.
En eso que viene otro, y le dige al limón: ¡Yo mero!
Me le acerco al tipo, y se cagó porque le dige perejil, me dijo racista de mierda...
y mi amigo el limón me aclaró que era un cilantro.
En eso que viene otro, y su invitación decía lechuga y volteo a las mesas,
y ví al señor lechuga en la mesa 5 echando desmadre, así que a este no lo degé pasar.
—Esta invitación es falsa, no te puedo dejar entrar.
Se enojó conmigo el disque lechuga y me gritoneaba:
—¡Figlio de la putana: stronso di merda! ¡Io soy amigo de la esposa!
—¡Aahaah! ¡Lechuga romana!
No me quedó de otra que disculparme...
—dispense señore: io parlo afil.
En eso viene la novia, con la familia, y ni se hable de sus amigas, las cardashan de las frutas y verduras.
Cherry, verry, strowverry, cran verry, black verry…
Black verry llegó gritando: ¡Mother fuker!
Luego entraron las amigas de la jitomata. Pepina, zanahoria, mango, todo lo que le puedas echar chilito en polvo.
En eso que aparece la familia de don plátano: ¡Cállate el osico!
todos en penca los mamones.
Primero llegó don plátano con su traje amarillo con vivos negros, entró su papá, un plátano macho.
Luego entraron los chiquitos, digo los dominicos.
Luego la mamá del novio, y atrás la madrastra.
Sí gente, se volvió a casar don plátano, y había conflicto, porque había 2 mamás plátano.
Luego que el hermano del plátano: bien cagapalos este.
El hermanito menor del plátano se le acerca a la jitomata:
¡Esa pinche jitomata! ¿Dónde está la perejila?
El hermanito menor del plátano se le arrima a la guallava:
¡Esa pinche guallava! ¿Dónde dejaste a la tostada?
Y todos preguntan extrañados:
¿Qué pedo con los chistes del platanito?
Aclaro: el hermano menor del plátano.
En eso que vienen 2 cebollas, 4 tomates, 6 chiles y un perejil.
—¿y ustedes quiénes son?
—Somos los del grupo.
Ví que era un grupo de salsa.
Entonces ya se prepara el grupo, y el animador comienza:
¡Buena noche!
Nosotros somos la sonora: ¡Salsanera!
De Ramón Pére-jil!.
(Comienza a cantar con el fondo musical de Yo no sé mañana)
Yo no soy manzana, yo no soy manzana, yo soy perejil...
Qué gusto estar entre tantos amigos.
Yo conocí al plátano en la secundaria: nadie lo pelaba en ese entonces.
Jitomata: ¡Te casaste culera! ¡Y de blanco!.
(Sigue cantando)
Yo sé bien que estoy afuera, pero el día que yo me muera: sé que tendrás que llorar.
Y las cebollas coreando:
Llorar y llorar...
Luego el animador:
Haber, ese de atrás que está grabando. ¡Te dijeron desde el principio hijo de tu puta madre!
¡Mame, y mame, y mame!
Tenemos invitados. Desde Miamy: Cevolla Stefan, bienvenida.
Mark Ápioli, bienvenido.
La banda limón, ¡Cómo de que no!
Y su sobrina, Limón laforte.
Y en eso, que veo un viegito con 2 manzanas de cada lado, agarrándolas del culo, y dice el animador:
¡El maestro Manzanero, bienvenido!
Más adelante: que entra el cantante principal de la sonora salsanera.
Era un chile cerrano, enorme, verde, lleno de venas.
Era de plano mamonsón.
y por ir caminando viendo una muchacha, se tropesó y rodó, luego se levantó toreado.
Y por ser el cantante principal, le hicieron toda la parafernalia. Apagaron las luces, pusieron un spot sobre el chile, 15 viejas encueradas, cámaras de umo…
Total, que muy en su papel de cantante el chile, y comienza a cantar con pista de Black eye pease.
Yo soy el chile, y esta noche estará con madre...
En eso agarra el animador el micro:
¡Haber todos, vamos a celebrar y los novios al centro de la pista y esto que dice:
Estaban los tomatitos bien contentitos, cuando llegó el verdugo, a hacerlos jugo...
Ya sabrás: todas las tomatas bien prendidas echando baile.
No sé si han visto a una jitomata perreando, es muy bello y sensual.
La jitomata perreó tan fuerte, que sin querer, y me consta que fue sin querer, que le dio un caderazo a un mango petacón que iba pasando, y rodó el mango pegándole a una cabeza de ajo, y esta rodó y se pegó en la cabeza.
El ajo se paró bravo con el mango:
—¡Fíjate puñetas!
El mango no se dejaba:
—¡fíjate tú, baboso!
y se empezaron a empujar el uno al otro.
Como el mango era más grande, se portó bien mamila dándole un descontón a la cabeza de ajo, y la cabeza de ajo perdió 3 dientes.
En eso llega un elote más alto, mamado y lleno de granos para hacerle un paro al ajo.
Se para frente al mango:
¡Tranquilo ese, no se pase de verdura!
Los amigos del elote:
Tranquilo elote, no te calientes.
El elote seguía:
Ese hijo de su fruta madre me pela la masorca.
¡Tranquilo elote, no te calientes. Te vas a convertir en palomitas.
El elote empujaba al mango y arrancándose las ojas:
¡Qué puto!
Y el mango no se dejaba, también se arrancaba la cáscara:
Lo que quiera puto ¡déjese venir!
A la hizquierda del escenario estaba bailando una sandía, ahí solita.
Alcanzó a ver los fregadazos…
—¡sepárenlos, se van a matar!
De tanto baile la sandía rodó, y calló arriba de un limón que andaba bailando con una zanahoria, obviamente hizo mierda al pobre limón, y la zanahoria:
—¡Hay!
—Mana: ¿era tu novio?
—Fíjate por dónde andas, pinche gorda!.
Del lado derecho el mango con el elote, y del hizquierdo la zanahoria con la sandía dándose en la torre.
Se calentó la raza, y un apio sacó un pelapapas amenazando a todos:
—¡órale putos: ¿quién es el primero?!
Y una papa y un pepino:
¡Tranquilo compadre: guarde eso!
El papá de la jitomata se paró luego luego:
—Vieja, lánzate a la troca y tráeme el extractor de jugos, que ya valió madre este pedo...
Por todos lados llovían putazos, ramos y cáscaras.
Un cilantro se descontó por la espalda a un perejil, ya diciendo:
¡Ya estoy hasta la madre que nos anden confundiendo!
Cuando lo ve bien, se dio cuenta que era otro cilantro.
Y lo que sea de cada quién, se me acercó:
—Discúlpame carnal, por lo de la entrada.
Era cierto que nos parecemos un chingo...
—No hay pedo carnal.
Un quigüi, peleando con otro quigüi, y era muy raro ver esto.
Un quigüi se le lanzaba al otro nomás diciéndole:
—¿Quigüi?
—¡Lo que quiera puto!
Una toronja, peleando con una naranja.
La toronja solo le decía a la naranja:
—¡Ora sí, pinche naranja me la vas a pelar!
Es que era una pelea de sumos...
Por todos lados llovían putazos, y yo ya no podía calmarlos.
Tuve que ir por el guardia de seguridad.
Era un coco, chaparrito, café y redondo.
Estaba en el baño y nomás le toqué la puerta:
¡Coco!
Sale del baño abriendo la puerta a la brava:
—¿Qué pasó, qué pasó?
Apenas le iba a explicar el relajo y se dejó ir solito:
—¡Yo les rompo su madre a todos!
Donde vieron venir al coco, tanto frutas como verduras gritaban:
¡Hay viene el coco!
Yo corriendo por el pasillo, me encontré a una cebolla ahí tirada, sola la cebolla.
y andaba llorando ahí.
—¿Qué tiene amiga?
—Pos que me acaban de cortar...
—Yo tengo un amigo que igual podría interezarle…
Deja de llorar la cebolla:
—¿Y quién es tu amigo?
—El guardia de seguridad, el coco.
Volvió a llorar la cebolla:
—No, no, no: el coco no, el coco no.
yo le dige:
—Pues quédese sola, pinche vieja mamona.
Salí con mis hermanos, y me tocó ver una pelea entre una fresa y un chile jalapeño.
Lo más raro que hé visto en la vida.
Iba la fresa sin hacerle daño a nadie, y el jalapeño en lugar de abrirse y cederle el paso,
hizo esta nacada de pegarle con el hombro.
En eso la fresa voltea, y hasta eso no tan creidilla, voltea y le dice:
—Oye, fíjate. ¿Qué no ves?
Y los amigos del jalapeño metiendo sisaña:
—Uuuhuuuh: te dijo pinche ciego de mierda güe.
El jalapeño que se prende:
—¡Eh pinche fresa, bágele de huevos!
En eso salen 2 huevos:
—¿Qué pasó?
Cuando vieron que era un chile, hasta se saludaron chido.
Es que desde que tengo memoria: huevos y chiles siempre se llevan chido.
Aclaro que sigo hablando de comida, no piensen mal.
Pido por favor 5 años de madurez para lo que viene del chiste please.
Estaba el chile parado en medio, y los huevos atrás de él.
La raza gritando:
¡Es un tiro solos, es un tiro solos!
Los huevos bien frescos:
¡Qué, nosotros nunca nos metemos!.
Lo que sea de cada quién, los huevos siempre han sido unos caballeros.
Más frutas se unieron a respaldar a la fresa.
Mangos, naranjas, guallavas, limones, ETC.
La fresa se envalentonó y tocándose la oreja exclamó:
—¿Qué maúyas, gato?
No te escucho aquí arriba en el éxito.
Una disculpa: no hablo primaria trunca.
Y los amigos del jalapeño:
¡Uuhuuhuuh! ¡Dijo que tu papá era un piquín güe!.
Havía un chile piquín, y un chile pasilla que gritaban:
¡Pelea, pelea, pelea!
Y el jalapeño les gritó:
¡Cállense pinches vírgenes!
Con eso que esos 2 no pican...
Total que el jalapeño se envalentona y le dice a la fresa:
Fresa: ¡chingas a tu madre!
—¿Qué digiste, naco?
—Fresa: ¡chingas a tu madre!
La fresa bien tranquila y sonriente le contesta:
—Jalapeño. La tuya: en vinagre...
Tuvo que intervenir mi amigo el limón a calmar al jalapeño:
—Ya déjalo así, ya te la metió.
Ya ni pataleés, duele más.
Al final de la fiesta: me quedé a limpiar y se quedó a alludarme mi amigo el limón, y entonces se me ocurre:
—Ese pinche limón: Vamos a mi casa, te invito un fifa.
—No puedo man, mañana tengo que levantarme temprano a trabajar...
Yo pensé que me estaba vateando el pinche limón:
—¿Y de qué trabajas mamón?
—En un crucero con una señora, que me lanza y me cacha todos los días.