Yo boté para que no se borrara y no soy ningún cristalito. Mas bien todo lo contrario porque soy metalero. LOL xd, si lo soy pero bue, un juego de palabras con metal haciendo alución al género musical y también a materia prima dura magnética que puede ser utilizada precisamente para romper muchos cristales. OK no, me dejo de cuentos y que empiecen los chistes. Y hablando de metal.
Primer acto. aparece una ballena tocando la guitarra eléctrica. Segundo acto. aparece un elefante tocando la batería. Tercer acto. aparece un hipopótamo tocándose los bajos. Digo, tocando el bajo. Como se llamó la obra?. Metal pesado.
Bue, ya era medio famosillo ese chiste pero igual hacía rato que nadie lo contaba. En fin, que traigo otro. Están las hormiguitas sentaditas en el cine y bien aterrorizadas, (estaban viendo Spiderman) cuando llega don elefante y se les sienta justo en la fila de enfrente, tapándoles la imagen. Una hormiguita se acerca con don elefante y le pide de favor que se aparte aun que sea tantitititititito para poder ver la tele pero a don elefante le da igual lo que tengan que decir las hormigas. Pasa un rato y las hormigas artas porque ya se perdieron un buen de la película, hasta que desiden cambiarse de fila y se sientan justo frente al elefante. En eso, una de ellas que se sentía la mas vengadora, (quizá porque estaban viendo los avengers) se voltea y le dice a don elefante. –Ya ve lo que se siente?.
Otro chiste malo de animales, que de momento no me vienen chistes distintos a la cabeza, será por tanta discusión.
Está la tortuga en la selva, cabizbaja y llorando, muy desconsolablemente. En eso llega su amigo el león y le pregunta. –que transa carnalito, por que tan depre?. A lo que la tortuga le responde. –Lo que pasa es que hoy es mi cumpleaños y nadie se acordó de felicitarme.
El león se queda muy pensativo y después de un rato le dice. –No te preocupes, ya se lo que vamos a hacer. Te vamos a alegrar el día entre todos los animales. Acto seguido se vá, pidiéndole a la tortuga que vaya a una determinada hora del día siguiente, al claro que se encontraba en el centro de la selva, donde tendrían una reunión entre todos los animales. El día y la hora llegan, por lo que la tortuga llega al claro de la selva y ve que en efecto, están el león y todos los animales de la selva. Cuando el león ve que ya están todos los animales, les dice así: –Atención méndigos escuincles!. Ahora todos le vamos a contar un chiste a mi compa don tortu y el que no lo haga reír, me lo zampo de un bocado!. Mas les vale que cuenten un chiste bueno.
Todos se asustan y se ponen a buscar sus mejores chistes lo mas rápido que pueden pero entonces el león dice: –Que pase el chango a contar su chiste!. Recuerda changuito, si no se ríe, te como.
Entonces el chango cuenta un chiste buenísimo buenísimo, tan bueno que el león, el tigre, el lobo, la cebra, las hienas y todos los animales se ríen... menos la tortuga. Viendo que la tortuga no se reía, el changuito se dispone a contar otro chiste aún mejor pero en eso llega el león y se lo zampa de un bocado. A continuación dice: –El siguiente en contar el chiste es el lobo!. Si no logras que se ría mi compadre don tortu, te como igual que al chango.
Pos ya, llega don lobo a donde estaba don tortu y le cuenta un chiste buenísimo. Era tan buenísimo que hasta le dio hipo por tanta risa al señor tigre, a las hienas se les salían las lágrimas de la risa y el león no podía ni hablar de tanta carcajada... pero don tortu seguía igual de depre que antes y no se reía. Viendo que su amigo no se reía para nada, llega el león y se zampa de un bocado al lobo. A continuación vocifera. –La siguiente en contar el mejor chiste es la cebra!. Y si no se ríe mi compa aquí presente, te como igual que con los anteriores.
Pos ya, se acerca la pobre cebra a don tortuga, toda temblorosa la pobre. A penas y podía caminar, de lo mucho que le bailotiaban las patitas por el nerviosismo. En fin, que llega y cuenta un chiste, mejor que los anteriores. Era tan bueno, tan pero tan pero tán bueno, que por poco y no se ahogaba un pato que escuchó el chiste mientras se sumergía para pescar en el lago mas cercano. Al tigre se le salían las lágrimas de la risa, las llenas estaban dobladas a la mitad y con un fuerte dolor de estómago por tanta risa. El león hasta se reía como puerquito pero nuestro buen amigo don tortu, ni podía sonreir de lo triste que andaba. Entonces se acerca el león y se come a la cebra, pensando que quizá su amigo necesitaba ir con un psicólogo para tratar la depre que tenía.
Continúa así con todos los animales y al paso de un tiempo, se quedan solos la tortuga y el león porque don tortuga nunca se rió. En fin, nuestro buen amigo y camarada don león se va algo cansado y lleno de tanto comer, con la intención de reposar para conseguirle al mejor psicólogo posible a la tortuga ya que su intento fue infructuoso.
Esa noche ambos animales descansan y al día siguiente, en un paseo matutino, don león se topa con don tortu en el caminito hacia la escuela. En eso va el león a preguntarle si en verdad ningún chiste le hiso gracia, cuando sin venir a cuento ni nada de nada, don tortu suelta una carcajada. Se ríe tanto que se le salen las lágrimas, los mocos, se ríe como puerquito se dobla por la mitad, da vueltas sobre si mismo y un largo ETC. El león se le queda viendo como cosa rara, ya que después de tanto chiste sin reírse, ahora se reía de la nada. En eso don león se le acerca y le pregunta. –E carnalito, se puede saber que le pasa?.
A lo que don tortu responde. –Si, es que ya le entendí al chiste del chango.