Hilo navideño

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121. yandira_rojas ,

feliz navidad, a todos y a todas. un caluroso saludo desde república dominicana. yandira para servirles

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122. LaDiosaAurora ,

Muuuy feliz navidad gente hermosa! Pasen una noche buena estupenda, una navidad todavía mejor, disfruten de sus seres queridos o de quienes sea que tengan alrededor. Un abrazo gigante desde Paraguay.

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123. Aragorn-Elessar,

Feliz navidad campeones. Yo mientras, le escribo mi carta a Santa. A ver, se las comparto.
Querido Santa: yo no te voy a pedir vicicletas, porque no veo muy bien, y si me reviento la frente contra algún poste, voy a terminar más tatarato de lo que ya soy. Tampoco te pediré unos patines; siendo el pasaje de mi domicilio un poquitín inclinado, el resultado sería el mismo que con la vicicleta; con el añadido de que todo lo que no esté cubierto por ropa, acabe, lijeramente, desangrado. Menos te pediré un carro a control remoto, no porque esté muy grande para ello; sino porque eso como que ya no me entretiene demasiado. Mira: lo que quiero pedirte para navidad, son unos cascos, con un rango de frecuencia que al menos, abarque el rango de audición humana. Si te sientes magnánimo, incluye en el paquetito un micro. Ambos de USB, por favor.
Finalmente, deseo que te vaya bien en esta navidad; porque sé que aunque tienes un porrón de renos que te ayudan, y que usas un trineo de última generación para visitar tantísimas casas en una noche, debe ser fregado tener todas esas casas para visitar. Y yo que apenas puedo con la u... Saludos, y espero consideres mudarte al desierto; porque como sigamos así de tercos con el calentamiento global, el polo norte será como la atlántida: una hermosa leyenda. ¡Ah! Y ten cuidado con los renos. Mira que ahora los osos polares se aparean con los grislis; y ya te digo yo que el resultado no es muy bueno...

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124. el-dragon ,

ea darth hemos pedido algo parecido

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125. Nicky_Jam ,

Feliz navidad a todos, gente!
Y acá mi regalito, mi cuento navideño tal como dije:
Definitivamente, las navidades que tengo que vivir son toda una aventura. Para las fiestas de este año nos habíamos mudado a Japón, donde estamos actualmente hasta la fiesta de año nuevo. Yo pensaba quedarnos hasta finales o mediados de febrero, pero haciendo bien las cuentas no nos alcanza el presupuesto, por más monstruocitenses que fuéramos.
En esta ocasión aterrizamos en Tokio, ciudad natal de Dekyo, a quién me alegré de encontrar el mes pasado o el otro, tras un alejamiento doloroso para mí. Estábamos él, Dani, Milena, Ariel, Rodrigo, Emilio, Valeria, Alejandro (ya hablaré de él) Jazmín y yo. Éramos, en definitiva, la banda friqui, gamer y otaku bien armada. Habíamos viajado a Japón anteriormente, y de alguna forma somos tan friquis que claro, cómo no volver a ese país. A pesar de que pasé un mal momento durante 16 horas de viaje en avión, a través de aerolíneas monstruocitenses, porque desde mi primer viaje en avión tuve una mala experiencia: Dolor de oído, especialmente en el derecho seguramente a causa de la presión de la cabina, y he sentido claustrofobia más de una vez. Con lo caro que resultó el viaje no hubo forma de contratar el avión privado que solíamos tener Dani y yo a nuestra disposición, mala suerte. Con eso y todo, yo al menos pude comer muy bien aquella noche, dormir más de 8 horas, desayunar y aguantar el resto del vuelo. Los chicos no sé, al menos Dekyo, Ariel y Emilio se veían comprensiblemente inquietos y entreteniéndose como buenamente podían. Pero mientras no dormíamos, como es habitual en nosotros charlábamos. Despotricábamos contra los teclados hechos en China, por ejemplo. Hablábamos de viejas consolas, o de Pokemon.
Yo hacía lo que podía, ya que el oído me dolía insoportablemente. Simplemente intentaba poner buena cara al mal tiempo, además confiaba en tener una navidad memorable. ¡Y nada más que en Japón!
Horas después en una habitación de hotel tipo departamento convenientemente alquilada, llegó la felicidad. Consumíamos comida japonesa como la gente, jugábamos videojuegos todo el rato, no al extremo de Ariel y Emilio, pero sí cada vez que teníamos ganas, salíamos a comer en el hotel y, cómo no, nos acompañaban Haruka y su íntima amiga Hikari, dos preciosidades que conocimos en otro viaje a Japón. Eran dos dulces e inocentes chicas que trabajaban en los laboratorios de Voicetext, una empresa japonesa de síntesis de voz a la cuál había ingresado Dekyo. Dekyo se había enamorado perdidamente de Haruka. Aún recuerdo aquel día en que yo le saqué a mi amigo esa información a cucharazos, cuando le hice admitir contra su forma de ser, fría e impersonal como una computadora, que se había enamorado por primera vez en su vida. Recuerdo también, cuando Dani se enteró por escucharnos hablar del tema, se cabreó y se encerró en su cuarto. Recuerdo cómo Rodrigo tuvo que hacer un arduo trabajo para tranquilizarme y darle su espacio a Dani como bien lo merecía.
Dejando los recuerdos a un lado, hoy, ya 24 de diciembre a la noche, estábamos todos en la habitación tipo departamento que habíamos alquilado. Espacio había, por suerte. Incluso estaban por llegar Hikari y Haruka.
Aparte de charlar estábamos jugando, siempre mediante software emulado, a varios juegos de la Sega Mega Drive. Alejandro es un chico argentino, friqui como nosotros, amante de Pokemon y Kirby’s. ¡Cómo le gustaba jugar a Kirby’s! Mientras tanto, Jazmín, Hikari, Milena y yo preparábamos la comida. Dekyo mientras jugaba, respondía los saludos de sus familiares allá a lo lejos. Mientras tanto, en la cara debíamos tener lo mismo que los niños cuando saben que van a recibir juguetes nuevos. Yo al menos observaba esa suerte de ilusión en los rostros de la mayoría de mis amigos.
Finalmente, entre las chicas y yo servimos la comida, tras poner la mesa, con la música de los videojuegos de fondo como ambiente navideño, hasta que los chicos se sentaron a la mesa con nosotros. Entonces la música de fondo siguió siendo entre de videojuegos retro y anime, desde una lista de reproducción previamente preparada.
De comer había pollo frito, pescadito frito, rollos de sushi, Vitel Toné, ensaladas, tacos, torre de panqueque… De alguna forma, comida navideña no necesariamente japonesa si no mezclando todas nuestras regiones. También había pavo, y por un momento tuve miedo de estar frente al pavo asesino. Esta vez no tuve que renegar ni pasar malos ratos comiendo algo que no quisiera. De hecho, pollo comían los chicos, yo me limitaba a comer lo que después no comía nunca en mi vida. Mientras comíamos, casi todos estábamos imaginando qué nos traerá Papá Noel. Hablábamos de teclados chinos como para al menos tenerlos, sintetizadores pequeños y desde luego, hablábamos también de mini consolas. Más de uno queríamos tenerlas, manejarlas a batería sin conectarlas a nada, a sabiendas de que ya no se usaban cartuchos y circuitos como antes sino software emulado. Y así iban viajando por nuestro organismo la comida y las copas que casi todos tomábamos. Los menores y conservadores moralistas no alcohólicos tomaban gaseosa.
Jazmín, tan amorosa había hecho una ensalada de frutas. Al gusto de cada uno, o le ponían jugo multifrutal como decía ella, o crema, cosa que ella misma no podía consumir. Para entonces eran alrededor de las 11 de la noche, así que estábamos cada vez más cerca de lo siguiente (de lo bueno) luego de comer. Y entonces sonaron las 12 campanadas. Teníamos una suerte de asistente robot, al que trajimos de viaje y nos ocasionó problemas con Aduanas y Rayos X, que se movía por toda la casa y cuando era necesario y lo programábamos, entre otras muchas funciones, nos avisaba de algo. Y en esta ocasión nos dio las doce campanadas a gran volumen. Era la hora. Tras abrazarnos y desearnos la feliz navidad de rigor, comenzó el caos. Era la guerra sonora. Los cohetes eran el sonido dominante. Bengalas, cañas voladoras, fosforitos, chasqui booms, flowers… Las explosiones se sucedían, y nosotros, casi todos salvo Jazmín, Hikari y Haruka, quienes repartían la lambonada con Milena correteando alrededor, escuchábamos y mirábamos por la ventana, porque no teníamos a dónde ir a tirar fuegos artificiales. Tampoco llegaba el olor a la pólvora, pero al menos hubo mucho para disfrutar. En la mesa estaba surtida la lambonada. Había pan dulce casero que hizo Jazmín, Mantecol, pasas de uva, solas y con chocolate; garrapiñadas, nueces. También había de tomar cidra, con y sin alcohol, y champán.
Al igual que el año pasado me dio por hacer “¡jo jo jo Jo!” Y como era de esperarse, Dekyo me imitaba con una mueca burlona. Trajimos los regalos. ¡Llegó Papá Noel!
No solo saltaban los juguetes tras los envoltorios y cajas, sino las joyas y la ropa. A Jazmín le regalé un anillo que tenía un zafiro. Con él le pedía para comprometerse conmigo, y sin duda ese fue un gran regalo de navidad por mi parte para ella, quien rápidamente me besó y se lo colocó en el dedo anular de la mano izquierda.
Recibí una caja, era como de un celular. Estaba envuelta, y al romper el papel, sacarla de la bolsita y mirar la caja… Resultó ser una Nes Clasic Mini. También recibí otra caja envuelta. Dentro estaba la Sega Mega Drive, que me moría por tenerla, con 42 juegos incorporados, entre ellos 3 o 4 títulos de Sonic, que por suerte no podían faltar. La Nes también contenía muchos juegos de Mario, como era de esperarse. Recibí otra caja envuelta, y en ella estaba la Gameboy clásica. ¡No lo podía creer! Quería una, para jugar principalmente a las primeras ediciones de Pokemon. Cayó un paquete. Lo abrí, y dentro me esperaban varios cartuchos. Casi todos eran ediciones de Pokemon, además de un Tetris.
Y entonces, Dani y Dekyo me entregaron una gran caja. Estaba rompiendo el envoltorio y pude percibir un aroma a viejo. Era casi imperceptible, pero de hecho entró repentinamente. Abrí, haciendo caso omiso. Saqué una gran caja. Al abrir la caja, antes de poder ver lo que había sentí un escalofrío que recorrió toda mi columna vertebral. Creo que incluso solté algún sonido, o algún respingo. Dentro de la caja había una Atari 2600.
-La compramos de segunda mano -me dijo Dani.

  • ¡Genial, chicos! ¡Me encanta, parece que estuvieron conectados porque casi todos me regalaron consolas!
  • Alejandro se reía.
    -Claro, bro, si estabas todo el tiempo con que las querías tener.
    Dekyo tenía una expresión sombría en el rostro, y yo no sabía a qué atribuirla. Al primer contacto con la Atari, que no estaba sola sino con un mando y una bolsa repleta de cartuchos, volví a sentir un gran escalofrío. No sabía por qué, y de hecho tenía un presentimiento siniestro.
    -Oye man, ahí tienes todos los cartuchos que en su momento fueron muy populares y luego, por una u otra razón, fueron enterrados -me dijo Dani, y yo asentí.
    Milena había recibido demasiados juguetes por esta navidad. Regalos van y regalos vienen, mientras nos hacíamos fotos, yo me quedé comiendo lambonada, con Jazmín a mi lado, los adolescentes revoloteando a nuestro alrededor. Parecía que estaban sirviéndose lambonada para llevarse mientras jugarían a los jueguitos. Alejandro también estaba sentado conmigo y Jazmín, aunque no comía tanto como yo. Nos pusimos a jugar a Kirby’s Adventure desde mi nueva Nes mini, y Dekyo que revoloteaba junto a Emilio a nuestro alrededor por agarrarse dulces me miraba con un gesto condescendiente que yo no lograba entender. Jazmín solo estaba con nosotros observando. Dani y Rodrigo estaban charlando entre ellos en el sofá, cerca de los chicos que jugaban a la PS 4. Se nos acercaron Milena y Valeria que juntas venían con un juguete en manos a buscar más dulces. Eran dos chocolateras perdidas como yo, y se quedaron observando cómo ahora, Alejandro y yo probábamos la Mega Drive mini.
    Después de recoger y limpiar, ya a punto de hacerse las dos de la mañana, yo tenía el sueño escrito en los ojos, pero como los chicos seguían jugando dije: “¿Qué importa? Total, mañana (o sea hoy) me levanto a las 3 de la tarde y que se jodan todos.” Aproveché y le di una oportunidad a la Atari, a la que no había vuelto a tocar desde entonces. Fui hacia una de las habitaciones, la principal con una cama de matrimonio y una reluciente cómoda, donde había una tele. La tele y la Atari parecían no ser compatibles. La tele supuse que era una Smart, y una vez más de ya tantas me cagué en todo lo moderno. Tuve que chusmear a fondo la tele, a ver si tenía forma de conectarla, porque el tema no iba a ser la conexión ya que me habían traído un cable lleno de tierra y realmente ya muy usado, sino la configuración. Tal vez ni siquiera podría jugar. Salí, dejando todo en el piso, me dirigí hacia la habitación de las niñas donde Rodrigo estaba durmiendo a Valeria. Le expliqué la situación y tras dejarla en la cama me acompañó a intentar configurar la TV. Dani entró solo, habrá escuchado, y nos hecho un cable. Nos complicamos un rato, pero logramos funcionar la Atari. Cuando introduje un cartucho de MS. Pac Man y este anduvo comenzando a sonar, Dani se relajó.
    -Oye carnal -me dijo Rodrigo, -te dejo jugando entonces, que yo voy a ver a Emilio.
    Yo pensaba que Emilio ya era un adolescente medio grandulón para que el Ro tenga que ir a verlo, y Valeria también estaba creciendo. Pero él era el papá y hacía con sus hijos lo que considerase mejor, aún si eso suponía estar innecesariamente encima de ellos, así que asentí. Dani se quedó observando cómo andaba todo. El mando no respondía, maldije, moví el cable y por suerte reaccionó. Cosas que suceden con los productos usados.
    Seguí probando más cartuchos, los cuales tuve que limpiar porque la tierra que tenían era increíble. Cuando me di cuenta que estaba el cartucho de E.T, sentí una fuerza superior que me hacía introducirlo e iniciarlo en ese mismo momento. Era como una curiosidad malsana, oscura. Yo sabía que aquel cartucho había fracasado comercialmente de manera que millones de copias habían sido enterradas junto a otros títulos. En ese momento recordé las leyendas urbanas, las muertes de jugadores tras jugar a títulos como el Percek, pero yo no me había atrevido a probar el E.T ni siquiera por emulación, algo me paralizaba y contrariamente ahora contra mi voluntad, o contra mi parte racional, estaba por irme a mi perdición. Tal vez ahora vería con mis propios ojos o escucharía con mis oídos por qué el destino de ese cartucho fue ser enterrado en tantas copias. Saltó a mis pies el Percek, como si me hubiera leído la mente. AL mismo tiempo la canción principal de E.T comenzó a sonar, y en el sonido de honda cuadrada advertí algo así como un efecto de coro que se volvía cada vez más oscuro, cargándose el propio sonido de onda cuadrada. Dani tomó el Joystick y comenzó el juego. El sonido de la nave me estaba dando miedo, no era normal si se conocía cómo suena la onda cuadrada. Empecé a controlar a E.T, noté que las manos me temblaban. En un momento se trabó el juego, solo se oía un sonido constante como de láser mientras la imagen quedó congelada. Al final tuve que sacar el cartucho, el cual salió con una rotura que no tenía antes. Lo saqué, como diría yo, a lo bobo, e introduje el de Percek. De este solo sabía que las voces de los robots estaban hechas con un antiguo sintetizador de voz que tenía un sonido muy curioso. Lo introduje y empecé a jugar, cuando Dani salió de la habitación y a los pocos segundos sentí un temblor bajo mis pies. ¿Sería un terremoto? Estaba en Japón, todo era posible. ¿Justo ahora? Y para mi sorpresa nadie gritó, nadie chilló. Miré por la ventana, no había nada raro.
    Me incorporé intentando salir del cuarto cuando de pronto, el suelo se abrió un poco bajo mis pies. Di un grito, ¡estaba por caerme al vacío! Logré evitar la caída, pero vi con horror cómo el suelo comenzaba a agrietarse a cada segundo. Corrí hacia la puerta, intenté abrirla, no pude. Yo sabía que Dani no la había cerrado con llave, sino que simplemente la había entornado. Y claro, no llegué muy lejos. El suelo volvió a abrirse donde estaba parado y ya no había dónde salir corriendo. Caí dando un grito. No caí de cabeza ni de culo, sentí un movimiento extraño y parecía depositado en alguna suerte de plataforma. No podía ver qué tenía ni debajo ni alrededor, la oscuridad era la reina. Pasaron unos segundos en que intenté respirar profundo y calmarme. No tenía nada que alumbrase, o mejor dicho sí, pero ahora habrá caído por acá, o tal vez estaba a punto de caérseme en la cabeza el ropero donde estaban mis maletas y las de Jazmín. Como sea, sentí una suerte de asfixia, una claustrofobia. El olor cambiaba, se volvía más húmedo, más químico, más tóxico. ¿Dónde fui a caer?
    Y entonces el lugar se alumbró. Eso sí, la luz era tenue, pero suficiente. Me rodeaban la Atari en peor estado físico, un joystick destrozado y sucio, cartuchos tirados por todas partes y para mi desconsuelo, mis demás consolas nuevas. ¿Qué demonios estaba pasando?
    Logré ver una silueta. Al segundo no la volví a ver. Empecé a sentir miedo, pero sobre todo preocupación. ¿Y Milena, Dani, Dekyo y los demás?
    La silueta reapareció. Sentí pisadas que se acercaban a mí. Intenté correr, pero tropezaba con la cantidad de cartuchos de Atari tirados en lo que fuera el suelo y finalmente eso que se acercaba hacia mí apoyó una mano helada en mi cuello. Di un respingo. Intenté mirar a quien me tocó, y así como me di vuelta desapareció. Intenté ver cómo salir de allí. El techo estaba muy alto, no entendía cómo no me maté al caer, y agrietado. ¿Estaba en una suerte de subsuelo entonces?
  • ¿Quién está acá? -mi voz sonó, al menos a mis oídos, atemorizada y cavernosa. Por toda respuesta escuché la voz del STSpeech:
  • -You are where should you go.
    “Ah Bueno” pensé, y una risa sin duda artificial pero muy bien lograda y auténtica me sorprendió. Para tratarse de un sintetizador de voz la carcajada había resultado muy terrorífica. Me di cuenta con horror que a unos metros tenía un pozo que parecía muy profundo. Yo no tenía forma de calcularlo. ¡De modo que tuve suerte! ¡También caería ahí como no me hubiera dado cuenta!
  • ¿Me dicen dónde estoy?
  • -Where you should be, I said! -me respondió la voz con más brillo, más aliashing y más entonación.
    “Bueno, genial” pensé dándome por derrotado. “Me van a enterrar como a un cartucho de Atari”
    Volví a ver a la silueta que ahora se aclaraba ante mis ojos. Era un muchacho que vestía a la moda de los ochenta. Me lo quedé mirando petrificado. El chico recogió la Atari y los últimos cartuchos que probé antes de caer.
  • ¿Qué? -era todo lo que logré articular.
  • -Ven conmigo -me dijo en inglés, -vamos a jugar.
  • ¿Pero ¿qué? ¿Cómo? No está la tele.
  • -La tele estará… muy pronto… -la voz del chico era espectral, y la mirada que me devolvía era inexpresiva.
  • ¡No! ¡Quiero salir! -estaba bien que yo fuera habitante de Monstruocity, pero tampoco para que me quieran joder de esa forma. O tal vez por eso me tenía que suceder justo a mí. Por toda respuesta aquel profundo pozo creció unos milímetros más.
  • -Vamos a jugar juntos… Para siempre…
    Una niña apareció de la nada y me miraba con desesperación, mientras lloraba. Tenía un cartucho entre los brazos, el triángulo de las bermudas. Empezó a gritar algo en japonés que no entendí, pero su voz era desesperada. Ya pasé por bastantes situaciones terroríficas, y estaba tratando de ser lo suficientemente fuerte para no volver a caer. Miedo tenía aún, sí. Sobre todo, quería salir y me consumía la preocupación por mis amigos.
    -A ver, espectros. -tan pronto como dije “espectros” recibí un manotazo. No supe quién me lo dio.
  • ¡Che! Quiero volver arriba. ¿Dónde están Dani y los demás?
  • No recibí respuesta.
    -Debes dejarme todas esas consolas que tienes para que pueda morir en paz y dejarte salir, si quieres -me dijo el chico. Para mi sorpresa nada se veía, pero comenzó a sonar algún juego de la Atari. No supe de dónde provenía el sonido, y el chico manipulaba el mando frenéticamente, cada vez más acelerado. En un momento cayeron ambas cosas a mis pies. El chico se desvaneció. Sentí un olor a putrefacción que me inundó de golpe, y como si nunca hubiera estado el cuerpo del chico desapareció, desapareciendo con él todo lo demás. Me quedé solo en una oscuridad profunda, aterradora. Grité, pedí auxilio, busqué a tientas alguna referencia, tanteando cuidadosamente los múltiples pozos o trampas que me aguardaran.
    Finalmente sentí un aroma muy similar a un hospital y perdí el conocimiento inevitablemente.
    Desperté. No sé cuánto tiempo pasó y, al abrir los ojos, estaba en mi cama con Jazmín a mi lado. ¿Sería aquella una pesadilla que tuve? Habría que ver. Sentía las pulsaciones a mil, la cabeza me daba vueltas y la mirada de Jazmín era de preocupación.
    -Que… ¿qué pasó? -definitivamente yo no tenía la suficiente inteligencia para preguntar algo inteligente.
    -Amor… ¡despertaste! -exclamó ella. - ¿Cómo te sentís?
    No dije nada.
  • ¿Estás bien? -insistió. Me quise levantar, pero no podía moverme casi. Jazmín negó con la cabeza, dándose por respondida.
  • ¿Qué pasó?
  • -No sé, Fer, estabas tirado en el piso.
  • ¿Me prendés la luz?
  • ¡Claro!
  • Miré la habitación. Sentía dolor en la cabeza, la cara y hasta un labio en el que sentía un ligero gusto a sangre. Miré la habitación. No había nada. Ni un joystick, ni un cartucho, ni una huella que pruebe o confirme lo que me sucedió. Ni siquiera había una grieta en el suelo.
    -Tranquilo mi amor. Te encontré tirado en el piso hace algunas horas.
  • ¿Y el resto? ¿Y los chicos?
  • -Están durmiendo, tranquilo.
  • ¿Pero ¿qué me pasó?
  • -Es lo que quiero saber, solo sé que estabas tirado en el piso lleno de jueguitos y un aparato con el que supongo que jugabas.
    Me horroricé. Me vino a la mente lo que vi.
  • ¿Y? ¿Dónde está todo?
  • -Lo guardé en una bolsa, no te preocupes.
  • ¿Y los chicos?
  • -Deben estar durmiendo, no te preocupes.
  • ¿Pero ¿cómo se abrió el piso?
  • Jazmín me miró sin entender y no supo qué contestar.
    -Estaba ahí abajo, estaba oscuro…
    -Ah, ya entendí. Tuviste una pesadilla, ¿soñaste que te caíste o algo así?
    -No, fue en serio. -Algo que era un hecho es que mi cara y mi cuerpo estaban llenos de magulladuras que Jazmín había detectado revisándome bien, pero parecía que no había nada grabe. Tal vez una conmoción o algo similar, como mucho.
    -Tranquilo Fer, son las 6 de la mañana casi. Intentá dormir. Voy a asegurarme de que los demás estén durmiendo así te quedás tranquilo. -Dicho esto se levantó de la cama aún vestida como para dormir, y salió a comprobar que estuviesen todos. Yo estaba por quedarme dormido cuando regresó y me tranquilizó con que estaban todos durmiendo. Me di cuenta que cargaba una caja consigo, pero mi mente ya no respondía más y me quedé dormidísimo.
    Me despertó Jazmín. Por suerte me encontraba mucho mejor. No sabía qué hora era. Me levanté, desayuné como pude. Era un desayuno tardío. No todos estaban despiertos. Dekyo, Ariel y Emilio dormían aún. Se habrán quedado jugando toda la noche. Ninguno de los demás estaba al tanto de lo que me sucedió, y yo no quise decir nada. Eso sí, por las dudas no quise ni preguntar por la Atari.
    Cuando terminé de desayunar nada más que un té de una hierva traída de la India cuyo nombre nunca me salió, y galletas de avena de comer, le pregunté a Jazmín sobre la caja que me pareció que tenía en manos. Me dijo que era un regalo para mí que antes no había visto, pero que no era necesario recibirlo ahora si no me sentía bien. Yo le pedí que me dé la caja. Así pues, me dio la caja, que era como de bombones. Cuando la abrí me quedé de piedra por un momento. Me sentí humillado, insultado. Dentro no había más que tiflobichos muertos. ¿Quién fue el imbécil que me regaló una caja de tiflobichos muertos?
    Al comentarlo, Alejandro, Dani y el Ro se carcajearon. No sé qué les hacía tanta gracia. Intenté no tomármelo como un insulto, más bien como una bromita por navidad. De hecho, ya estaba bien de regalos, la verdad. ¿Pero para qué me gastarían una joda regalándome tiflobichos muertos?
    Yacían todos inertes en la caja. Iba a tirar eso bien a la basura y mucho más allá cuando, al tocarlos sin querer con la mano derecha ¡cobraron vida! Así, muertos como parecían, de repente comenzaron a salir de la caja, la cuál dejé caer con terror al suelo. Si lo de a noche me dio miedo, esto sí me dio miedo en serio. Grabe e inconsciente error dejar caer la caja, porque uno a uno lo tiflobichos iban saliendo, moviéndose hacia mí y algunos ya estaban encima de mí. Parecían avispas. Pero para aumentar mi horror no se movían como insectos vivos, sino a motor, lo que me hizo correr y gritar con desesperación. Jazmín, ingenua como ella sola empezó a echar un repelente que habíamos comprado por si atacaban avispones gigantes, algo que podía suceder en estas tierras. Pero claro, el repelente a los tiflobichos no les hacía nada. ¡El TiBi Killer! Yo no lo había traído… Dani estaba ahí, tenía que estar percatándose de la escena. Yo no sé qué hacían o sentían los demás, el terror me nublaba todo lo que sucediera a mi alrededor salvo que cada vez tiflobichos me saltaban encima una y otra vez. Intenté agarrarlos, estrujarlos con mis manos. Al agacharme para pisotearlos a ver si así se morían de una vez, todo lo que me gané es que un enjambre revoloteara sobre mí. El enjambre parecía aumentar, sin duda. No, no parecía, aumentaba. Nada de lo que intenté a la desesperada funcionó. Me percaté de que Dani corría hacia la escena y ya varios tiflobichos se le subían a él. Pero nada que ver conmigo, no sentía el pánico que yo. Más bien una molestia, porque Dani era mucho más calmado, calculador y resuelto. No solo logré escuchar las alarmas constantes del TiBi Killer, dispositivo detector para repelerlos y matarlos. Y así fue, gracias a esa maravilla que construimos con nuestras propias manos todos los tiflobichos murieron. Eso sí, yo me alejé tanto como pude, no vayan a cobrar vida otra vez. Jazmín, pobre, limpiaba y desaparecía todos los tiflobichos muertos con el asco que debía sentir. ¿Pero cómo la iba a ayudar? Tal vez Dani o el Ro, o Alejandro incluso algo le ayudó. El tema es que Jazmín vino a avisarme que podía ir al comedor tranquilo, y vi que Dekyo se había despertado. Le comentaron lo que pasó conmigo, y sobre todo con lo de la caja de tiflobichos y mi pánico cuando cobraron vida el muy sinvergüenza se carcajeó con ganas. No me quería pelear con él, simplemente le daba risa y él tenía el carácter que tenía conmigo. ¿Qué le iba a hacer?
    Pasado el susto, empezamos a jugar con todos nuestros nuevos regalos navideños a excepción de la Atari y sus cartuchos. Nunca supe dónde quedó todo, y nadie me preguntó por suerte.

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Ultima edizione da Nicky_Jam , 24.12.2019 14:29:57

126. venustiano-carranza ,

feliz navidad a todos, yo me hire a trabajar un rato para sacar para el regalo de mi madre, yo ya saque para comprarme mi forro de mi laptob y para comprarme mis audifonos con micro y mi perfume, el Jueves me los comprare y hoy me comprare un reloj parlante si el relojero lo tiene ya sino hasta el Jueves me comprare todo eso.

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127. Mluzs89 ,

"Gloria a Dios, en las alturas. Y en la tierra paz a los hombres..." "Llegaron ya los reyes y eran tres, Melchor Gaspar y el nnegro Baltazar..."
Estos fragmentos me recuerdan lso pecebres vivientes de fin de año en el colegio. Me acuerdo también que en una ocación, me hicieron disfrazar de ángel y bailar la rimera pieza ya mensionada.
Traigo entonces para ustedes, una obra típica Argentina que se suele cantar los 24 de dicciembre. Con ustedes, ¡la misa criolla!
Si saben buscar bien, hay también una versión solo cantada por la cantante ya fallecida Mersedes Sosa.

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128. leocapo,

¡Feliz navidad! Y muchísima suerte con el dinero para el regalo de tu mamá, soldado. Es un gesto muy noble.

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129. lizmillas,

Hola quiero desear a todos ustedes, una feliz Navidad en compañía de todos sus familiares y seres queridos.
que Dios los colme siempre de muchas bendiciones y que le de los mejores regalos que puede haber que son: la paz, el amor, laarmonía y la felicidad y el dinero que puedan tener una linda Navidad acompañados de sus seres queridos tengan también salud y que sobretodo, abunden en sus vidas las cosas que no se pueden comprar.
Porque si bien es importante el dinero, pero ese va y viene y el amor y el afecto de nuestros seres queridos, eso no tiene precio.
feliz día.

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130. El_Observador ,

¡Feliz navidad para todos!

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131. SoyUnRatoncitoDeHelado ,

feliz navidad.

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132. Mluzs89 ,

"Navidad, navidad, triste navidad.
No hay pandulce ni regalos qué le vamo a hacer.
papá Noel, Papá Noel, viejo desgraciado,
me trajiste los regalos del año pasado..."
Lo cantábamos en el colegio y por eso me acuerdo. Después había otro que terminaba me trajiste los regalos del año anterior, pero no me acuerdo como era.

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133. Lucario ,

triste navidad para mi :D, yo no la celebro ya

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134. EFRAIN ,

y empieza la cuenta regresiba!

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135. leon_trotsky,

chicos, paso a desearles a todos una muy, muy feliz navidad, pásenla muy bien junto a sus familiares, y que la magia de la navidad reine en todos, que es un día mágico, y aquellos que vivan este día con ñebe y frío, disfrútenlo, muchísimo, porque acá en sudamérica no tenemos esa posibilidad. me encantaría vivir una navidad en estados unidos, en méxico que es un país que aprecio a pesar de ser de argentina, y bueno. nada, eso, pásenla genial,coman mucho, descontrolémosnos que pa eso está la navidad xd! y que santa les traiga muchos regalos xd!
y vivan las ilusiones!
un saludo navideño para todos!

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136. EFRAIN ,

solo 6 horas y 6 minutos para iniciar la noche vuena!

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137. leon_trotsky,

aquí faltan 4 horas aún, exatcamente. cuenten, en qué países ya celebran o ya celebraron?

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138. EL_REY_HALCON,

Son las 19 horas y 10 minutos. Aún faltan 5 horas

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139. pia_gc ,

20.15... 3 horas con 45 minutos.
pregunta: ¿como hago para mandar un permanente a varias personas a la vez?

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140. gedi.iluminado ,

no se amiga

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141. venustiano-carranza ,

feliz navidad para todos, aquí aun faltan 7 horas y 40 minutos para navidad, le acabo de dar su regalo a mi mamá, yo me iba a comprar un reloj parlante pero el que los vende nunca llego, el Jueves hire a comprarme mis regalos que esta vez van hacer 3 cosas las que quiero comprarme.

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142. EL_REY_HALCON,

No se puede, lo que queda es enviar de apoco aunque es tedioso

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143. tuprincipe-bombonsito-santi ,

eaea, solo 4 oritas

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144. venustiano-carranza ,

las 16:45 aun quedan 7 horas y 15 minutos.

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145. Rayo.bgtr ,

+Son las 17 horas, 47 minutos y 38 segundos aquí la cena es en 3 horas masomenos.
y para la joven padawan para embiar un mensaje permanente para 2 o mas personas solo deves poner los nombres separados con un espacio, no pueden ser mas de 7.

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146. rmcpantoja,

¡Hola a todos! Les deseo una feliz navidad y que hoy se la pasen de lo mejor. Para @padawan, en el destinatario tienes que poner los niks de los usuarios que quieres que participen en la discusión, seguido de comas. Por ejemplo. Usuario 1, usuario 2, usuario 3 y así sucesivamente. Nota: Solo permite hasta 4 o 5 usuarios a participar, más de eso ya no. Un gran saludote y que se la pasen bien, acá justamente la hora en que les escribo son las 19:00 Hora ecuatoriana, ya faltan 5 horas para que sea la noche buena.

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147. pia_gc ,

¡ o genial gracias a todos! aquí son las 9, (21) ya solo 3 horas

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148. gedi.iluminado ,

aqui solo faltan 5 oras y 30 min para la navidad!

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149. Mluzs89 ,

Acabamos de pisar la medianoche acá. Les deseo una feliz navidady que la estén pasando bien con sus seres queridos.

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150. Gamer_girl,

Desde MSG Studios, les deseo una feliz Navidad, internautas. Espero la pasen genial en este día especial, lluvia de bendiciones, ¡Y éxitos!

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