Dos tenores místicos
Dicen que, tras la apariencia simpática de ambos, existe un gran odio entre Luciano Pavarotti y Plácido Domingo. Sin embargo, el azar hizo que una tarde
se encontraran en el Aeropuerto Kennedy, cruzándose sin posibilidad de ignorarse. Cuentan que se produjo el siguiente diálogo:
LP: ¿Cómo anda, Plácido? Tanto tiempo sin vernos.
PD: Excelente, Luciano, vengo de un concierto en la Scala de Milán, con el teatro completamente colmado y mi actuación fue realmente fabulosa. Tuve que
salir a saludar 35 veces, y una estatua de la Virgen María , que se encontraba a la derecha del escenario, lloró. ¿Y vos, Luciano? ¿Qué tal tus conciertos?
LP: No te imaginás, Plácido, lo que fue mi concierto en esta bella ciudad de New York. Canté como nunca había cantado a teatro lleno, arias, canzonettas,
bises, y cada vez la gente aplaudía más y más. Tuve que salir a saludar 62 veces y, al final del concierto, se produjo un hecho increíble: desde una cruz
tamaño natural que había al borde del escenario, se liberó Jesús y, viniendo hacia mí, me abrazó y me dijo: "vos sí que cantás bien, no como ese otro gallego
maldito que la hizo llorar a mamá."