Saludos amigos!
¿Y qué crelleron? ¿Que hoy no habría cuento? Pues no es así. El siguiente chiste de la colección de Álbarez Guedes que les traigo se titula, el guanajo. Disfrútenlo.
A eSte niño la abuela le da un guanajo para que vaya a venderlo. Los que somos cubanos sabemos que el guanajo es el pavo, que en algunos lugares le llaman así, y en México es el guajalote. El niño sale con su guanajo a venderlo, y comienza a tocar de puerta en puerta buscando algún interesado en comprarlo. Pero no lo conseguía. En cada casa que tocaba le decían que no. Hasta que llega a una casa y se encuentra la puerta abierta. Asoma la cabeza y dice:
--¿No hay nadie aquí?
Como nadie le respondió el muchacho entró en la casa. Se mete en la sala y vuelve a preguntar.
--¿No hay nadie aquí?
Pero nadie le respondió. Continúa adentrándose y llega a la cocina.
--¿No hay nadie aquí?
Sigue sin recibir respuesta. El muchacho avanza más en la casa, y en cada habitación que entra pregunta lo mismo con igual resultado. Hasta que llega al cuarto. Pero en el momento que llega al cuarto, la dueña de la casa estaba con un amante. Y en el momento en que llega el niño con el guanajo se forma un lió, y un ruido, y sale el amante pa un lado, y empujan al niño, empujan al guanajo. Y se forma tremendo desorden. Al final caen en un armario el niño, el guanajo y el amante, los 3 juntos ahí. Hay un silencio, en medio de la oscuridad, y de buenas a primera le dice el niño al amante, en un zuzurro.
--Señor le vendo el guanajo.
El amante, le responde en el mismo tono de zuzurro.
--¿Y para qué quiero yo un guanajo?
El niño, manteniendo la baja voz le responde.
--A mi no me importa para lo que usted lo quiere, pero si no me lo compra grito.
El hombre, atrapado en esa situación no tuvo más remedio que ceder.
--¿quieres por el guanajo?
Dice el chiquito.
--Diez pesos.
El hombre con cara de resignación se mete la mano en el bolsillo y saca un villete de 10 pesos, se lo da al niño, y coge el guanajo. Hay una pausa, y luego le dice el niño, siempre en voz muy baja.
--Le compro el guanajo.
Dice el hombre:
--Me acabas de vender el guanajo, ¿por qué me lo quieres comprar ahora?
Dice el niño.
--Si no me lo vendes grito.
El hombre lo mira ceñudo, pero atrapado como estaba le pregunta.
--Cuánto me das por el guanajo?
--Quince centavos, -fue la respuesta del niño.
El hombre que no quiere ponerse a discutir con él, en una situación así, le da el guanajo muy tranquilo y coge los 15 centavos que el chiquito le da. Hay otra pausa, y le dice el niño.
--Le vendo el guanajo.
Dice el hombre.
--Me lo acabas de comprar para qué me lo quieres vender otra vez.
--Si no me lo compras grito.
El hombre desesperado ya le dice.
--¿Cuanto quieres por el guanajo?
--Veinte pesos.
--¡Veinte pesos por el guanajo, tú estás loco?
--Síii, veinte pesos, si no me lo compras grito.
El hombre se mete la mano en el bolsillo y saca los veinte pesos, se los da al chiquito, y coge su guanajo.
Dice el chiquito.
--Le compro el guanajo.
Dice el hombre.
--Hasta cuando es esto carajo. Me lo acabas de vender y ahora me lo quieres comprar?
--Si, si, se lo compro, y si no me lo vendes grito.
Dice el hombre.
--Bueno está bien...
Pero en ese momento, se va el esposo de la señora, se abre la puerta del armario, y el niño sale corriendo con su guanajo y los 30 pesos, hasta llegar a su casa. Se encuentra a la abuela y le dice.
--Abuela, mira para esto lo que hice con el guanajo. Llegué a una casa y... -y le cuenta a su abuela todo lo que pasó-. Me he ganado 30 pesos y tengo el guanajo aquí todavía, se lo quité al hombre.
Dice la abuela.
--Así que eso fue lo que usted hizo con el guanajo? -le dice muy enojada. ¡Eso no fueron los principios que aquí le enseñamos! ¡¨Vaya a la iglesia a resar! Haga el favor, y no vuelva hasta que haya pagado por su pecado. ¡Y vaya y confiésese con el cura primero!
El niño muy avergonzado por la reprimenda va a la iglesia a confesarse. Llega al confesionario, se arrodilla, y le dice al cura.
--Padre, yo tengo un guanajo y...
Pero entonces el cura lo interrumpe y le dice.
--¿Vas a seguir jodiendo con el guanajo? Mira, desaparécete de aquí niño que no quiero saber de ti.
Jajajajjajajajajajaajjajajajajaajjajajaja. Que guanajo más productivo no creen?