Chiste de Polo Polo.
Advertencia: es igual un chiste largo, así que ármense de paciencia.
Llegó un tipo a su casa, Hasta la verdadera madre.
Si digo que hasta la verdadera madre: es muy encerio.
¡Pedísimo! Cómo estará de borracho que a duras penas se podía sostener de pie, poniendo el portafolios en la escalera para usarlo de base.
Tenía la bragueta abajo, la corbata ya no era corbata. Ya parecía moco de guajolote, de lo verde que la tenía.
Todo guacariado (vomitado) Había comido camarones: ahí le colgaban de las mangas el camarón.
Todo orinado, y los ojos bien rojos.
Súmale que eran las 4 de la mañana y apenas se escucha un toquido de la puerta...
¡Pran!
Sale la mujer y se espanta al verlo...
¡Válgame Dios Mío! ¡Mira nomás como vienes David!
Son las 4 de la mañana... ¿Quién de los vecinos te habrá olido llegar?
Sí: porque este cabrón apestaba como a 5 cuadras a la redonda.
La mujer continúa ya sollosante...
¿Por qué siempre me haces esto todas las semanas?
Y yo como tu pendeja aquí esperando.
Nisiquiera conoces a tus hijos, ¡desgraciado!
En eso la mujer va a la cocina y llena una cuveta con agua y regresa a la puerta, y seguidamente le tira el agua encima al hombre que estaba hecho una mierda de tanto alcohol.
¡Anda: échate! que esa es la palabra.
Yo mientras tanto: me iré a dormir al baño, o en un banquito en la cocina.
No me pregunten como, porque ni yo lo sé, pero este tipo de puro milagro llegó a la cama.
Una vez llegar: se echó como tronco.
Pero en su subconciente: las palabras de su esposa le calaron ondo.
El tipo solo durmió 3 horas, y levantándose a las 7 de la mañana: se duchó, se puso ropa deportiva, saliendo a caminar por la zona.
Y este cabrón no estaba crudo: ¡Todabía estaba pedo!
Cómo andaba de borracho que las personas que pasaban, con el puro sudor se empedaban.
Una avispa lo picó, pero en lugar de hacerle efecto al hombre: empedó a la avispa.
Tanto fue, que la avispa se prendió, y lo que encontró fue un alacrán.
La avispa ya lo estaba acosando y hasta parece que el alacrán le decía:
¡Chinga tu madre! mientras enceñaba su aguijón.
La avispa lo seguía correteando, hasta que el alacrán logró esconderse en una roca. La avispa mientras tanto:
seguía con el efecto de la peda. En su vuelo vió al parecer una luciérnaga y se avalanzó sobre ella, y se quemó la avispa. Es que no era una luciérnaga: era una colilla de cigarro que estaba ahí tirada.
Ocurrió un drama hambiental xD.
Mientras tanto David, (Así se llama el tipo) seguía con su faena de trotar por la zona.
Por fín: David regresa a su casa y la mujer se extraña:
—¿Y ahora David? ¿Te volviste loco?
—¿Sabes mujer? Tus palabras me calaron muy ondo. Y por eso hé desidido terminantemente a cambiar. Seré un hombre nuevo.
—¿En verdad David?
—Sí amor, pero de entrada y por favor, no me digas David. Dime Déivid.
Aclaración: Sé perfectamente que el nombre David se escribe igual tanto en español como en inglés, así que escribí el cómo se pronuncia para efectos del chiste.
—Está bien, David...
—¡Déivid! te lo suplico.
—Está bien: Déivid.
—Entonces prepara a los niños para llevarlos a la escuela, yo más tarde te llamo para saber como va todo.
—Sí mi gordo.
El Déivid se prepara para irse a trabajar, y la esposa una vez que se fue:
—¡Gracias Dios mío! Nunca creí que mi viejo cambiaría.
Si quieres que me vuelva puta: me vuelvo...
La señora prepara a los niños, saca su carro, y como en la ciudad de México según el día, algunos coches no pueden circular, y justo ese día no circulaba el de esta mujer, que complementando la cosa, era de coraje.
—Circula por mis huevos!
¡Haber: que salga el pendegete que me lo impida!
Llevó a los niños al escuela, y se puso a preparar los quehaceres de la casa.
En medio del laburo, suena el teléfono...
—¿Bueno?
—Mi amor: ¿Cómo va todo en la casa?
—Bien, David...
—¡Déivid!
—Es que todavía no me acostumbro.
—Ok: solo hablaba para pedirte que cuando pases por los niños, hables con la profesora, ya que necesito saber cómo va su educación.
—Claro mi amor. ¿Quieres que te prepare algo de comer?
Sí: unos huevitos con frijolitos está bien.
—¿quieres algo de tomar? ¿Un vinito, un huisqui?...
—¡No miamor, no! ¡Te lo ruego! No me ofrezcas eso en el nombre del poco cariño que aún me tienes.
—Está bien, Déivid. ¿A qué hora sales?
—Salgo a eso de las 5 de la tarde.
—Te estaremos esperando.
La mujer al llegar la hora de recoger a los niños, que por cierto eran 3,
llegan al fin a la casa. David, el mayorsito de 8.
Luego Antonio, de 7, y Fernandito de 5.
Para no hacerles el cuento largo: la mujer literalmente tenía una guerra con los niños, dado al carácter que estos tenían.
Pasaron las 4, las 5, las 6, y el amigo Déivid no llegaba.
Total: dieron las 10 de la noche, así que la mujer arropó a los niños para dormir.
Una vez dormidos: la amnegada esposa se dispuso a esperar, hasta que dieron las 4 de la mañana y suena un golpe en la puerta...
¡Pram!
Abre la puerta, y era el esposo que para rematar: venía más pedo que la vez anterior y le dice:
—¿Qué crees mi amor? ¡al nuevo hombre también le encanta la peda!
Si quieren escuchar el chiste completo: aquí.
https://www.youtube.com/watch?v=wRqxBn-wk3Y